viernes, 15 de mayo de 2015

Las “penurias” de Fidel Castro en prisión

Fidel Castro bajo arrestro (foto tomada de Internet)

                Fidel Castro bajo arrestro foto tomada de internet)

“Dormimos con la luz apagada, no tenemos recuentos ni formaciones en todo el día, nos levantamos a cualquier hora (…) Agua abundante, luz eléctrica, comida, ropa limpia, y todo gratis”

GUANTÁNAMO, Cuba. -Este 15 de mayo se cumplen 60 años de la excarcelación de los moncadistas. El ataque al cuartel Moncada es calificado por muchos como un acto terrorista. Más allá de los calificativos, siempre discutibles, quienes se han encargado de loar a la generación levantisca y denigrar a los oficiales del ejército de entonces, nada dicen de los soldados ultimados esa madrugada de carnaval. Fueron 19 los militares caídos, pero sus nombres no cuentan para los historiadores oficialistas.
¿Qué pasaría si hoy un grupo de cubanos, hastiado de la discriminación política y los abusos, ataca una unidad militar? ¿Recibirían sanciones tan benignas como las aplicadas a los moncadistas? ¿Les permitirían estar unidos en la cárcel y apartados de los presos comunes? ¿Serían amnistiados?
La “cruel” prisión de los moncadistas
En los artículos que los testaferros del castro comunismo han escrito sobre el suceso se enfatiza en lo “cruel” que fue la prisión para los moncadistas durante el año y nueve meses que estuvieron recluidos. Da vergüenza leer eso al compararlo con lo que después tuvieron que sufrir –y aún sufren- muchos opositores al régimen.
En el libro “La prisión fecunda”, publicado en 1980, el historiador Mario Mencía afirma que Melba Hernández y Haydeé Santamaría fueron condenadas a siete meses por su participación en ese hecho, una sentencia que asombra al compararla con las que actualmente aplican a las valerosas mujeres que se atreven a levantar su voz contra el régimen. Baste decir que hace poco Sonia Garro permaneció más de un año en prisión en espera de juicio.
Al llegar a la cárcel de mujeres de Guanajay a Melba y Haydeé no sólo les permitieron hacer una llamada telefónica para informar a sus familiares sino que les arreglaron un local compuesto por un dormitorio, una cocina, un baño y un comedor, les permitieron recibir toda clase de libros, visitas de familiares y amigos y estuvieron siempre separadas de las presas comunes. Añado que antes de 1959 sólo 3 mujeres fueron condenadas por razones políticas, todas durante la dictadura de Batista, una cifra insignificante si la comparamos con lo que ocurrió después de 1959.
Los 27 moncadistas fueron remitidos al Presidio Modelo de Isla de Pinos y separados de los presos comunes, algo que jamás ha hecho el castro-comunismo con los presos políticos. El señor Mencía afirma que esa cárcel era un infierno, que tenía 460 celdas para 930 penados y que sólo había 3 duchas y 2 inodoros para 25 hombres. Me gustaría, si es que aún vive, que el señor Mencía viera el destacamento 2C de la prisión de Guantánamo, donde estuve preso entre 1999 y el 2003, un local construido para 90 hombres y que en esa fecha llegó a albergar hasta trescientos, muchos de ellos durmiendo en el piso, con sólo dos huecos para defecar y dos duchas. O que viera las celdas tapiadas donde están confinados los presos políticos. ¿Escribiría sobre eso el señor Mencía?
A los moncadistas -según Mencía- se les permitió tener una hornilla eléctrica, una biblioteca con más de 600 libros, leer hasta después de la hora del recuento a las 10 de la noche, practicar ping pong y voleibol y formar una academia ideológica en la cual discutían todo tipo de temas sin intervención de las autoridades del penal. Fidel Castro tuvo a su disposición un radio marca Silvestone. Sesenta años después ningún preso político cubano disfruta de dichos beneficios.
En la página 76 del libro mencionado aparece una carta de Fidel fechada el 4 de abril de 1954, donde escribió: “Me voy a cenar: spaghetti con calamares, bombones italianos de postre, café acabadito de colar y después un H. Upman 4. ¿No me envidias? Me cuidan, me cuidan un poquito entre todos… No le hacen caso a uno, siempre estoy peleando para que no manden nada. Cuando cojo sol por la mañana, en shorts y siento el aire de mar, me parece que estoy en una playa, luego un pequeño restaurante aquí. ¡Me van a hacer creer que estoy de vacaciones! ¿Qué diría Carlos Marx de semejantes revolucionarios?”.
La permisividad de las autoridades alentó tanto a los reclusos que sus familiares les compraron un refrigerador.
En otra carta de agosto de 1954, pág. 149, el déspota en ciernes escribió: “La limpieza corresponde al personal de la prisión, dormimos con la luz apagada, no tenemos recuentos ni formaciones en todo el día, nos levantamos a cualquier hora; mejoras éstas que yo no pedí, desde luego. Agua abundante, luz eléctrica, comida, ropa limpia, y todo gratis”.
El presunto aislamiento
El presunto aislamiento de los moncadistas es otra falsedad pues en el citado libro consta que el 9 de julio de 1954 Bohemia publicó una entrevista a Fidel Castro con el título “Los presos políticos en Isla de Pinos”.
Las madres de los reclusos formaron el grupo de Madres Cubanas que devendría el Comité de Familiares Pro Amnistía de los Presos Políticos. Ellas jamás fueron golpeadas por luchar por la libertad de sus familiares, mucho menos detenidas o difamadas como hoy hace el gobierno en contra de las dignísimas Damas de Blanco.
El 25 de marzo de 1955 la revista Bohemia publicó un documento de los moncadistas dirigido al pueblo cubano y en varias ocasiones fueron visitados por altos funcionarios del régimen. El castro-comunismo jamás ha permitido esa libertad a sus opositores.
Las enseñanzas de un error político
El error de los políticos de entonces fue creer que al amnistiarlos los moncadistas renunciarían a la vocación violenta que anunciaban nítidamente las cartas escritas por Fidel Castro desde su cómoda prisión.
La dictadura disfrazada de revolución que impuso aquél joven de supuestos nobles ideales tiene ya 56 años. Él y su hermano aprendieron muy bien la lección. Ojalá algún día el pueblo cubano aprenda que el mejor líder de un país es el respeto a la institucionalidad y, consecuentemente, cree los mecanismos necesarios para que jamás volvamos a padecer otra dictadura.

