viernes, 14 de marzo de 2014

ALERTA VENEZUELA - Videoclip

Venezuela: ¿mediación?


Opuesto hasta la fecha a toda gestión mediadora externa, Maduro pretende fabricarse ahora una alineada con sus objetivos. ¿Qué hacer?
Si se desea contribuir a resolver un conflicto lo primero es conocer su naturaleza.
El gobierno venezolano y sus aliados andan en busca de una gestión mediadora a su gusto. Ello supone encontrar actores externos conferidos de algún tipo de autoridad (si es que no de credibilidad) que se planteen "la búsqueda de una solución a la crisis venezolana", pero sobre premisas erradas. Personas que hagan llamados a que "todas las partes abandonen la violencia" y se abstengan de iniciativas que, como las manifestaciones de protesta, "puedan provocarla". Maduro, que hasta ahora se había opuesto a toda gestión mediadora externa, parece ahora dedicado a fabricarse una mediación alineada con sus objetivos.
Intentan crear una mediación mediante la cual reciban trato simétrico victimario y víctimas. Y en la que la sacrosanta consigna de devolver la "normalidad y la paz a Venezuela" en la práctica se traduzca en abandonar las calles para regresar al statu quo madurista previo a la rebelión. Los ciudadanos han de retornar "pacíficamente", o sea, de forma resignada, a la inseguridad ciudadana, el desabastecimiento, la supresión de derechos y libertades universales, los poderes centralizados en la Presidencia, y a la aceptación de que las fuerzas armadas y los servicios de orden público e inteligencia continúen sometidos a las directrices del gobierno cubano.
Los llamados de Maduro a "dialogar" no han prosperado. Mientras, los grupos paramilitares asesinan estudiantes y las bombas lacrimógenas y disparos de fuerzas regulares y paramilitares penetran viviendas donde residen mujeres, ancianos y menores. Nadie con un mínimo sentido de responsabilidad y decoro pudiera acceder a semejante circo. Por eso Maduro se encamina ahora a buscar actores externos que, careciendo de esas virtudes, se presten a sacarlo del atolladero en que lo han metido su soberbia, estulticia y la escalada represiva que ellas generan.
Creo que siempre se debe buscar una salida racional a cualquier conflicto, lo que no supone que todos se puedan resolver de ese modo. Mucho menos que puedan acometerse cuando los pretendidos mediadores entran a la cancha con guion concertado de antemano con una de las partes.
Quienes deseen de buena fe contribuir a buscar una salida pactada al actual conflicto venezolano deben primero comprender su naturaleza y la de los actores (nacionales y extranjeros) involucrados.
Tampoco es asunto de llegar a Caracas, instalar una "comisión mediadora internacional" en algún hotel, llamar a las partes a sentarse en torno a una mesa y reportar como indisciplinados e intolerantes a quienes no acudan a la cita. Las partes no están en igualdad de condiciones  y cualquier diálogo requiere de un conjunto de circunstancias que lo hagan posible.
