lunes, 18 de febrero de 2013

Para las próximas serán mas de tres millones


 | Por Lilianne Ruíz
LA HABANA, Cuba, febrero, www.cubanet.org -A 1 249 935 ascendió la cifra de cubanos que no votaron, anularon sus boletas o las dejaron en blanco, el pasado 3 de febrero en que se efectuaron las llamadas “Elecciones” en Cuba.
Casi inmediatamente después de conocer la cantidad -calculada a partir de los datos aportados por el periódico Granma del día 8 de febrero- , surge la pregunta: ¿quiénes son ese millón de cubanos?
No tienen representación en el “Parlamento”. No hay modo de conocer sus opiniones ni sus expectativas. El sistema electoral y político no les reconoce más que el derecho a ser una cifra impersonal; pero han ganado laactitud en una sociedad donde, de la misma manera en que se racionan los alimentos, se ha entrenado a la población para que no confiera importancia a las pequeñas acciones cívicas.
Me ha parecido importante, sin embargo, realizar una pequeña pesquisa de opiniones. Conseguí que algunos de mis coterráneos se expresaran a propósito del significado que tuvo para ellos la convocatoria gubernamental del pasado 3 de febrero, únicamente después de asegurarles que sus nombres no saldrían publicados en mi escrito.
B es un hombre de poco más de 40 años, dice: “no he conocido otra manera de ejercer el derecho al voto que ésta”. Pero agrega: “el sistema debe cambiar, el pueblo tiene derecho a elegir de manera más directa al presidente y no tener que delegar esa responsabilidad en otros que al final no van a expresar tu voz”. “Hay un solo partido, una sola opción y es como indicarle a la gente por donde debe ir”.
H, por su parte, declara estar disgustado con la frase que en más de una ocasión apareció en el periódico Granma: “Los candidatos del pueblo”, dice: “Yo soy pueblo y ninguno de esos son mis candidatos”, “yo no elijo; yo voto por un delegado: es más un proceso de Selección que de Elecciones”.
T perteneció al Partido Comunista por más de 40 años y declara sentirse frustrado: “Ha sido una siembra sin cosechar buenos resultados”, “La gente va para salir de eso, hace las dos rayas y ya, mete el papelito en la urna y los pioneros dicen “votó”, como si debieran estar ahí y no hubieran nacido para ser felices”. Primero, – me cuenta-  se sacrificó por el futuro de sus hijos. Pero ahora ya tiene nietos y teme que mañana le digan: “Abuelo, me voy del país porque en este no tengo perspectivas”, “Me corre hiel por la garganta, si fuera joven de nuevo haría las cosas de manera distinta”.
Para no reflejar en mi artículo únicamente las opiniones de las personas que expresaron insatisfacción, me atreví a abordar en el barrio a algunos vecinos con conocido activismo a favor del régimen. Estas  personas que defendieron el proceso electoral coincidieron en “tener esperanzas en las reformas”. La palabra “esperanza” apareció muchas veces, pero al preguntarles si esta esperanza en el proceso de reformas incluía también una futura apertura política y el respeto al espacio que merece la oposición dentro de la sociedad, la respuesta fue negativa. La propaganda que propicia el mantenimiento de esas esperanzas y que se traduce en apoyar la Revolución, asume con asombrosa tranquilidad de conciencia que es necesario el recorte de los derechos civiles y políticos de la población.
El periódico “Tribuna de la Habana” en una nota del día 10 de febrero apuntó: “…Los 143 delegados electos (en la capital), dejarán constituida hoy, en el Centro de Convenciones de Cojímar, la Asamblea Provincial del Poder Popular.”
La población no votará más, puesto que en las “Elecciones” del pasado día 3 -al marcar con una cruz, con voto unánime o selectivo- ha delegado esa responsabilidad en los diputados a la Asamblea Nacional del Poder Popular; seleccionados por las “Comisiones de Candidatura”, integradas por  las “organizaciones de masas” (CDR, FMC, CTC, ANAP, FEU, FEEM), y solo estos diputados elegirán a los miembros del Consejo de Estado, vicepresidentes y presidente.
Al final de la página del periódico Granma del día 8 de febrero, que muestra las cifras de la votación, aparece una nota: “La diferencia que se aprecia en la cantidad de boletas depositadas en las urnas es debido fundamentalmente a que los electores del Municipio Especial Isla de la Juventud no eligen delegados provinciales. También porque en algunas provincias una cifra insignificante de electores que asistieron a votar, no depositaron una de las boletas en la correspondiente urna.”
También podrían decir que ese 1 249 935 cubanos estuvieron “enfermos” aquel domingo. El proceso de privar a todo un pueblo de libertad se ha servido de la táctica de retirar del campo de la conciencia la noción de responsabilidad.
He pensado hasta qué punto el hecho de no sentirse en poder de elegir directamente al Presidente del país, con previo conocimiento de los programas políticos de los candidatos de diferentes partidos, consigue el efecto final de que los cubanos hayan transitado por las urnas con la inercia que mayoritariamente los ha caracterizado por más de 50 años; y, de este modo, no hayan sopesado la repercusión de sus pequeñas acciones. Es un proceso pensado para que no haya fallos y siempre resulte vencedor el mismo discurso, que continua bastardeando el significado de las palabras y postergando las primeras luces de Cuba Libre.
TAGS: elecciones, propaganda, dictadura


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

No hay comentarios:

Publicar un comentario