jueves, 31 de mayo de 2012

Avatares de un periodista independiente



Fuentes inciertas, amenazas veladas, miedo, internet a cuentagotas. ¿Cómo transcurre el día a día de un reportero independiente en Cuba?
Santiago de Cuba. (GETTY IMAGES, 2012)

El peor día de la semana para concertar una cita con una persona que presuntamente tiene una buena historia que contarte es cuando debes acudir a internet.
En mi caso suele ser los lunes. Después de pagar 15 pesos convertibles por dos horas en el céntrico hotel Saratoga, a la velocidad de la luz me informo de lo que acontece en el mundo, leo enfoques sobre el tema cubano en diferentes medios y, si el dichoso reloj que marca el tiempo me da margen, respondo algún correo.
Precisamente un caluroso lunes del mes de mayo, una mujer deseaba con urgencia verse conmigo en algún punto de La Habana. Planifiqué la cita para pasadas las tres de la tarde, después de navegar en la red. En la isla, las personas siempre creen que la información que poseen es de una importancia vital.
Al salir del hotel, un sol de plomo desalentaba a cualquier caminante. Trasladarse al otro lado de la ciudad, incluso en viejos autos de diez pesos, a veces se torna complicado.
Cuando llegué, caía un aguacero primaveral con rayos y truenos. La mujer me estudió de arriba abajo, temerosa y preocupada. Para muchos cubanos, los disidentes y reporteros libres somos una especie de seres provenientes de otro mundo.
La gente común no tiene una respuesta a la hora de clasificar a esos tipos que se lanzan desde una montaña sin paracaídas y públicamente a informar del gobierno de los Castro.
Terminado su análisis visual, la señora me contó su historia. Llegó a mí por un amigo opositor que periódicamente le pasa unos resúmenes noticiosos de lo que se escribe sobre Cuba, preparados por la Oficina de Intereses de Estados Unidos en La Habana. La mujer había leído un trabajo mío sobre la prostitución, y le pidió a su amigo mi teléfono.
Ella quería que escribiera sobre un percance acecido a su hija. Una historia, como muchas, del típico acoso sexual de un gerente de una instalación de turismo. El hombre acorralaba descaradamente a la muchacha. Al ver que la chica no aterrizaba en su cama, al poco tiempo le cerró la contrata.
Tomé nota y le dije que escribiría una historia. Ese mismo día, un vecino del barrio, bajando la voz, me dijo que alguien quería conocerme. Otro indignado más. Lo habían echado de su trabajo, donde cobraba un estímulo en divisas, y casi lloroso me confesó que se decidía a dar ese "paso" (hablar conmigo) obligado por las circunstancias.
"Soy un revolucionario cabal, con montones de misiones internacionalistas y mira lo que me hacen", me señaló, mostrándome una carpeta repleta de papeles y diplomas.
La Habana. (GETTY IMAGES)
Al día siguiente, una jinetera residente en un hogar comparable a un pequeño infierno, se me acercó.
El jefe de sector le había levantado varias actas de advertencia. Y ante la amenaza de cárcel, quería contarme algunas cosas. Aseguró que había noches que debía "templarse" a varios policías a cambio de que la dejaran jinetear en un centro nocturno del casco histórico de la capital.
A todas estas personas las escucho con paciencia. No aceptan que les grabe. Y mucho menos que les tire fotos. De seguir las reglas de los manuales de periodismo, son historias para verter en la papelera de reciclaje.
Pero la angustia que veo en los rostros siempre me anima a contar sus avatares. Me gusta escribir sobre los perdedores. Con omisiones y sin todos los elementos a mano. Un periodismo incompleto. Con fallas.
Con fallas, porque ninguna institución oficial te autoriza a citarla ni te ofrece las cifras o estadísticas solicitadas. En Cuba todo es difícil. Y para rastrear información hay que tener súper poderes.
Los manuales de periodismos no los arrojo al cesto, pero la mayoría no son aplicables a las condiciones cubanas. Ésta es una nación inverosímil, donde las fuentes no dan la cara por temor y en ocasiones te informan de rumores, nada en concreto.
Pero en Cuba los rumores suelen tener más peso que una noticia emitida por la agencia de prensa local. "Radio bemba" no es una buena fuente para los medios internacionales. Pero después de bajar un litro de ron, "la fuente" te ofrece más detalles que un pleno del Partido a puertas cerradas.
Saber discernir entre una buena historia y chismes de oficina depende del olfato del reportero. Los casos sociales de barrios marginales y las injusticias burdas del aparato judicial no son hechos aislados.
Si un día algún reportero que me lee visita La Habana, le sugeriría que se llegue al bufete independiente de la abogada Laritza Diversent, en El Calvario, barriada marginal al sur de la ciudad.
Las carpetas desbordan su buró. La mayoría de los casos que lleva Diversent son de ciudadanos pobres con un desconocimiento jurídico atroz, que luego de tocar sin éxito en las puertas de instituciones del Estado, tratan de solucionar sus problemas remitiéndose a las "personas de los derechos humanos", como la población le dice a los disidentes.
En cuanto a mí, ya los tipos duros de la Seguridad no pierden el tiempo amenazándome. Excepcionalmente, si escribo algo que toca a los cuerpos militares, me puedo llevar un regaño o una citación .
A veces las reprimendas vienen de algunos opositores, cuando consideran que las críticas expuestas en una crónica han sido desmesuradas o inadmisibles. Ahora ha surgido un nuevo actor, que gracias a Dios no tiene el poder intimidatorio de los servicios especiales: la iglesia católica cubana.
Hace un tiempo, publiqué en DIARIO DE CUBA un artículo denunciando un caso de nepotismo con bienes de la iglesia por parte del Cardenal Jaime Ortega. Alguien cercano al entorno eclesiástico me requirió: "Estás llenándote de mierda con personas que son las únicas que pudieran tenderte una mano".
Me gusta coger el toro por los cuernos y respondí: "Si el Cardenal, porque fue a quien mencioné, considera que es un invento o una patraña, puede acusarme por difamación. ¿Tú sabes por qué no lo hace? Porque lo que dije es rigurosamente cierto. Nadie me lo contó. Vivo en el apartamento que queda al lado del caso mencionado".
Así transcurre una semana promedio de un periodista independiente. Entre gente anónima que te cuenta sus asuntos personales, amenazas veladas, navegando a duras penas por internet. Pero las historias siguen ahí. En la calle. Aunque haya quienes no deseen verlas.


Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

miércoles, 30 de mayo de 2012

El azúcar cubano, ¿en fase de extinción?



¿Cómo revertir una tendencia que nos ha llevado a zafras inferiores a las del siglo XIX?
Macheteros en El Mariel. (GETTY IMAGES)


La zafra azucarera 2011-2012 arrastra las mismas dificultades de las últimas dos décadas. A pesar de que en esta oportunidad se sembró suficiente caña para cumplir el plan de producción y se contó desde el inicio de la contienda con la casi totalidad de los recursos contratados, se repitieron los problemas de las cosechas anteriores.
La molienda que debió haber terminado el pasado 30 de abril, aún no ha concluido. Un artículo de Pastor Batista Valdés, acerca de la zafra en la provincia de Las Tunas, publicado en el diario Granma, el 30 de marzo de 2012, decía que por concepto de roturas industriales, interrupciones operativas y dificultades en el suministro de la caña, las molidas inestables y el envejecimiento de la materia prima, la provincia dejó de producir unas 2.835 toneladas de azúcar y tuvo que moler alrededor de 26.800 toneladas más de caña, de manera que en los primeros 80 días de zafra transcurridos, la provincia apenas reportaba el 67% del azúcar previsto para esa fecha.
El segundo secretario del Partido Comunista de Cuba, en una visita al municipio de Campechuela, el 29 de abril de 2012, dijo que "aunque nacionalmente la respuesta de la industria mejoró mucho este año, las deficiencias observadas todavía, unido a los percances en los cortes, exigen un diagnóstico exhaustivo de los problemas para darle especial atención en la etapa venidera". Exactamente lo que se ha dicho al terminar cada zafra anterior.
La periodista Ana Margarita González, en ¿Una mejor zafra?, artículo publicado el 14 de mayo en el semanario Trabajadores, explicaba que, aunque la zafra debió terminar el 30 de abril, permanecían moliendo en ese momento 29 de los 46 centrales. Según ella, "El aprovechamiento que se fijó en 71,5% está en 10 puntos por debajo, y el rendimiento industrial de 10,57% alcanza sólo 10,20"; a lo que agrega que la "mala calidad de las reparaciones de la maquinaría agrícola provocó disminución de la capacidad para las operaciones de corte, alza y tiro de la caña".
Por su parte, en Radiografía de una zafra: el salto que no se dio, publicado en Granma el 18 de mayo, Juan Varela Pérez y Sheyla Delgado Guerra reconocen algunos logros modestos, pero consideran que "las insatisfacciones son muchas". Según ellos, los directivos del Grupo Azucarero expresaron que para la fecha prevista de cierre de la zafra la misma estaba al 94%, pues en los 20 días perdidos por arrancadas tardías y mal aprovechamiento de la capacidad potencial se dejaron de moler 534 mil 892 toneladas de caña, equivalentes a 66 mil 502 toneladas del dulce. Y agregaron que entre las provincias atrasadas, Las Tunas representa el 31% del incumplimiento del país.
A lo anterior, ahora se une el bajo rendimiento de la cosecha por las lluvias del mes de mayo y la práctica de mover a hombres y equipos de las provincias que culminan a tiempo hacia las que no han terminado, como es el caso de los espirituanos, que cumplieron sus compromisos productivos en la primera semana de abril y migrarán hacia otras regiones, con el consiguiente aumento de los costos.
