sábado, 9 de julio de 2016



Pedro Diaz
6 minMiami, Florida
EXHORTACIÓN AL EXILIO CUBANO: De nuevo con la misma cantaleta de hace 57 anos,: "aprietense el cinturón" ¿ Pero hasta cuando estos bandoleros van a seguir humillando al pueblo y proporcionándole necesidades de todo tipo? Son tan ineptos y corruptos que no son capaces de renunciar por tantas calamidades por las que ha tenido que pasar el pueblo cubano, producto de su incapacidad e ineficiencia. Un gobierno con vergüenza y dignidad hace anos que hubiera renunciado, Claro, ellos son los duenos de la finca y eso no la van hacer. ¿Donde se van a meter? Pero cuidado, esta vez no es 1991, esta vez el pueblo está cansado y ha perdido el miedo. Lo vemos a diario con las organizaciones opositoras y recientemente ha habido protestas espontáneas de la población. No creo que el cubano de a pie, soporte otro "Periodo Especial", que sin dudas está a las puertas de cada casa del pueblo. El desastre de Venezuela así lo asegura. Pienso que las organizaciones del exilio estén o se estén preparando, para cuando llegue este momento, pero no con pancartas y aplanadora, sino con una flota gigante que nos lleve a Cuba y junto al pueblo luchar por derrocar a ese mal llamado gobierno. Es nuestro derecho y ni los Castro ni Obama, nos lo pueden impedir. Basta ya de bla, bla, bla. llegó la hora de definiciones, llegó la hora de hacer lo justo y necesario por Cuba, no podemos dejar a nuestros hermanos solo en esta hora final. Si realmente queremos una Cuba libre y democrática, debemos ser partícipe de su liberación. Exhorto a Ramón Saul Sánchez, que es el que tiene el poder y los medios de convocatoria, que se prepare para este momento, de lo contrario sera uno mas de los pseudopatriotas que abundan por estos lares. Si para venir a USA en 1980, el exilio fue capaz de sacar de la Isla 125000 personas, estoy seguro que ahora puede llevar a la Isla 300,000 cubanos. Estoy convencido que en estos momentos hay mas personas dispuestas a participar en esta campana de liberación, solo hay que convocarlos. Ud cubano, que quieres ver a tu patria libre, que opinas? Se hace necesaria una opinión masiva, sea positiva o negativa, para poder echar andar los mecanismos burocráticos e indolentes, que nos permitan liberar a Cuba.
"Comite Pro Libertad de Presos Politicos Cubanos"