Por otro lado, es un error pensar que el caso de Venezuela solo compete a los gobiernos latinoamericanos sea en el marco de UNASUR o cualquier otro foro regional. Las recientes declaraciones del ministro de Defensa ruso —cuando, a raíz de los sucesos en Kiev y Caracas, anunció que su país estudiaba el establecimiento de bases en Venezuela, Nicaragua y Cuba, mientras procedía a invadir la Península de Crimea— nos recuerdan que vivimos en un mundo global. La crisis en Venezuela —país con las mayores reservas petroleras del planeta— impacta los intereses de ciudadanos y gobiernos en regiones. A todos compete dar pasos que puedan contribuir a darle solución.
Los que desde cualquier latitud se interesen en ofrecer sus buenos oficios deben tener presente que en este caso hay un prerrequisito indispensable para poder iniciar un diálogo: el cese inmediato de la violencia física y verbal, lo cual supone el desarme de los grupos paramilitares y el repliegue a los cuarteles de las fuerzas de la Guardia Nacional y la policía, que hoy reprimen el ejercicio pacífico de la libertad de expresión y reunión pública. Sin perdigonazos, golpizas, gases lacrimógenos, aviones de guerra, tanques, francotiradores y otras lindezas de la "democracia alternativa" del madurismo, no habrá necesidad de barricadas ni de lanzar cocteles molotov. La criminalización de la protesta social y el asesinato de la reputación de toda disidencia deben cesar de inmediato.
El diálogo —de cumplirse ese prerrequisito y poder llegarse a él— tendría entonces que abordar el tema de la libertad incondicional de los presos políticos, el fin de la injerencia cubana en Venezuela y los acuerdos para avanzar hacia la genuina normalización del funcionamiento de la sociedad.
Es imprescindible priorizar y resolver el tema de los presos políticos —algunos en muy mal estado de salud. Su libertad debe ser incondicional e inmediata.
Manifestar, como acaba de hacer UNASUR, la "preocupación ante cualquier amenaza a la independencia y soberanía de la República Bolivariana de Venezuela" es, cuando menos, un dislate. La intervención extranjera que pisotea la independencia venezolana e impide a ese pueblo autodeterminarse no es una amenaza potencial sino un hecho de larga data. No se trata de evitarla sino de ponerle fin. Ello supone en el caso de Venezuela la salida inmediata de miles de asesores militares cubanos ya instalados en el país, así como aquellos que se desempeñan como tales en los cuerpos de inteligencia, controles informáticos y de los aeropuertos.
Sin perdigonazos, disparos en la espalda, presos políticos, torturados, gases lacrimógenos ni ocupación extranjera, los venezolanos podrán ejercer su plena soberanía y, basados  en su propia Constitución —la famosa "roja, rojita" violada brutalmente por este régimen de vocación estalinista—, comenzar a recorrer los caminos para una Venezuela reconciliada.
"Normalizar Venezuela" no es exhortar a los ciudadanos a que retornen resignados a sus casas. Implica separar poderes públicos, restablecer el estado de derecho, garantizar la probidad del sistema electoral, proteger las libertades de expresión, prensa y asociación, recuperar la seguridad ciudadana y reconstruir el aparato productivo y financiero del país. Esa es la paz que merecen los venezolanos. La otra es la de los sepulcros.