El derrumbe de la industria azucarera cubana se comprende mejor comparando el monto de las toneladas de azúcar producidas en los últimos 117 años. En 1895 se alcanzaron 1,4 millones de toneladas; en 1919 se elevó a más de 4 millones; en 1925 la cifra fue 5,3 millones; y en 1952 llegó a 7,2 millones. En 1970, después de un colosal esfuerzo, la cifra se elevó hasta 8,5 millones; para caer a menos de 3,8 millones de toneladas en 1999. Para enfrentar ese retroceso, en el año 2001 se designó ministro del azúcar al General de División Ulises Rosales del Toro, quien pronosticó una rápida recuperación que alcanzaría en ese mismo año 5 millones de toneladas. Para ese objetivo anunció dos proyectos: 1- la Reestructuración de la Industria Azucarera, dirigida a lograr un rendimiento industrial del 11%, (lo que significa extraer de cada 100 toneladas de caña, 11 toneladas de azúcar), y 2- la Tarea Álvaro Reynoso[1], con el fin de lograr un rendimiento de 54 toneladas de caña por hectárea (el promedio mundial, según la FAO, es de unas 63 toneladas).
Los resultados de los proyectos anunciados, en millones de toneladas, fueron aproximadamente: en la zafra 2000-2001, 3,5 millones; 2001-2002, 2,2 millones; 2002-2003, 2,1 millones; 2003-2004, 2,52 millones; 2004-2005, 1,3 millones y 2005-2006, no logró rebasar esa cifra. En un reporte del periodista Juan Varela sobre esta última cosecha, publicado en Granma el martes 27 de junio de 2006, se dice: "La zafra azucarera recién terminada demostró que no siempre se corresponden esfuerzos y resultados finales", que "el atraso inicial no pudo ser vencido", que "tres cuartas partes del crudo que no se produjo fue motivado por el atraso en la arrancada de 28 de las 42 empresas que abrieron capacidades", que "el resto obedeció a incumplimientos de la norma potencial y del rendimiento industrial".
No fue hasta la zafra 2008-2009 que se alcanzó un ligero aumento (llegó hasta 1,4 millones de toneladas). Todo ello indica, de acuerdo a las dificultades mencionadas, que el propósito de la presente zafra de producir 1.450.000 toneladas de azúcar —cifra que se producía en Cuba a finales del siglo XIX— tampoco se logrará.
En ninguno de los proyectos dirigidos a revertir el declive productivo se ha contemplado la estructura de la propiedad, los bajos salarios en la industria y en la agricultura, ni la mayor autonomía de los productores, con excepción del Decreto Ley 259 que tímidamente se aventuró a entregar en usufructo una caballería de tierra, infectada de marabú; carencias que tienen mucho que ver con los resultados de ésta y de las zafras anteriores.
Como en esta oportunidad se contó con los recursos contratados y con la caña suficiente, ahora se podría poner el acento en cualquier otro aspecto particular, como la fecha de la arrancada para evitar la molida en el mes de mayo. Sin embargo no habrá solución hasta que se establezca la relación entre declive productivo, la estructura de la propiedad y los demás elementos mencionados. Un enfoque que desborda al azúcar y apunta a las reformas estructurales que demanda el país, para cuyo enfrentamiento se requiere de una voluntad política capaz de situar las necesidades de la sociedad por encima de los intereses ideológicos.


