viernes, 25 de enero de 2013

Jineterismo en la mirilla de la corrupción policial


LA HABANA, Cuba, 24 de enero de 2013, www.cubanet.org.- Nelimay Yamilet Cuesta González, de 28 años de edad,  es una madre soltera, sin ingresos económicos. Cumple una sanción de dos años por el delito de “Peligrosidad Social”, en el campamento Bandera Roja, en La Habana.
Tiene dos hijos: una hembra de 9 años y un varón de 5. Para mantener a sus niños, decidió dedicarse  a la prostitución.
La madre de Nelimay nos narra que el día que la capturaron en la playa, en Santa María del Mar, la condujeron a la unidad policial de Guanabo, donde fue coaccionada por una oficial, quien le dijo que si  declaraba por escrito que se dedicaba a la prostitución con extranjeros, sería liberada. La joven, nerviosa y asustada, hizo lo que le propuso la oficial.
Nelimay Yamilet fue trasladada a un centro de detención para  jineteras (prostitutas) situado al lado  de la prisión Combinado del Este. En ese lugar están detenidas varias decenas de jóvenes de 16 años en adelante. Según  la madre de Nelimay, la mayoría de ellas, como su hija, ha sido coaccionada para que admitan que son jineteras. Incluso, algunas no lo son.
La unidad de Guanabo y el sector policial de Mar Azul, en Santa María del Mar, así como las unidades ubicadas en Alamar, Habana Vieja, Centro Habana, Playa y Plaza de la Revolución, son los sitios más candentes en cuanto a la corrupción policial. Para poder operar libremente en dichas zonas, tanto  jineteras, como proxenetas, pingueros, travestis y homosexuales, tienen que pagar dinero a los policías o  tener sexo con ellos. De lo contrario, son arrestados y sancionados por “acoso al turismo” o por el delito de “Peligrosidad Social”.
dania.zuzy@gmail.com

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