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jueves, 13 de marzo de 2014

El brazo armado del chavismo

Tienen el apoyo del gobierno, disparan a mansalva contra los estudiantes. Se calcula que en sus filas militan 9.000 parapoliciales
paramilitares-venezuela1“Candelita que se prenda, candelita que se apaga”. Esas palabras del presidente Nicolás Maduro dejaron sin efecto cualquier intento de pacificación en Venezuela. Por el contrario, los llamados “colectivos”, el brazo armado más radical del chavismo, operan con total apoyo y protección del poder Ejecutivo.
Estas bandas delictivas salen a patrullar las calles en sus motos, y se reconocen fervientes combatientes de la “revolución bolivariana”. Desde el primer día de protestas de estudiantes y opositores, han emprendido una cruenta represión, que ya se cobró la vida de 24 personas. Muchas de ellas han sido responsabilidad de estos grupos armados.
Los “colectivos” tienen su origen en los grupos subversivos de izquierda, radicados en el movimiento 23 de Enero. En un principio eran conocidos como los Tupamaros –quienes hoy en día siguen activos-, pero en los 80 comenzaron las divisiones y se formaron nuevos bastiones. Así nacieron otras agrupaciones como Carapaica, Alexis Vive y La Piedrita, entre otras.
Especialistas en la materia sostienen que el número de estas bandas delictivas en Venezuela puede ascender a nueve mil. Además, su presencia ha ido en aumento desde el fallido golpe de Estado a Hugo Chávez en 2002.
Muchos de estos grupos, como por ejemplo el Movimiento Revolucionario Tupac Amaru (MRTA), controlan diversas zonas carenciadas del país. Allí actúan como jueces y policías, ofreciendo “protección” ilegal contra delincuentes y narcotraficantes. Ellos mismos son los que determinan quiénes pasan a ser enemigos y quiénes no.
Incluso los propios Tupamaros han sido acusados en reiteradas ocasiones por ataques a comercios e importantes edificios, por considerarlos oligarcas y burgueses.
A su vez, muchas de estas bandas también cuentan en su poder con radios y canales de televisión, en las zonas que operan.
El vínculo que mantienen con la cúpula política es innegable. En las presentes manifestaciones reprimen a mansalva y su rol cada vez es más protagónico. La prensa local en más de una oportunidad ha vinculado a estas organizaciones con el presidente de la Asamblea Nacional, Diosdado Cabello.
Mientras el presidente Maduro y el chavismo siguen respaldando a estos “combatientes de la revolución”, los estudiantes y la oposición no cesan su reclamo, y semana tras semana la cantidad de muertos va en ascenso.