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Deportados en su propio país


El Apartheid cubano, sufrido por familias que abandonaron su terruño y se fueron a La Habana, buscando bienestar

En Cuba si no tienes permiso de residencia en La Habana, te deportan a tu provincia de origen (foto de Internet)
En Cuba si no tienes permiso de residencia en La Habana, te deportan a tu provincia de origen (foto de Internet)
LA HABANA, Cuba. -Rodolfo Castro, de Santiago de Cuba, coincidió con otros tres jóvenes detenidos en la estación de policía de Guanabo, al este de La Habana. Conducidos a la Terminal Central de Trenes en un auto patrullero -para que no se pudiesen escurrir- los montaron en el tren y deportaron a sus provincias, previa imposición de mil pesos de multa –unos cincuenta dólares- a cada uno. Así lo relata Osmany Matos, de Guanabo, detenido por una infracción de tránsito, que presenció el hecho.
Los “palestinos” (como irónicamente llaman a los que provienen de provincias orientales) Yordanis Reina, Maikel Caballero y Edilberto Ledesma, del barrio rural El Parnaso; y Amaury Sera, del municipio Manatí, todos de la provincia Las Tunas, explicaron a Graciela Orúes Mena, sindicalista independiente:
“Fuimos a trabajar a Güira de Melena, provincia Mayabeque, porque acá o no tenemos trabajo o pagan una miseria, siempre contratados por un campesino. Una tarde andábamos por la ciudad con la ropa de trabajo impregnada de tierra roja, cuando dos policías nos pidieron la identificación. Fuimos detenidos y deportados por el delito de ‘estar ilegales’. Nos montaron en el tren con la advertencia de que si regresábamos iríamos a parar a los tribunales. No nos permitieron cobrar el tiempo trabajado, ni cambiarnos de ropa, ni recoger las pertenencias. Pasamos hambre por tantas horas de marcha en tren, sin dinero. Un abuso”.
¿El delito? No tener dirección registrada en La Habana.
El abogado independiente René López Benítez, residente en Arroyo Arenas, La Habana, explica: “El Decreto-Ley 217 del 22 de abril de 1997, Regulaciones Migratorias Internas para la Ciudad de La Habana y sus Contravenciones, más conocido como Ley de la Inmigración Interna, intenta controlar la emigración hacia La Habana (también a capitales de provincias occidentales). Justifican su aplicación por la grave situación habitacional, dificultad para lograr empleo, crisis del transporte público, de abasto de agua, drenaje, electricidad, combustible doméstico, salubridad, bajo índice de calidad en la prestación de otros servicios, que ejercen fuerte presión sobre la infraestructura capitalina. El Decreto dispone erradicar personas y asentamientos ilegales en La Habana y demás capitales provinciales con empleo del Ministerio del Interior y el Instituto Nacional de la Vivienda. Han ejecutado miles de deportaciones, mandatos de desahucios. Recursos de amparo ante el Gobierno y Partido Comunista es una pérdida de tiempo. Los desalojos atentan gravemente contra la integridad de familias completas, incluyendo niños y personas de la tercera edad, que habían logrado estabilidad laboral, social y personal”.
Graciela Orúes (foto del autor)
Graciela Orúes (foto del autor)
Los barrios marginales envuelven las ciudades del occidente del país. Hay arremetidas de demoliciones “en nombre del orden y la disciplina urbanística a cargo del Instituto de Planificación Física, cuyo director es el general de división Samuel Rodiles, que intenta erradicar barrios insalubres surgidos frente a la parálisis constructiva del gobierno. Ahora –fracasada la iniciativa estatal- tratan de incrementar la construcción de viviendas mediante esfuerzos propios y política de créditos bancarios y subsidios”, añade López.
Actos de rebeldía a lo largo de la isla contra los desalojos han logrado paralizar algunos desahucios y derrumbes de inmuebles.
La Resolución 267 de la Emigración Interna está en contradicción con leyes recientes relacionadas con el trabajo por cuenta propia y la Vivienda. Comenta López:
“El 7 de octubre de 2010 la Ministra de Trabajo y Seguridad Social dictó la Resolución 32-2010 disponiendo el Reglamento del Ejercicio del Trabajo por Cuenta Propia, por lo que las restricciones del Decreto-Ley 217 –entre otras causales por falta de empleo- no tienen justificación. Muchos acuden a la capital para trabajar por cuenta propia en los más variados oficios de prestación de servicios en construcción, plomería, limpieza de casas, cuidado de niños y enfermos, agricultura, comercio, suministros agropecuarios, labores agrícolas. También el requisito imprescindible de probar la legalidad en una vivienda para obtener licencia de trabajo se facilita mediante el Decreto-Ley 288, del 28 de octubre de 2011 Modificaciones a la Ley 65, Ley General de la Vivienda, referente a la trasmisión de propiedad por compraventa, herencia y donación; y ratifica el arrendamiento de viviendas, habitaciones y espacios. Todo lo cual, de hecho, anularía las restricciones migratorias hacia la capital y disminuiría el registro de casi medio millón de ‘población flotante’, según Censo de Población y Vivienda, de septiembre de 2012.”
Lo más importante, se eliminarían, sobre todo, las inhumanas deportaciones. Personas y hasta familias completas que abandonaron su terruño para trabajar, estudiar e intentar progresar, pero que luego fueron deportados como parias.
La Ley de la Emigración Interna niega el Artículo 13, inciso 1, de la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948): “Toda persona tiene derecho a circular libremente y a elegir residencia en el territorio de un estado”.
La industria de la Construcción, próspera hasta 1958, fue en declive acelerado después de esa fecha. La deportación Interna por motivos políticos fue utilizada por el gobierno colonial español en el siglo XIX. Carlos Manuel de Céspedes (1819-1874), Padre de la Patria, estuvo desterrado en Contramaestre, cerca de Bayamo, su ciudad natal.