martes, 5 de julio de 2016

Oscar Elías Biscet, una visión para el cambio

El gobierno se prepara para un salto evolutivo y el pueblo debe prepararse también
 |  |  33 Comentarios comment count
El doctor Oscar Elías Biscet y sus colaboradores del Proyecto Emilia (babalublog.com)
El doctor Oscar Elías Biscet y sus colaboradores del Proyecto Emilia (babalublog.com)
FORT PIERCE, Estados Unidos.- Haber recibido la Medalla Presidencial de la Libertad de manos de George W. Bush en 2007 ha sido uno de los más grandes momentos en la vida de Óscar Elías Biscet, líder en la oposición cubana devenido símbolo de varios movimientos políticos disidentes de la isla.
Sus recientes intervenciones ante el Congreso de los Estados Unidos se unen a su ejemplar trayectoria política, que incluye casi diez años en prisión y una labor encomiable en pos de la unidad del pueblo cubano, de manera especial a través del Proyecto Cívico Emilia, que ha conseguido más de 3 000 firmas de aquellos que quieren una democracia y acabar con el régimen comunista.
En su reciente visita a Radio y TV Martí, expresó que los gobernantes cubanos están “preparando el cambio evolutivo” del régimen, lo que merece ser analizado detenidamente.
Con el paso del poder a Raúl Castro, muchos tuvieron cierta visión acerca de un futuro con cambios. Otros, sumergidos en el escepticismo y el pesimismo que el propio sistema origina, se resistieron a creerlo. Lamentablemente, multitudes siguieron el curso de sus vidas sin pensar en lo que esto significaría para su país, ya sea por pura enajenación o por la pérdida de aquella capacidad inherente al hombre, el pensar, algo que se disipa y se pierde con frecuencia en los sistemas totalitaristas.
Pocas veces tienen lugar en la historia cambios radicales contundentes, las dos grandes guerras mundiales y otros tantos conflictos bélicos que se han extendido en el tiempo han sido precedidos por una serie de condicionantes, capaces de desencadenar finalmente un suceso. Es decir, dada la existencia de premisas no solo de carácter objetivo, sino desde el imperceptible pensamiento de los hombres.
Los cambios que revolucionaron a Europa Oriental hacia el último tercio del pasado siglo veinte, se gestaron durante un largo período de tiempo; hasta que los países involucrados estaban en su agonía, cual sombras espectrales, al comparárseles a sus vecinos del occidente, los que lograron poner bien alto sus economías y alcanzar grandes logros en numerosas áreas. Solo así advino el cambio, con rapidez desde la precepción de la apariencia,  pero muy lentamente en el tiempo cuando se le analiza con profundidad.
En el caso de Cuba, a pesar de que algunos no logran percibir los cambios a través de lo sutil, estos están teniendo lugar. Con una lentitud extrema, pero están ocurriendo, y la mayor prueba es el inicio de las relaciones con los Estados Unidos, algo prácticamente increíble y que con seguridad no hubiera ocurrido jamás bajo el mandato del delirante y olvidado viejo dictador. Este es, tal vez, uno de los tantos elementos preparatorios de ese cambio evolutivo para el que se prepara el propio gobierno cubano, que aunque se resiste a la transformación radical no le queda otra opción que aceptar un devenir histórico que trae consigo la desaparición de aquel ideal, por el que –se supone– lucharon hace más de medio siglo.