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Se inaugura Biblioteca de la UNPACU ¨Huber Matos¨

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Se inaugura Biblioteca de la UNPACU ¨Huber Matos¨

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Viviendo bajo un puente en el paraiso castrista

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Crisis de la vivienda 1

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miércoles, 12 de marzo de 2014

¿El 10 de marzo o el 26 de julio?


El golpe de estado en 1952 abrió las puertas a la revolución. El padre del castrismo no es Fidel, sino Fulgencio Batista
Fidel-Batista
Fidel Castro y Fulgencio Batista
PUERTO PADRE, Cuba. – “Al violentar la Constitución de 1940, Batista abrió el portón a la violencia y a la guerra civil, propiciando lo que quizás ya no sea aventurado calificar como el poder vitalicio del castrismo en Cuba; ni Fidel, ni Raúl, (Castro) en lid democrática jamás hubieran ganado unas elecciones, fíjese que ni aún en el poder se atrevieron a someterse a las urnas, con todo y haber prometido elecciones libres a sus compañeros de lucha; luego, sí, Batista abrió el camino natural de ellos, el de las armas”, dijo un historiador entrevistado por este corresponsal.
Recurriendo a un profuso articulado del Código Penal de la época, el 24 de marzo de 1952, cierto abogado con pretensiones políticas y bufete en el número 57 de la calle Tejadillo en La Habana, se dirigió al Tribunal de Urgencia denunciando que “el señor Fulgencio Batista y Zaldívar ha incurrido en delitos cuya sanción lo hacen acreedor de más de cien años de cárcel”.
“La terrible realidad y la lógica me dice que si existen tribunales, Batista debe ser castigado”, decía el abogado de marras, impugnando los cargos de los que el ciudadano Batista se había hecho amo: “Presidente, primer ministro, senador, mayor general, jefe civil y militar, poder ejecutivo y legislativo”, imputó el letrado, que no era otro sino el Dr. Fidel Castro Ruz, quien, entre él y su hermano, ocupan esos mismo cargos desde hace ya cincuenta y cinco años.
“En las décadas del cuarenta y del cincuenta, antes de que Fidel (Castro) iniciara su carrera política, ya era una valoración de criterio prácticamente unánime, incluso, entre hombres de empresa, intelectuales, políticos y religiosos, la apremiante necesidad de cambios que había en Cuba, y tenga en cuenta que estamos hablando de una república que para esa fecha apenas si contaba con medio siglo de existencia”, aseguró el historiador.
Una encuesta realizada en 1957 entre la población campesina cubana por la Agrupación Católica Universitaria, reveló: casas sin inodoros ni letrinas, 63,96%; casas con una sola pieza para dormir, 41,64%; salario mensual promedio, 45,73 pesos.
Un hombre de negocios, el estadounidense Eric Johnston, publicó hace la friolera de sesenta y seis años un artículo en Fortune titulado Por qué fracasaron los capitalistas europeos. Decía Johnston: “Sobre los hombres de negocios europeos debe recaer la parte mayor de la culpa por la propagación del socialismo en toda Europa”.
Y añadía el articulista: “Cuando hace unos cuatro años el electorado británico favoreció con la mayoría de los votos al socialismo, no estaba escogiendo entre la empresa libre y el socialismo, porque la empresa libre, tal como se la conoce en los Estados Unidos, no existía en la Gran Bretaña. Los votantes tuvieron que escoger entre el monopolio y el socialismo, y optaron por este último”.
Y concluía el artículo de Johnston en Fortune allá por el año 1948: “La gran dificultad que hoy tiene por resolver el hombre de negocios norteamericano consiste en hallar nuevas vías para extender los beneficios del capitalismo entre mayor número de personas. No hablo de compartir la riqueza. Hablo de crear nueva riqueza para compartir”.
Y, precisamente, también este era el gran problema a resolver en Cuba durante la primera mitad del pasado siglo: la creación de nuevas riquezas para compartir con grandes núcleos de cubanos desposeídos.
Cuando en la madrugada del 10 de marzo de 1952 el general Batista se hizo del poder mediante un golpe de Estado, ciertamente, existía en Cuba más que la clase alta profusamente adinerada, una clase media pujante, y todavía más que esta, una clase de profesionales, técnicos, empleados y hasta de obreros bien pagados, que daban la solvencia a Cuba vista desde el exterior, digamos, desde el punto de vista de las exportaciones y las importaciones.
Pero otra cosa sucedía cuando adentrándose tierra adentro, se encontraba, como se encontraron los encuestadores de la Agrupación Católica Universitaria en 1957, una población campesina desatendida; y si el general Batista y los militares, con el golpe de Estado de marzo de 1952 propiciaron el móvil político para desatar la revolución devenida poco después en, “dictadura del proletariado”, serían los hombres de negocios operando en Cuba, tanto cubanos como extranjeros, y fundamentalmente en el sector agrario, quienes nutrirían de soldados al Ejército Rebelde comandado por Fidel Castro.
Cincuenta y siete años después, la población campesina cubana, valga decir lo que queda de ella luego de la desaparición de decenas de comunidades rurales, no está, mejor de todo lo mal que en ella observaron los encuestadores de la Agrupación Católica Universitaria. Y, como en la época del general Batista, también ahora soldados y policías gozan de beneficios que ni soñarlos, puede no ya el hombre del campo y su familia, sino incluso, ni el médico ni del ingeniero civil. En consecuencia, y si damos por sentado que fue el general Batista y no otro el que prendió la mecha para que el castro-comunismo se hiciera del poder, o como dicen los marxistas, el creador de “una situación revolucionaria” muy bien los castristas podían declinar la celebración del 26 de julio para festejar el 10 de marzo.