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miércoles, 13 de mayo de 2015

Cinco ex prisioneros de la Primavera Negra que rehusaron abandonar Cuba

“Viva donde viva, seguiré trabajando por la libertad de Cuba”

collage 1
Marta Beatriz Roque, Cabello Ángel Moya, Arnaldo Ramos Lauzurique, Diosdado González Marrero y Eduardo Díaz Fleitas
A doce años de la Primavera Negra, 14ymedioconversa con algunos de los antiguos prisioneros políticos que viven actualmente en la Isla. Dos han sido las interrogantes a estos activistas condenados en marzo de 2003: una sobre su decisión de quedarse en Cuba y la otra sobre cómo ven el país en la actualidad.
Marta Beatriz Roque Cabello
Salí de la prisión a finales del 2004, pues por motivos de salud pasé al régimen de licencia extrapenal. A mí nunca me propusieron la posibilidad de salir al exterior, pero tampoco se me hubiera ocurrido. Mi familia más cercana, y la más lejana también, vive en el extranjero, pero nunca he tenido planes de abandonar la Isla. Soy ciudadana española porque mi familia hizo los trámites, visité la embajada de ese país el día que me avisaron para rellenar unos formularios y para luego a buscar el pasaporte, hace ya unos cuatro años.
Este ya no es el mismo país de aquella primavera del 2003. El Gobierno se ha visto obligado a retornarle a los ciudadanos algunos derechos, con independencia de que no puedan hacer uso de ellos. En aquella época, por ejemplo, al cubano no se le permitía hospedarse en los hoteles. Ahora no está prohibido, pero es la economía la que no le permite al ciudadano común y corriente hacer uso de ese derecho. ¿Quién que no seanlos hijos de papá cuenta con el dinero para pagar una habitación? Otra cosa es la posibilidad de viajar al exterior. A los que quedamos aquí con licencia extrapenal no nos permiten viajar, a menos que lo hagamos sabiendo que no se nos permitirá regresar.
"El Gobierno se ha visto obligado a retornarle a los ciudadanos algunos derechos, con independencia de que no puedan hacer uso de ellos"
Recuerdo que el cardenal Ortega, en una declaraciones publicadas por Granma, dijo que todos nosotros quedaríamos en libertad, pero solo quedarían libres aquellos que optaran por el exilio. Esa es una forma de castigarnos por no haber aceptado la deportación, es un capricho del comandante en jefe y una burla a España y a la Iglesia. El 31 de octubre del año pasado hicimos una reclamación formal para tener un documento de libertad, pero nunca obtuvimos respuesta. Solo tenemos el carné de identidad.
Ángel Moya 
Salí de prisión debido a las gestiones que hicieron el Gobierno de España y la Iglesia católica ante el Gobierno de Cuba, pero especialmente gracias a la presión interna que significó el accionar de las Damas de Blanco, la muerte de Zapata Tamayo y la huelga de Guillermo Fariñas. A mí nadie me presionó para salir de Cuba. El cardenal me llamó y me lo propuso y yo le dije que no. Mi decisión fue la de quedarme a seguir luchando por la libertad de Cuba y nunca me arrepentiré de eso. Fue muy importante el apoyo de mi esposa, Berta Soler, que siempre estuvo de acuerdo con que nos quedáramos.
"Mi decisión fue la de quedarme a seguir luchando por la libertad de Cuba y nunca me arrepentiré"
El país no ha evolucionado nada en términos de derechos humanos. Basta con ver los listados de detenciones arbitrarias que mensualmente emite el Comité de Derechos Humanos y Hablemos Press. Los métodos que emplea la Seguridad del Estado incluyen golpizas y atropellos de todo tipo. La represión se ha recrudecido para evitar que la población se sume al activismo. Es verdad que no han vuelto a cometer el mismo error de la Primavera Negra, porque aquello fue un fracaso que le costó caro al Gobierno, pero sí continúan encarcelando por motivos políticos y se siguen negando a ratificar los pactos internacionales de derechos humanos.
Arnaldo Ramos Lauzurique
