viernes, 21 de septiembre de 2012

El sexto: Quiero convertir mi cuerpo en una especie de ofrenda


| Por Ernesto Santana Zaldívar

El Sexto - Foto de Ernesto Santana
El Sexto - Foto de Ernesto Santana

LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -No hace mucho me había encontrado a Danilo por la calle, pero solo cruzamos algunas palabras. Este lunes 17 de un calurosísimo septiembre nos reunimos de nuevo a pesar del intenso ajetreo en que está sumergido preparando una nueva exposición. El principal motivo de este encuentro es conversar sobre el hecho de que hace solo dos días que se tatuó la imagen de Oswaldo Payá. Danilo está muerto de cansancio y de sueño. Son ya más de las dos de la tarde y lo único que se ha echado en el estómago en todo el día es un poco de café. A pesar de todo, ha accedido a brindarnos esta entrevista para Cubanet en una breve pausa de su trabajo.
Cubanet – ¿Por qué tomaste la decisión de inscribir esa imagen en tu cuerpo?
Danilo Maldonado – Las razones por las que me hice el tatuaje de Oswaldo Payá son varias. La primera es por rendirle un homenaje a ese hombre que no solo inspiró el Proyecto Varela, sino que dio mucha esperanza y mucha fuerza al pueblo de Cuba cuando se creía que era imposible acabar de manera pacífica esta dictadura. Sin embargo, lo que ocurrió con él fue un asesinato por ser el líder más prestigioso de la disidencia cubana. Otra razón es que yo quiero convertir mi cuerpo en una especie de ofrenda a estas personas que están siendo asesinadas por el gobierno. La muerte de Payá, en específico, fue un golpe decisivo para la disidencia cubana. Hay algunos que no creen que fue un asesinato político, pero resulta que hay antecedentes. Están Laura Pollán, Orlando Zapata, Wilman Villar y otros. Está el remolcador 13 de Marzo. Por desgracia, el caso de Payá es el paso decisivo para que ya no queden dudas de que estamos tratando con asesinos, pero ojalá no haya ninguna muerte más, que ya no haga falta ninguna otra víctima fatal para pasar por fin hacia la otra Cuba.
CN – ¿En qué estás trabajando en estos días?
DM- Estoy participando en la preparación de una exposición, una especie de festival (el primero en Cuba) de grafiteros que hemos hecho nuestro trabajo en La Habana, todos los que hemos manchado de alguna manera La Habana. Hay muchos nombres conocidos de este mundo. Somos los más vándalos. Casi todos somos vándalos. No hay ninguno decorativo ni de otro tipo. Eso va a ser en la galería Cristo Salvador, de Otari Oliva (no tiene nada que ver con una religión). Yo voy a cerrar la exposición del 18 al 28 de noviembre, con un invitado mío, Warhero, que hizo trabajos en la calle, aunque no duró mucho, pero lo invité. Estoy trabajando en eso. Será una gran responsabilidad cerrar la exposición.
CN – ¿Cómo será la exposición? ¿Reproducirán grafitis hechos ya en la calle? ¿Qué soportes y formatos utilizarán?
DM – Puede ser en la pared, en cartulina, en lo que tú quieras. Eso está abierto a la imaginación y a la creatividad de cada uno. Esto empieza con Marcel Márquez, un chamaco muy bueno, y con otro, Filio.
CN – No conozco mucho de otros grafiteros.