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La Habana, ciudad basura


Recorrido al azar por calles céntricas demuestran la distancia con que nos mira la revista New England Journal of Medicine
Foto-reportaje de José Hugo Fernández
LA HABANA, Cuba, marzo -La revista médica New England Journal of Medicine, NEJM, de Massachusetts, resaltó, hace poco, en un elogioso artículo, las bondades del sistema sanitario cubano, el cual, una vez más, fue comparado con los mejores del primer mundo. En algo debe tener razón, ya que se trata de una prestigiosa publicación especializada en el tema. Por más que tampoco hace falta ser especialista para visualizar un grupo de avances en la medicina de la Isla, sobre todo cuando nos atenemos a las estadísticas frías, aunque no solamente.
Tales avances constituyen el único logro efectivo del régimen en más de medio siglo de gobierno intransferible y dueño absoluto de los recursos del país. Y al margen de los métodos y las circunstancias que propiciaron su consecución, así como de sus reveladoras falsedades, no hay dudas de la superioridad del sistema de salud cubano, si lo comparamos con los de otros países subdesarrollados. Sin embargo, tal vez sea un tanto desaforada (y aun anticientífica) esa tendencia al elogio aparatoso, desde lejos y sólo mediante datos oficiales.
Será por la cerrazón en que vivimos, pero realmente nos cuesta aceptar que en Estocolmo, Helsinki, Ámsterdam, Washington o Tokyo, por sólo mencionar algunas capitales con sistema sanitario del primer mundo, sea posible tropezar, en pleno centro de la ciudad, con focos insalubres tan frecuentes y escandalosamente agresivos como los que constituyen los basureros de La Habana.
Nuestra capital se ha convertido en una ciudad basura. Y para constatarlo ni siquiera es necesario irse a las periferias. Basta con un breve recorrido al azar por calles tan céntricas como las del Barrio Chino, repleto de restaurantes y de otros sitios donde venden comida. Se trata de un fenómeno que aunque golpea la vista (y el olfato) de cualquiera, no puede ser consultado en estadísticas.
Tampoco podría afirmarse que sea provocado por el embargo del gobierno estadounidense (otro tópico en el que también incurre New England Journal of Medicine), sino simple y llanamente es resultado de la inoperatividad, indolencia y falta de cultura sanitaria que son comunes entre las dictaduras tercermundistas.
Por supuesto que a la ciudadanía le toca igualmente su porción de responsabilidad en el problema. Pero habría que recordar que la educación es otro de los renglones que (en este caso sin ningún sustento más allá de las estadísticas) suele ser promocionado como conquista de lo que aún llaman la revolución.
Basta con observar la naturalidad con que los habaneros del centro (por no mencionar a los residentes de las más de 40 villas miserias del extrarradio) conviven con la basura, la asumen como parte de su cotidiana vida y hasta se sirven de ella. Si esto es fruto de un sistema sanitario equiparable al primer mundo, que Dios nos asista, pero, por favor, no con la ayuda de New England Journal of Medicine.