Salí de prisión en noviembre de 2010. Poco antes, me había llamado el cardenal Ortega y me había contado que se estaba preparando la salida del país de los prisioneros de nuestra causa. Le dije que no estaba interesado. Fue una decisión y han pasado muchas cosas desde aquel momento, pero no tiene marcha atrás. Si ahora yo quisiera salir de Cuba, tendría que ser para siempre, pero no voy a aceptar ese chantaje. Al salir de la cárcel nos dieron un papelito para poder sacar el carné de identidad, pero nunca se manejó nada legal. Mi familia comparte esa decisión y cuando la familia lo apoya a uno, la decisión es más firme.
"Si ahora yo quisiera salir de Cuba, tendría que ser para siempre, pero no voy a aceptar ese chantaje"
Todavía no se ha podido consolidar una oposición. La migración constante de gente con experiencia nos hace mucho daño, esas salidas no permiten consolidarnos. Cuando salí de la cárcel ya casi no quedaba ninguno de mis conocidos en Cuba. Por supuesto que el régimen se ha visto obligado a tomar algunas medidas, pero lo ha hecho por puro pragmatismo. Ellos no tienen vocación de cambiar. En esta misma situación delrestablecimiento de relaciones con Estados Unidos no veo claro si ellos están realmente interesados. Maduro desde Venezuela influye en eso, porque él no está feliz al ver que hay una posibilidad de arreglo con Cuba.
Diosdado González Marrero
En estos momentos, casi cuatro años después de que nos excarcelaron, sigo viendo como una cuestión de principios haber tomado la decisión de no ceder bajo la presión del Gobierno de aceptar el exilio como condición para salir de la cárcel. Lo vi así entonces y lo sigo viendo de esa manera. En más o menos una semana me reuniré con mi familia en el extranjero. Salgo de la Isla, pero me quedo en Cuba. Hice el intento de salir como una visita normal, pero no nos está permitido. Incluso mi esposa y yo fuimos a ver al cardenal para que intercediera, pero no fue posible solucionar nuestra petición. Salgo por dos razones: el deseo que tengo de reunirme con mis hijos y mis nietos y porque los cubanos debemos aprender a vivir en democracia. He hecho lo posible en favor de la unidad de la oposición, pero es muy difícil, hay demasiados intereses propios de cada organización. Viva donde viva, seguiré trabajando por la libertad de Cuba.
"Salgo de la Isla, pero me quedo en Cuba"
Después de haber estado ocho años en aquellos lugares que ni siquiera merecen llamarse prisiones y salir de nuevo a la calle, lo veía todo peor. Después uno se va aclimatando y se acostumbra otra vez a cualquier cosa. Ahora vemos cambios. Hay algunas cosas que el cubano tiene derecho a hacer que antes no podía. Acceder a un teléfono celular, conectarse a Internet, poder viajar, eran metas que parecían imposibles, lo mismo con el desenvolvimiento de los negocios particulares o la tierra en usufructo, pero políticamente nada. Hay que seguir luchando. Después que Fidel Castro se enfermó y dejó el poder a su hermano, se empezaron a eliminar prohibiciones y ahora, con las conversaciones entre el régimen cubano y el Gobierno norteamericano, las cosas mejorarán aun más, sobre todo cuando fluya el turismo desde Estados Unidos.
Eduardo Díaz Fleitas 
Me soltaron cuando solo faltaban unos días para que cumpliera ocho años en prisión. Me llamó el cardenal Jaime Ortega para sugerirme que si yo aceptaba marcharme para España podría ser liberado. Le dije que no me interesaba irme de Cuba. Haberme quedado en la Isla ha sido muy importante porque mi dedicación es luchar por los cambios que necesitamos. Jamás me arrepentiré de haberme quedado aquí y no pienso irme bajo ningún concepto.
"Haberme quedado en la Isla ha sido muy importante porque mi dedicación es luchar por los cambios que necesitamos"
El cambio mayor que ha sufrido el país en estos 12 años es que lo veo más deteriorado. No hay respeto a la dignidad humana ni ningún tipo de mejoramiento en ningún orden de la vida. En lo político, desde el 17 de diciembre se ha abierto una nueva senda. Falta ahora que el régimen decida aceptar realmente los cambios y buscar la paz para el progreso de la patria.

Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

Estos son 5 de los doce prisioneros de la "Primavera Negra" que rehusaron abandonar Cuba.

"Reconocer los cambios no nos hace estar conformes"

José Daniel Ferrer, Félix Navarro, Héctor Maseda, Jorge Olivera y Librado Linares
José Daniel Ferrer, Félix Navarro, Héctor Maseda, Jorge Olivera y Librado Linares
A doce años de la Primavera Negra, 14ymedioconversa con algunos de los antiguos prisioneros políticos que viven actualmente en la Isla. Dos han sido las interrogantes a estos activistas condenados en marzo de 2003: una sobre su decisión de quedarse en Cuba y la otra sobre cómo ven el país en la actualidad.
José Daniel Ferrer
Durante todo el tiempo que estuvimos en prisión, el régimen de los hermanos Castro hizo lo posible para presionarnos, obligarnos a que abandonáramos el país. Unos cuantos decidimos decir que no, fueran las que fueran las circunstancias. Hoy estoy más convencido que nunca de que sí valió la pena haberme quedado. Estamos aportando nuestro modesto granito de arena para tener una nación donde no vuelvan a ocurrir primaveras como aquella del 2003, en la que tantos compatriotas pagaron con la cárcel el intento de ejercer sus derechos más sagrados.
"Hoy estoy más convencido que nunca de que sí valió la pena haberme quedado"
Han cambiado muchas cosas, aunque se mantiene y en ocasiones aumenta la represión contra los activistas de derechos humanos y también contra todo el pueblo. Reconocer los cambios no nos hace estar conformes, porque no lo estaremos hasta tener una Cuba próspera y democrática. En los últimos días que yo andaba libre en las calles, a principios del 2003, se nos acercaban algunas personas y nos susurraban al oído: "Te oí", haciendo referencia a que nos habían escuchado hablar por alguna estación como Radio Martí,uno de los pocos medios para enterarse de lo que hacían las fuerzas prodemocráticas. En estos momentos son cientos de personas las que ya no susurran, sino que nos gritan: "Te vi", porque ya no es solamente por esas emisores que podemos transmitir nuestro mensaje. Con muchísimas dificultades vamos rompiendo el monopolio que tiene el régimen sobre los medios de difusión y lo hacemos no solamente a favor de las luchas por los derechos humanos, sino cada vez más intensamente acompañamos a la población en otros problemas, ya sea ayudándolos a poner un techo u organizando una actividad deportiva o cultural y eso también lo difundimos. Por eso no solamente nos gritan: "Te vi", sino que ahora también dicen: "Nos vimos", porque protagonizan ellos nuestras acciones.
Félix Navarro
Haberme quedado en Cuba al salir de la prisión es quizás la mejor idea que he tenido en toda mi vida. El sábado 10 de julio, día en el que pasaba mis 57 cumpleaños en la prisión, recibí una llamada del cardenal Ortega. Me informó de que se estaba conformando el tercer grupo de excarcelados y que podría salir junto a toda mi familia. Le agradecí el gesto y el hecho de que la Iglesia siempre hubiera luchado junto a los desamparados y contra las injusticias, pero que no abandonaría el país aunque tuviera que cumplir completos los 25 años a los que me habían condenado. El 22 de marzo me volvió a llamar y al otro día me sacaron de la prisión. Junto a José Daniel Ferrer, fui de los últimos en llegar a su casa.
En estos momentos, estoy bajo la condición de excarcelado como licencia extrapenal, pero me siento convencido de que más tarde o más temprano nos van a permitir viajar normalmente como a cualquier cubano. En mi caso, no tengo la intención de viajar al extranjero hasta que en la presidencia de Cuba no se haya instalado un miembro de la sociedad civil cubana elegido democráticamente.
"No abandonaría el país aunque tuviera que cumplir completos los 25 años a los que me habían condenado"
En mi opinión, el país ha cambiado, pero hacia peor. Es cierto que, desde principios de diciembre del año pasado, la policía política ha dejado de reprimir de la manera que lo estaba haciendo las expresiones de lucha pacífica de las Damas de Blanco en Cárdenas y Colón. Antes de eso, cada domingo les impedían caminar por las calles, eran golpeadas e insultadas, subidas a vehículos y abandonadas a su suerte en cualquier sitio. Eso ya no está ocurriendo y creemos que es algo muy provechoso, pero la represión continúa de otras formas, con citaciones policiales y vigilancia.
Héctor Maseda
Fui contactado en tres ocasiones por el cardenal para que saliera hacia España y le dije que no. Cuando me dijeron que saldría de la cárcel bajo licencia extrapenal, me negué argumentándole que Raúl Castro había anunciado meses antes que todos seríamos puestos en libertad. Salí de la cárcel en contra de mi voluntad. En septiembre del 2014 hice una reclamación al Tribunal Provincial del Poder Popular en la sala de delitos contra la seguridad del Estado y al Consejo de Estado para que me liberaran totalmente. Me respondieron que un tribunal había valorado que yo tenía que seguir bajo control. No tengo ningún interés en salir de este país, esta es mi decisión y no tengo que explicársela a nadie.