Tatuaje de Oswaldo Paya en la espalda de El Sexto- Foto de Ernesto Santana
Tatuaje de Oswaldo Paya en la espalda de El Sexto- Foto de Ernesto Santana
DM - Para eso es la exposición, porque los grafiteros de la calle no son conocidos, ni pertenecen a nada específico. Por eso el galerista consiguió unos primeros grafiteros y les dio la oportunidad de invitaran a otros, porque, como ellos son los que saben de las calles, pueden dar a conocer a otros muchachos que están en lo mismo. Y todo eso lo voy a cerrar yo. Voy a meterle con todo a ver qué pasa.
CN – ¿Vas a reproducir trabajos que ya has hecho o vas a hacer cosas nuevas?
DM – Creo que van a ser sobre todo cosas nuevas. Quiero que casi todo sea nuevo. Hubo trabajos en mi segunda exposición que quizás se repitieron de la primera. Esta tercera, que va a ser específicamente de grafitis, quiero que sea por completo nueva. Estoy a la expectativa y esperando también recibir la ayuda de quien pueda, con sprays, con cartulina, con lo que sea.
CN – ¿Te sigue siendo difícil hacer tu trabajo, vender tus obras?
DM – Es muy difícil que alguien pueda sacar por la aduana un trabajo mío. Se los quitan a la gente. No puedo vender nada. Me botan de las casas que alquilo como estudio. Voy por la tercera casa de la que me botan, una que había conseguido por la revista Bohemia. La policía política ya no tiene que chocar conmigo. Me han hecho un cerco alrededor para hacerme imposible trabajar. Me confiscan lo que me envíen por Cuba Pack. Hablan con los dueños de las casas que alquilo como estudio y los atemorizan. Me quitan objetos personales, agendas, diarios, lo que lleve en la mochila, sprays, plumones, todo eso. Hay gente que me recarga la cuenta del móvil desde el exterior, pero ya dos veces en este mes ha pasado que me quitan la recarga, aunque Etecsa se queda con el dinero.
CN – ¿Entonces la ayuda tiene que llegar directamente en manos de una persona?
DM – Y si no tiene un nombre conocido, ni se relaciona con la disidencia ni con proyectos alternativos, pues mucho mejor. Ahora mismo estoy buscando un estudio en alguna casa. Hay gente dispuesta a ayudarme, a prestarme una casa como estudio, pero eso me dura dos días. En seguida los amenaza la Seguridad y tienen que echarme.
CN – ¿Te siguen todo el tiempo?
DM – No tienen que hacerlo. Utilizan el celular para rastrear dónde estoy, si estoy un día o dos en tal lugar o en el otro. Un estudio es un lugar para trabajar sin dormir, horas y días seguidos. Y no puedo deshacerme del celular, tengo que estar comunicado. De manera que la Seguridad me puede localizar cuando quiera. Es muy difícil el trabajo, pero tengo que seguir. Y en esta situación ya no puedo hacer nada en mi casa. Cuanto más lo reprimen a uno, más rebelde y más contestataria se vuelve tu obra, más radical, y entonces la relación con mis abuelos y con mi madre no va bien. Ellos tienen miedo. No quieren que tenga esas obras en la casa, les parece una falta de respeto. Así estoy, con muchas ganas de decir cosas, de proyectarme. En fin, es como para explotar.
CN – Cuéntame más de esto que estás haciendo de tatuar tu cuerpo con figuras conocidas de la disidencia que han muerto.
DM – Es de cierta manera un acto de desesperación. Me resulta muy difícil realizar mi obra. Así que la hago en mi propio cuerpo. Además, estas personas fueron asesinadas, dieron la vida por su causa. Lo único que yo puedo hacer es ofrendarles lo único que de verdad tengo, que es mi cuerpo. La Seguridad del Estado puede borrarme los grafitis en la calle, puede hacer que me boten de los estudios, pero lo único que todavía no me pueden quitar es mi cuerpo.
CN – ¿Eso comenzó cuando te rompieron el pulóver con la imagen de Laura Pollán y te la tatuaste entonces?
DM – Ahí empezó la idea. Yo creo que esas personas asesinadas deben seguir con uno, deben seguir respaldándonos. Primero fue Laura, luego Oswaldo Payá, y habrá otros. Voy a seguir con este proyecto. Esas personas son muy importantes y no podemos perder el interés por ellos, que son los nuevos héroes, héroes reales, que hicieron cosas muy valiosas, no mataron a nadie y perdieron su vida, fueron asesinados. También voy a incluir el remolcador 13 de marzo y la cantidad, el número de personas que murieron allí.


Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

No hay comentarios:

Publicar un comentario