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lunes, 10 de marzo de 2014

La principal ciudad de los Andes se rebela


Los vecinos levantan barricadas. La ingobernabilidad se extiende. Vielma Mora, el chavista eficiente
TOPSHOTS-VENEZUELA-POLITICS-OPPOSITION-PROTESTLos días de José Gregorio Vielma Mora (San Cristóbal, 26 de octubre de 1964), el gobernador del estado Táchira, la región que lidera las revueltas más fuertes contra el gobierno del presidente Nicolás Maduro, son más largos que de costumbre.
San Cristóbal, la principal ciudad, se ha salido de control y muestra el aspecto de un campo de batalla: la calzada negra, llena de vidrios y de aceite quemado, las alcantarillas levantadas y guardadas en las casas vecinas a las zonas liberadas por vecinos hartos de la política económica chavista, barricadas en sectores populares y de clase media, y los famosos Miguelitos.
Esta es quizá el arma secreta de los manifestantes. Se trata de una manguera recortada y atravesada por clavos, de modo que, al colocarlos en el piso, funcionen como trampas para pinchar las llantas de las motocicletas de los enemigos. UnMiguelito causó el accidente que hace dos meses derivó en el asesinato de la ex miss Venezuela Mónica Spear y su ex marido Thomas Henry Berry.
Vielma Mora no ha podido evitar que, con el paso de los días, la ingobernabilidad se extienda hacia otras poblaciones más importantes como Táriba y La Grita. En vista de eso, el gobierno central ha enviado al Ejército a custodiar las vías principales que comunican con San Cristóbal y la frontera con Colombia.
El jefe de la Red de Defensa Integral de los Andes, Miguel Vivas Landino, coordina ahora todas las operaciones policiales y militares. Es una militarización parcial que también busca reforzar las labores de la inteligencia de la policía.
El Gobierno juega al desgaste de la protesta capturando a los manifestantes opositores cuando éstos son relevados por sus compañeros en las zonas liberadas. Esto ocurrió el miércoles muy temprano. Tres de los manifestantes –José Lesmes, Luigi Paloteni y Omar Cárdenas- que mantienen el campamento en la intersección de las avenidas Ferrero Tamayo y Carabobo, en Barrio Obrero, fueron interceptados por las autoridades.
Al mismo tiempo la policía y la Guardia Nacional no intervienen cuando personas contrarias al corte de vías tratan de remover con violencia los obstáculos con que los opositores las bloquean. Esta semana numerosos testimonios en video indican que chavistas armados disparan contra sus adversarios. En Táriba entraron a las residencias Don Luis buscando además cortar el suministro de alimentos que les permite a los manifestantes resistir en la calle durante días.
Una prueba del trabajo de la inteligencia pudo ocurrir este viernes en Caracas. Al final de la tarde, en Altamira, el epicentro de las protestas opositoras, un vehículo sin identificación policial introdujo a la fuerza a un joven. Pareció un acto propio de las dictaduras criminales del Cono Sur en la década de los setenta. Los vecinos dieron aviso a la policía del municipio Chacao que enfrentó a tiros a los integrantes del vehículo. Una mujer del Sebín, la policía política venezolana, falleció en la balacera.
A pesar de esos peligros la resistencia opositora no da indicios de ceder. Vielma Mora está preocupado porque enfrenta la generalizada desobediencia de la ciudadanía –un asunto que no se reduce solo a las clases medias- y de las fuerzas vivas de la región.
El gobernador aspiraba que los Gochos, como los conoce el resto del país, volvieran a su rutina con el fin del Carnaval, el miércoles pasado, pero eso no ha sido posible. El lunes anunció que el transporte público reanudaría actividades. Pero Germán Duarte, presidente del sindicato de Transporte de la región, lo contradijo el mismo día al advertir que no estaban dadas las condiciones ni las garantías de seguridad para que salieran a la calle. De nada sirvió que el Ejecutivo regional ofreciera la colaboración de la policía local.
El gobierno nacional, en otro intento más por apaciguar el conflicto sin violencia a gran escala, instaló un conversatorio regional de paz para replicar la experiencia que el presidente Nicolás Maduro convocó en Caracas con sus adversarios.
El escepticismo sobre el resultado concreto de esta iniciativa es generalizado porque no está planteado retoque alguno al modelo político-económico. Las conversaciones se han convertido en un ajuste de cuentas entre los bandos y en un largo diagnóstico de la situación venezolana sin propuestas concretas para destrabar la crisis. El chavismo se ampara en haber ganado 18 de 19 elecciones desde 1998 para imponer el socialismo; la oposición se niega a aceptar ese modelo porque se siente con suficiente fuerza para pactar una visión de país compartida.
Vielma intervino en esa sesión para retomar una idea que ya había esbozado la semana pasada: que los problemas del estado Táchira se resuelven con una visión tolerante y en sano juicio. “Seguiremos en ese camino aunque la gente nos mal interprete y digan que somos cobardes”, dijo.
El gobernador sí es partidario de un acuerdo con la oposición y así lo planteó en un par de entrevistas con radioemisoras de Caracas. “Aquí hace falta que alguien haga borrón y cuenta nueva. Que todos los que están presos por cuestiones políticas sean liberados, incluyendo a Leopoldo López (líder opositor encarcelado) e Iván Simonovis (el preso político más emblemático de la era chavista)”.
Vielma Mora luce como un rehén de un modo de razonar que su fama contradice. Toda esta situación no deja de ser una tragedia para un hombre que concentraba una insólita unanimidad en un país tan dividido. Un gerente amigo de la empresa privada y una forma de comprender también que el chavismo no solo está compuesto por enemigos del capital. Había trabajado en el Seniat, la oficina nacional de tributos, la cual modernizó e hizo eficiente. Los venezolanos adquirieron una cultura de pago de impuestos en buena medida gracias a su fama de hombre honesto. Después de su salida en 2008 trabajó con hombres de negocios traduciéndole al comercio los cambios de biorritmo del chavismo a la hora de hacer negocios. Ninguna de esas credenciales le ha servido para poder tender puentes. Es la tragedia del chavista eficiente.