"Salí de la cárcel en contra de mi voluntad"
Han ocurrido algunos cambios en nuestro país, pero yo sigo insistiendo en que no son los fundamentales. Se mantienen posiciones muy rígidas por parte del Gobierno de Raúl Castro. El hecho de que se estén restableciendo relaciones con Estados Unidos quizás sea el cambio más notable, pero detrás de eso solo veo intereses económicos tanto de parte del Gobierno cubano como del norteamericano. En el caso de Raúl Castro, lo que busca es prolongarse en el poder con su dinastía, pero no acabo de ver cuáles serán los beneficios para el pueblo cubano.
Jorge Olivera
Hace poco menos de cinco años que decidí no aceptar la oferta de marchar como desterrado a España. Recibí muchas críticas, pero los amigos más cercanos, mi esposa y mi familia me apoyaron en la decisión. En una oportunidad tuve deseos de irme de Cuba, pero uno tiene derecho a cambiar y hoy no me arrepiento. En el momento más difícil de la disyuntiva opté por quedarme por muchas razones, una de ellas es el trayecto que ya llevaba en la prensa independiente, donde trabajé con Habana Press desde 1995 y además mis convicciones. Después de pensar en todas las aristas, consideré que mejor me quedaba aquí tratando de abrir espacios en el periodismo independiente, aportar nuestra experiencia a los jóvenes. Aquí estoy, feliz, aunque parezca un término contradictorio, porque hago lo que me gusta y estoy contribuyendo con mis modestos esfuerzos a un país mejor.
"El país ha cambiado y cambiará más, tal vez no con la celeridad que queremos"
La vida es dialéctica y todo cambia. A veces no lo notamos porque estamos dentro del bosque, pero el mundo ha cambiado y Cuba también. La Cuba de hace 12 años era muy diferente. Ahora, por ejemplo, han ocurrido y se han precipitado acontecimientos que nadie esperaba, como es el restablecimiento de relaciones diplomáticas entre Cuba y Estados Unidos. Se han abierto espacios que entonces eran impensables, hay personas que no lo ven así, hay quien piensa que es muy poco, otros dicen que no ha cambiado nada. El país ha cambiado y cambiará más, tal vez no con la celeridad que queremos los que estamos en la vía prodemocrática, pero ha habido cambios. Nuestro trabajo se ha visibilizado gracias a la existencia de las nuevas tecnologías, Internet y los teléfonos móviles; se han abierto discretos pero importantes espacios que han contribuido en mayor o menor medida a mejorar nuestro trabajo, tanto en la oposición política como en la sociedad civil alternativa.
Librado Linares
Cuando llevaba aproximadamente año y medio en la prisión del Combinado del Este en La Habana, unos oficiales de la Seguridad del Estado me entrevistaron con el propósito de conocer mi disposición de salir de Cuba como vía para ser excarcelado. Les dije rotundamente que no y el que estaba al frente de ellos me aseguró que tendría que cumplir los 20 años sin beneficio alguno. Decidí quedarme por el compromiso que tengo para desarrollar una dinámica de cambio que de al traste con el totalitarismo castrista y se pueda producir una transición a la democracia. Por otro lado estoy muy identificado y tengo un gran sentido de pertenencia con la cultura cubana, con sus valores, los vecinos del barrio, el clima, con las parrandas de Camajuaní. Eso no lo sustituyo por ningún país.
"Somos más plurales, menos monolíticos"
Algunos especialistas en los temas de transición han dicho que hay cuatro tipos de regímenes no democráticos: totalitarios, postotalitarios, sultanistas y autoritarios. El de Cuba fue un régimen totalitario copiado al papel carbón del modelo soviético de corte estalinista, pero a partir de los años 90 se empezó a producir un proceso dedestotalitarización y eso ha ocurrido por la presión de la oposición interna y de la internacional y otras razones, incluso de tipo biológicas. El régimen ha ido evolucionando hacia el postotalitarismo y quizás se proponga encaminarse hacia un régimen autoritario de tipo militar.
Ellos quieren mantenerse en el poder y eso los ha llevado a permitir ciertas mejoras en la libertad de movimiento, se han facilitado aspectos en el tema de la propiedad y la gestión no estatal de la economía, como el usufructo, el arrendamiento, las cooperativas no agropecuarias. A pesar de la enorme represión, la oposición se ha ido ganando espacios. Somos más plurales, menos monolíticos. La gente está perdiendo el miedo, rompiendo sus ataduras y aprendiendo a hablar en público y a exigir sus derechos.

Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

La cosecha del que siembra violencia


La disidencia cubana ha sido más pacífica que los santos de yeso. Hasta ahora…

Represión a Damas de Blanco (foto de Internet)
Represión a Damas de Blanco (foto de Internet)
LA HABANA, Cuba. -Muy preocupados, me contaban en casa el opositor y candidato a doctor en ciencias físicas Antonio Rodiles y su esposa la actriz y activista política Ailer Gonzalez dos hechos que me tienen rezando para que estos años que empezaron con la sangre del Moncada no terminen siendo la de una historia circular. Hablaban Ailer y  Antonio  del aumento de la represión policial después del 17 de diciembre, de manera muy especial de la brutalidad con que los represores se están despachando.
Al irrumpir el domingo 26 del mes pasado con sus camiones atestados de expertos en artes marciales en la terminación del habitual desfile de las Damas de Blanco, Carlitos el hijo de Jesús Menéndez, anciano diabético y con el corazón en mal estado, fue sometido, arrastrado y tirado al camión como un saco de malangas; a Yury, el nieto de Blas Roca le apretaron de tal modo las esposas plásticas que las manos se le pusieron negras y hasta Calabazar, donde al camión de lata con los presos adentro suelen de vez en vez dejarlo al sol para hornearlos un poco, no se las cortaron. A Antonio lo agarraron entre varios y lo maduraron a golpes por la espalda antes de lanzarlo de cabeza al camión; de maltratos y represión de toda laya podrían escribir libros interminables las Damas de Blanco, al parecer excluidas de la campaña gubernamental en los medios por el cese de violencia contra la mujer.
Represión después del 1959 nunca ha faltado. Ni crueldad. En Canarias, durante un homenaje al poeta Manuel Díaz Martínez, Raúl Rivero me hablaba de un abogado disidente y ciego de las vueltas de Ciego Ávila que durante un tiempo le sirvió de lotería a los guardias de la localidad. Lo detenían y al llegar la noche lo soltaban en cañaverales remotos. Ganaba el guardia de la apuesta que más se acercara a la ansiada hora en que al día siguiente vieran al ciego entrar en el pueblo tanteando con una caña o una rama pelada.
Asombrado de no haberlo visto en mucho tiempo, me encuentro en la UNEAC, ya avanzados los 60s, con el gallego Regueral, periodista español que vivía en Cuba desde los 40s. “Estuve preso casi un año en Villa”, me dijo. “”¿Por qué?”, dije. “Eso pregunté yo cuando me soltaron. ¡Vete, vete, Gallego, agila!, fue la respuesta. Ni me habían interrogado.”
Pero pegar, no había pegado la policía política. Secuestraba, entraba en las casas a medianoche y las ponía al revés, y forcejeaba, reducía por la fuerza al opositor, pero pegar no pegaba. O no al descubierto. Para eso utilizaba al supuesto “pueblo indignado”, molote en el que tal vez no faltara el aforado con disfraz.
La represión arrecia contra los opositores (foto de Internet)
La represión arrecia contra los opositores (foto de internet )
Por  otro lado, es el momento actual  el menos indicado para hacer gala de brutalidades. Está esperando inversionistas el cebito del Mariel (aunque dicen los que saben que ahí no picará ningún peje grande), están las autoridades de gobierno norteamericanas visitando la Isla con frecuencia, y detrás, o delante, están llegando los que vienen a ojear la parte de la Isla con que les gustaría quedarse, gobierno y cuentapropistas están esperando los cuatro millones de turistas norteamericanos de que habla el  mito y en septiembre llegará al Papa Francisco. Es, insisto, el momento menos indicado para darle candela al jarro.
Después de los primeros años de la revolución, aquí no volvió a sonar un petardo, ni a tener lugar un sabotaje, ni un atentado, ni a producirse un alzamiento. Estos métodos de lucha, tradicionales en la Isla y en los que el Movimiento 26 de Julio obtuviera calificaciones de excelencia, desaparecieron. La disidencia, en ese aspecto, ha sido más pacífica que los santos de yeso. Pero la violencia suele engendrar violencia.
Recuerdo un muchacho de los tiempos del parque Aguirre que no se quería meter en nada. Al verlo aparecer, el grupo cambiaba de tema, “Subuso”, decían. Se le temía. “Me están dando frío”, quejábase él. Una noche llegó casi llorando, pero resuelto. ”Caballeros, llévenme en lo que sea”, dijo. Un policía que le ofendiera la novia le había dado un galletazo.  Enseguida, por lo que he sabido después de 1959, era el mejor poniendo bombas.
Un hombre sin trabajo es un peligro, pero un hombre con la mano de un policía encima puede ser el comienzo de una guerra civil. Comprendo al general de Ejército Raúl Castro. Si permite las manifestaciones de las Damas de Blanco, tendría que permitir las de otros y todas demás, pero si no las permite tendría que seguir haciendo uso de la brutalidad y entonces habría cruzado la raya que no se puede cruzar. Le han dejado un tabaco ardiendo por las dos puntas. Sólo le queda abrir el juego. Inaugurar la democracia. Su tiempo se le ha acabado.

Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

Madre cubana, te deseamos paz

martes, 12 de mayo de 2015

Entrevista a Rosa María Payá a su regreso a Cuba para visitar la tumba d...

“Yo vengo a mi país porque es mi derecho”

Vídeo con entrevista exclusiva desde La Habana a Rosa María Payá, hija del fallecido líder opositor Oswaldo Payá

LA HABANA, Cuba- Rosa María Payá, hija del fallecido luchador por los derechos humanos en Cuba, Oswaldo Payá, hizo su arribo a La Habana este lunes en horas de la mañana, procedente del aeropuerto de Miami, con el propósito de reunirse con familiares, amigos y honrar la memoria de su padre.La hija del importante luchador, quien viajó a su patria en compañía de otros activistas, comentó la presencia de militares en el Aeropuerto Nacional “José Martí”, lo cual constituye, según sus compañeros de vuelo, una anomalía.Asimismo, afirmó que desconoce la duración de su estancia y que deberá hacer algunos trámites legales antes de su regreso.“Vengo a mi país porque ese es mi derecho, como es el derecho de todos los cubanos, lo reconozca o no lo reconozca la ley. Creo que tenemos una oportunidad única, como cubanos, de trabajar por nuestro bienestar, de trabajar asumiendo el riesgo por conquistar nuestros derechos”, expresó.Rosa María accedió amablemente a responder algunas preguntas a este equipo de reporteros, y expresó su agradecimiento a los que apoyan su causa, así como la importancia del legado de su padre:“Agradecerle muchísimo a las personas que me han acompañado en mi regreso a mi país, a las personas que han enviado electrónicamente su flor, para honrar la memoria de mi padre. Tenemos muchos amigos, y cubanos que quieren honrar la memoria de Oswaldo Payá, y hacer énfasis en su legado que tan vigente está”.Oswaldo Payá fue uno de los fundadores del Movimiento Cristiano Liberación, creado en 1988,  con el objetivo de luchar por los derechos humanos y cívicos de los cubanos. Es mundialmente conocido por su intención de postularse para Diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular, logrando en el año 1997 cientos de firmas de apoyo a su candidatura.Asimismo, fue cofundador del Proyecto Varela en 1998, el cual persiguió la recolección más de 10.000 firmas para presentar al gobierno una solicitud de cambios en la legislación, a través de un referendo nacional. Por tal motivo, recibió el prestigioso Premio Andrei Sajarov a los Derechos Humanos, del Parlamento Europeo en 2002.
Su muerte tuvo lugar en dudosas condiciones y actualmente se lleva a cabo una investigación, impulsada por Rosa María, para confirmar sospechas sobre la posible participación en la misma de los órganos de la Seguridad del Estado.

Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

lunes, 11 de mayo de 2015