[1] Álvaro Reynoso, destacado científico cubano, cuando Cuba ocupaba el primer lugar mundial en la producción de azúcar y contradictoriamente, el último en productividad agrícola, analizó íntegramente todas y cada una de las operaciones relacionadas con el cultivo y cosecha de la gramínea y las publicó en su Ensayo sobre el cultivo de la caña de azúcar (1862).


Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

martes, 29 de mayo de 2012

El drama de los corcheros


| Por Francisco Chaviano González
LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -Pescar es  uno de los oficios  más antiguos  del mundo, y un hobby compartido por muchos. Los pescadores  pululan: profesionales o aficionados, asiduos o eventuales, en embarcación o de orilla.
En Cuba, antes del triunfo de la revolución, había muchas personas que vivían de la pesca, algunos con verdaderas empresas y otros con un simple botecito para arañar el mar en busca del sustento. No pocos tenían botes de recreo. Desde suntuosos yates hasta simples chalupas, unos para su uso personal y otros para alquiler o renta.
En los primeros años del nuevo régimen, ocurrió una estampida. Primero, escaparon en sus yates muchos que tenían una deuda política con los nuevos dueños. Le siguieron los que el nuevo gobierno llamó “siquitrillados”, personas cuyos bienes fueron expropiados. La revolución comenzó confiscando las grandes propiedades, luego, las medianas y más tarde, las pequeñas. En unos pocos años e; nuevo gobierno se apropió de todo, y sus víctimas huyeron.
El último en ser despojado fue el pueblo trabajador que nada tenía, gran parte del cual de buen gusto aprobó la rapiña contra los que tenían algo, creyendo que resultaría  beneficiado por el Robin Hood tropical, cuando en la realidad le reservaban lo peor: la confiscación de la libertad. La camarilla gobernante se enseñoreó  de todo y de todos; y decidió así también acabar con los paseos en barco –tan útiles para escaper de una isla rodeada de agua- y el hobby de la pesca en el mar.
Las autoridades confiscaron los botes de recreo al pueblo. Solo tuvierno derecho a tenerlos los integrantes de la nomenclatura comunista, y algunas personas muy identificadas con el régimen, a quienes, luego de muchas investigaciones, les autorizaron a tener alguna que otra pequeña embarcación, siempre bajo el contro absoluo de la Guardia Coastera. Establecieron la obliigatoriedad de un carnet de pesca, como requisito indispensable para poder salir al mar en una embarcación. Su obtención podía tardar años y tenía que firmarlo el mismi ministro de la pesca.
También los pescadores de orilla tuvieron dificultades. Las autoridades impusieron otro tipo de carnet para poder disfrutar de este pasatiempo. Esto, unido a la falta de los implementos necesarios, que desaparecieron de las tiendas, diezmó considerablemente la práctica. Los Pescadores submarinos también enfrentaron problemas de todo tipo. Con frecuencia a los pescadores se les decomisaban los peces que capturaban y los equipos, además eran multados.
Los pescadores profesionales tuvieron que agruparse en cooperativas controladas por el gobierno. Los que tenían buenas barcas las perdieron y pasaron a retiro. Los demás pasaron a ser empleados del estado que trabajban en embarcaciones estatales. Muchos fueron reclutados por el ministerio del interior como agentes o simples soplones, encargados de delatar a cualquiera que intentara escapar de la Isla prisión. Esta persecusión se suavizó después de la crisis de los balseros de 1994 y los consiguientes acuerdos migratorios de 1995, entre Cuba y Estado Unidos. El astuto Casto puso en manos del “enemigo” el trabajo sucio de perseguir a los balseros y devolvérselos.
El hambre pudo más que la represión y, durante el “período especial”, de los años 90, los pescadores salieron a pescar en neumáticos de vehículos. Mas tarde,los neumáticos fueron sustituidos por rudimentarias embarcaciones de corcho -a las que llaman precisamente “corchos”-, que hacen la pesca más factible y menos riesgosa. Pero la represión no cesa, continúa ahora en oleadas intermitentes. Cuando la guardia costera realiza estas campañas de persecución detiene en el mar a estos pescadores y les confisca la pesca y los avíos, les rompe sus pequeños bote de corcho, y les impone severas multas. Los pescadores esconden sus corchos hasta que  se calma el vendaval, para luego, apremiados por la necesidad, volver hacerse a la mar.
Un pescador de Jaimanitas, llamado Mayito, alentado por la nueva ley que permite realizer algunos trabajos por cuenta propia, ha intentado crear un gremio de pescadores y obtener permiso del gobierno para pescar en corcho. Ha realizado numerosas gestiones ante el gobierno y la Asamblea del Poder Popular, pero no ha tenido éxito. Parece que el gobierno no quiere que le quiten sus pesces, que como toda la Isla, también cree que son de su propiedad exclusive. EL drama de los corcheros continúa.




Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

lunes, 28 de mayo de 2012

Cuba: robar para sobrevivir

Damas de Blanco:el domingo después de la lluvia

Imagen de archivo de las Damas de Blanco
 
El domingo después de la lluvia que azotó por varios días a la isla de Cuba, las Damas de Blanco regresaron a las iglesias para orar y pedir pacíficamente por la libertad de su país y todos los presos políticos.

Mientras en el poblado del Cobre se habían retirado los tradicionales puntos de control que obligaban a las Damas de Blanco a atravesar largas distancias por el monte, según Belkis Cantillo, miembro de esa organización, la treintena de mujeres vestidas con el color de la paz eran vigiladas a distancia por miembros de la policía.

Desde Villa Clara, la Dama de Blanco Belkis Toledo Rodríguez relata su experiencia de este día que terminó regresando a su casa debajo de las lloviznas. Un grupo de ellas solo pudieron llegar hasta la calle Barcelona y Estrada Palma de la ciudad de Santa Clara y allí las detuvo el capitán Lester González junto a otro grupo de oficiales, explicó.

Trasladadas a diferentes estaciones policiales para dispersarlas, a algunas “les rompieron sus manillas y las ofendieron mucho”, en tanto a otras tres las montaron en las patrullas y las dejaron fuera de la ciudad, concluyó Belkis Toledo.

La líder de esa organización, Berta Soler, desde la capital del país, declaró a Radio Martí que 42 mujeres marcharon por la Quinta Avenida portando las fotos de Sonia Garro y Niurka Luque, detenidas desde marzo por el régimen.

"Tenemos que darle gracias a Dios que en la provincia de Santiago de Cuba, en el Cobre pudieron participar 30 mujeres", dijo Soler, destacando la participación en todo el país pese a la represión.

"Una mujer, cinco o cuarenta que estén en diferentes parroquias de nuestro país están representando a todas las Damas de Blanco de Cuba", concluyó.

En el pinareño municipio de San Juan y Martínez  cuatro Damas de Blanco asistieron a misa en la iglesia San Juan Bautista y conversaron con el sacerdote sobre la labor de esa agrupación de mujeres. Aunque al esposo de Noralis Martín lo agredieron y arrestaron, al poco tiempo tuvieron que soltarlo, aseguró Noralis.






Posteado por:"Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"