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Maduro anuncia libreta de racionamiento

Será una tarjeta bancaria para “garantizar necesidades básicas y electrodomésticos”, dice
Libreta de abastacimientos impuesta a los cubanos por el régimen de Castro
Nicolás Maduro anunció este sábado la creación de ”un sistema superior” de abastecimiento ”para aplastar a los especuladores que se aprovechan”, según el mandatario, de los actuales programas de precios subsidiados.
“Voy a lanzar un nuevo sistema con un conjunto de componentes que fortalezcan el apoyo de la familia que va a abastecerse. Es un sistema con una tarjeta bancaria electrónica”, anunció.
Además, confirmó que, como lo hacen “las cadenas capitalistas”, regalarán casas, vehículos y motocicletas a los ciudadanos que se inscriban en el programa.
El desabastecimiento es uno de los principales problemas que afronta del país y el Gobierno admite que 28 de cada 100 productos medidos no se encuentran ni tienen sustituto, de lo que responsabiliza a “ económica “ que, denuncia, le ha declarado la oposición política y empresarial.
A la escasez se une la inflación superior al 56 por ciento en 2013, entre los problemas que explican el descontento que recorre el país.
Según detalló Maduro, el nuevo sistema para adquirir productos de primera necesidad, y también electrodomésticos, será articulado por el Poder Ejecutivo con la Ley de Precios Justos. 

Venezuela, el país con las mayores reservas pretroleras del mundo, es escenario desde el 4 de febrero de protestas callejeras iniciadas por estudiantes de San Cristobal,  tras el intento de robo y violación de una universitaria.
Ley de Precios Justos
La ley entró en vigor el 24 de enero y establece ganancias máximas de 30% y arduas penas administrativas y penales, que van de 2 a 14 años de prisión, para quienes incurran en especulación, acaparamiento y contrabando de bienes.
En su momento, Maduro dijo que expropiará las empresas que incumplan la ley y criticó a la patronal Fedecámaras, que impugnaba el texto por considerarlo “inconstitucional”.
“Compañeros –en referencia a los empresarios–, están ante un gobierno justo, ¡nadie tiene excusas para estar especulando!”, exclamó el mandatario, que aseguró que losespeculadores y contrabandistas “tendrán que ir a una fría celda”.
La “libreta cubana”
Oficialmente la libreta en la isla surgió el 12 de julio de 1963 con la creación de las Oficinas de Control y Distribución de Alimentos (OFICODA) Se entregó por núcleo familiar y después también abarcó a las prendas de vestir y calzar.
Fidel Castro la presentó como una solución económica para muchas familias en la isla. El programa regula la venta de alimentos a precios subsidiados en una red de almacenes oficiales, una idea que en Venezuela fue imitada por Hugo Chávez y que ahora, Maduro pretende profundizar. 

El objetivo de la libreta cubana estaba encaminado a regular e igualar la distribución y que a cada cual le tocara lo mismo, a precios controlados centralmente. La Revolución llegó con la política de que la gente tuviera acceso a un consumo mínimo. La libreta es eso: un consumo mínimo; una canasta básica elemental a un precio accesible de acuerdo con el salario medio.
Sin embargo, a más de 50 años de su imposición, los productos ofrecidos no son suficientes . La familia que viva de la libreta pasa hambre, deben recurrir al mercado negro para sobrevivir. La cantidad de alimentos contemplados en la libreta comenzó a reducirse con la crisis cubana de los años noventa cuando, la URSS dejó de existir y Cuba dejó de recibir los millonarios subsidios que recibía de la extinta Unión Soviética.
La cantidad de productos subsidiados siguió en descenso desde que en 2008, Raúl Castro eliminó “subsidios y gratuidades indebidas”, por lo que papas, cigarrillos, jabón y la pasta de dientes dejaron de estar en la libreta. En consecuencia, las familias deben recurrir al mercado negro y pagar precios desorbitantes en relación a sus ingresos. En estos momentos las familias cubanas no tienen desodorante, ni productos para lavar, en los hospitales la suciedad es notable.



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