miércoles, 24 de abril de 2013

Base Naval de Guantánamo: Testimonio de un éxodo



REPUBLICA DE PANAMA CAPITULO V (Continuación)


   (63)



El 31 de diciembre fue un día apacible y alegre. Me acosté temprano, pensando en los míos y en mi patria. Se nos iba el año 1994,  el  cual estuvo lleno de dificultades para los cubanos  y en especial para nosotros los balseros. Comienza uno nuevo: 1995.  Tengo fe, esperanza y la certeza  de que este será el año de nuestra  libertad. ¡Muchas felicidades para todas las familias que esperan un nuevo amanecer de libertad!

El día 4 de enero de 1995, la televisión panameña dió la noticia de un posible traslado de  los balseros hacia la Base Naval de Guantánamo. Esta noticia no estaba confirmada. El mando militar permanecía callado.
A raíz de esta noticia, los residentes de los campos estuvieron sobresaltados e inquietos, haciendo conclusiones y  conjeturas.
El Comandante Hamilton, jefe militar del campamento # 3, se reunió con los líderes cubanos y les informó que Guantánamo sería una de las últimas opciones que el gobierno de Estados Unidos tomaría, en caso que las gestiones con terceros países fracasaran, se estaban buscando alternativas  para evitar nuestro regreso para la Base, además de disminuir nuestras frustraciones y descontentos.
El 10 de enero la TV panameña informaba que el gobierno de los Estados Unidos, había enviado 1800 soldados para la Base y 1200 para Panamá, con el objetivo de evitar disturbios en caso de que seamos trasladados para Guantánamo. Todavía no teníamos la certeza para donde seriamos llevados. Todas estas medidas nos indicaban que algo estaba por suceder.
Se rumora una posible prórroga de nuestra permanencia en Panamá, pero no lo creo, pues el Presidente panameño había dejado claro la posición de su país en la Cumbre de las Américas.
Por fin, el 12 de enero, se daba la fatídica noticia por los altoparlantes, de que seriamos regresado para la Base Naval de Guantánamo en los primeros días de febrero de 1995.
En los rostros de los refugiados se veía la tristeza y desesperanzas que esta noticia causó. Nuestro regreso era una realidad.
Las tropas del exterior del campo fueron reforzadas con hombres y tanquetas de guerra.
La TV panameña informó que cerca de 50 balseros intentaron suicidarse, ante el inminente regreso a Cuba, preferían quitarse la vida antes que regresar a la tierra que los vio nacer.
Una encuesta realizada por la TV panameña mostraba un alto porcentaje  de los ciudadanos que estaban a favor de que se nos concediera una prórroga.
Un alto funcionario del ministerio de Relaciones Exteriores de Panamá, fue entrevistado por la TV, con relación a nuestra permanencia en el Istmo. Dijo este Sr. que la prórroga no era posible porque después de 6 meses en territorio panameño nos convertíamos en “refugiados” y Panamá no estaba en condiciones de acogernos con ese status.
El 17 de enero llegó una delegación de balseros, procedentes de Guantánamo, para informarnos las buenas condiciones con que contaban los campos en la Base. Al parecer habían hecho mejoras en las carpas. Esto era uan estrategia por parte del mando militar, para tenernos “contentos” y evitar disturbios.

Continuará

No hay comentarios:

Publicar un comentario