Biscet, con un discurso preciso y seguro, respaldado por la agudeza de su pensamiento previsor, ha sido capaz de teorizar –sin desprenderse de su práctica visión de siempre– en uno de los más polémicos puntos del entorno político cubano: el futuro no muy lejano del país, una vez que el dictador de turno deje su poder como ya ha anunciado públicamente.
Una de sus hipótesis consiste en un posible levantamiento armado de los propios militares, algo que pudiera parecer una utopía, pero no deja de ser una opción en un país donde todo es posible, y del cual han salido militares de alto rango y funcionarios de larga trayectoria dentro del régimen, estableciéndose en otros países y hasta uniéndose a ciertos movimientos políticos del exilio. Así, estos militares que Biscet reconoce como dignos, darían la merecida libertad al pueblo cubano.
Otra hipótesis consiste en que sea el pueblo quien le ponga fin a la dictadura, lo que se infiere sea a través de la no violencia, según los preceptos defendidos por el opositor desde que creara la Fundación Lawton por los Derechos Humanos, en 1997, con el objetivo de promover pacíficamente la defensa de los derechos, tomando como base el respeto a la vida; lo que está sustentado en el principio de la desobediencia civil no violenta, cuya fundamentación es más filosófica y antropológica que política, pero de utilidad indudable en el contexto de la modernidad de estos tiempos.
Gene Sharp, el político estadounidense contemporáneo, desarrolló su teoría de la acción no violenta como forma de lucha apropiada para el presente. La modernidad implica cambios en las opciones estratégicas, y la lucha pacífica que lentamente está asumiendo el pueblo cubano protagonizado por movimientos como las Damas de Blanco, UNPACU, Opositores por una Nueva República,  Fundación Lawton, Cuba Independiente y Democrática, entre otros grupos, son muestras convincentes de la realidad política de la isla.
La desobediencia civil pacífica propuesta por Sharp, y asumida inteligentemente como modelo por Biscet, es la forma ideal para derrocar a la dictadura. Desde el momento en que los gobernantes no tengan a quien dar órdenes por cuanto sus súbditos han dejado de obedecer, tendrá lugar una paralización del país, y ya  “hay un pueblo que está despertando, un pueblo que está pensando, y con ese pensamiento creo que el final está próximo”, ha declarado Biscet al abordar el tema del futuro de Cuba.
La terrible represión del gobierno cubano podrá impedir un levantamiento armado, que no es la propuesta ideal en nuestros tiempos, pero no podrá detener a todo un pueblo que se quede en sus hogares o que decidan sentarse en los parques durante días y noches en vigilia. La no cooperación se impone: no a desfiles y concentraciones, no a reuniones convocadas por el régimen, no cotizaciones de sindicatos y “organizaciones de masa”, no participar en los simulacros de elecciones, entre otras tantas acciones que son formas sutiles de ofrecer resistencia, siguiendo los principios de la desobediencia civil no violenta.
No solo los gobernantes han de prepararse para el cambio evolutivo, sino el pueblo, que debe continuar con ese despertar al que se ha referido Biscet, que lo conducirá de manera inevitable a los cambios que sí están ocurriendo, aunque algunos se resistan a admitirlo

Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

CUBA: a las puertas de un segundo periodo especial


OPINIÓN

Obama, Castro y la tormenta perfecta


Barack Obama durante su visita a La Habana. (LOPEZDORIGA.COM)
Esta vez los "agoreros" no son los cubanólogos, las radioemisoras cubanoamericanas de Miami, algún funcionario estadounidense, o un opositor en la Isla. Los sombríos vaticinios provienen de las capas mejor informadas de la oficialidad habanera y son validados por orientaciones ministeriales. Avizoran un nuevo periodo crítico cuya magnitud puede ser semejante a la de inicios de la década de los 90, pero en las circunstancias actuales desatarían protestas populares ante las cuales podría quebrarse la cohesión de la elite de poder.
La perspectiva de que a la Isla se aproxima una "tormenta perfecta" la predicen esta vez no solo la subdirectora del periódico Granma, sino también líderes partidistas de municipios claves como Plaza de la Revolución, donde se concentran las oficinas de los Consejos de Estado y de Ministros, el Comité Central del PCC y los ministerios del Interior y de las Fuerzas Armadas. El mensaje que trasmiten es de incertidumbre sobre el futuro inmediato.
Podrían ocurrir —siempre según esas fuentes informadas—  explosiones sociales de tal magnitud que serían imposibles de controlar sin un uso desmesurado de la violencia, a un costo político nacional e internacional de gran envergadura.
La lógica estadounidense detrás del 17-D
Evitar esa tormenta perfecta —preñada de un éxodo mayor que en 1980 por Mariel— fue lo que indujo a Obama a  dar inicio, en 2013, a las conversaciones exploratorias con La Habana.  Para la comunidad de inteligencia de EEUU resultaba claro que si la tendencia al deterioro social y económico en Cuba se conjugaba con el colapso de la economía venezolana, una nueva crisis cubana podría coincidir con el año electoral estadounidense que, además, cierra el legado presidencial de Obama.
Desde esa perspectiva se retomó la idea anunciada por la secretaria de Estado Madeleine Albright —casi tres años después de adoptada la Ley Helms-Burton— el 5 de enero de 1999: EEUU estaría dispuesto a entablar relaciones económicas con sectores no estatales de la economía cubana. Es obvio que la interpretación jurídica que hizo la Administración Clinton del alcance de las sanciones prescritas por la Helms-Burton no incluía al sector privado. 
Apoyada en ese precedente, la Administración Obama decidió facilitar las transacciones económicas y financieras con el sector no estatal de la economía cubana, lo cual no requería autorización del Congreso.
Sus "expertos" vaticinaron que hacerlo mejoraría las condiciones de vida en la Isla, por el potencial tremendo que encierra la iniciativa privada para crear riquezas y empleos en breve plazo. Desde su lógica apostaban a que, en un contexto de mayor estabilidad interna, Raúl Castro estaría menos inclinado a emplear una represión violenta de las libertades básicas. Los más optimistas creían incluso avizorar que la Isla cooperara en la búsqueda de una salida política a la situación de su narcocolonia venezolana. El objetivo de esta nueva estrategia era asegurar estabilidad en la Isla, no cambiar el régimen totalitario allí existente.
La vieja lógica se sustituía por la que ahora aportaban algunos influyentes expertos en marketing político, devenidos abruptamente en especialistas sobre Cuba.
La lógica de la elite de poder
Pero la lógica de la elite de poder cubana no se guía por patrones iguales de racionalidad. Los Castro no se sentían obligados a alcanzar compromiso recíproco alguno que los obligase a considerar cambios en su política nacional o internacional.
Las concesiones unilaterales abrieron su apetito. Pidieron más de EEUU en las negociaciones bilaterales e incluso creyeron que el presidente de EEUU podría levantarles el embargo a las empresas estatales bajo control de los militares (cuestión que siguen intentando).
La crisis que comienza a tocar a las puertas de la Isla no tiene como única causa el desplome económico de Venezuela; mucho menos el embargo. Es también —y sobre todo— el resultado de la irresponsable y terca renuencia de Raúl Castro a emprender con celeridad reformas que le permitieran al sector no estatal emergente recibir de inmediato una inyección de capitales, tecnologías, know-how y acceso a mercados externos.
Lo único que realmente profundizaron y extendieron fue la represión y sus niveles de violencia. Ambas cosas eran exactamente las que los funcionarios estadounidenses querían evitar para conjurar la posibilidad de inestabilidad y de una crisis migratoria. Los falsos supuestos en que se apoyó la nueva política hacia La Habana han contribuido, de hecho, a una mayor inestabilidad en la Isla. Exactamente lo opuesto de lo que se perseguía con ella.  
A 18 meses del 17-D Raúl Castro conduce al país, "sin pausa pero sin prisa", hacia una tormenta perfecta. El unilateralismo estadounidense alimentó,  inopinadamente, su arrogancia e inmovilismo.
La excelente actuación del presidente Obama durante su visita a la Isla no borra el dato de que la actual política tiene su talón de Aquiles en la incomprensión estadounidense de la lógica que mueve a la elite de poder cubana, y en el supuesto de que La Habana puede acercarse a Washington si se ignora el vínculo entre libertad, derechos humanos y prosperidad.
¿Por qué esta crisis es diferente a las anteriores?
Tres pilares del sistema totalitario cubano se han quebrado: la ineficiente economía estatal, el sobreexplotado subsidio venezolano y la desacreditada ideología comunista. Solo queda la represión. Contener explosiones sociales, sin embargo, no equivale a apalear a la oposición, la cual incluso es hoy más numerosa y proactiva que en 1994. Lo que ocurra va a ser filmado y distribuido dentro del país y al mundo entero, por dos millones de teléfonos inteligentes que no existían cuando ocurrió elMaleconazo.
En la Isla, la frustración, el descontento y el deterioro de las condiciones de vida se incrementan. Por ello aumenta una migración potencial a la que después de las gestiones del Gobierno cubano con los gobiernos de Ecuador, Nicaragua y México han dejado solo la salida marítima. EEUU recibiría un Mariel multiplicado por diez en un año electoral. En su miopía, La Habana parece creer que ese puede ser el instrumento de chantaje con el que finalmente logren el levantamiento del embargo contra la economía estatal. Las consecuencias de ese enfoque pueden resultarle catastróficas. 
En su ineptitud, puede ser que Raúl Castro no capte la dimensión real de la actual coyuntura. Ha creado una tormenta perfecta en Cuba, y para EEUU también


Posated by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"