Edificio del Tribunal Supremo de Cuba y el periódico Juventud Rebelde (antiguo edificio del Diario de Marina)
PUERTO PADRE, Cuba, agosto (,
www.cubanet.org)
– Arrestos arbitrarios que suman varias decenas han ocurrido
recientemente a lo largo de la isla y con mayor incidencia en la región
oriental.
Salvo por los informes de los arrestados, y los medios de
organizaciones independientes, los represores comenten esos abusos con
la más absoluta impunidad.
¿Es que nada puede hacerse para terminar con la marea de detenciones ilegales en Cuba?
El artículo 9 de la Declaración de
Derechos Humanos
es preciso al expresar que nadie podrá ser detenido arbitrariamente. Y
el artículo 8 de la Carta Democrática Interamericana abre las puertas de
la Organización de Estados Americanos para que cualquier persona o
grupo de personas que consideren que sus derechos humanos han sido
violados, interpongan denuncias o peticiones ante el sistema
interamericano de promoción y protección de los derechos humanos
conforme a los procedimientos establecidos.
Como si no fuera suficiente, el procedimiento de hábeas corpus -esa
añeja ley inglesa de 1679 adoptada por Estados Unidos en 1787 e
instituida en Cuba por la orden del gobierno militar número 427 de 1900 y
con rango constitucional hasta el día de hoy- indica que “nadie puede
ser detenido sino en los casos, en la forma y con las garantías que
prescriben las leyes”, como se expresa el artículo 58 de la Constitución
vigente.
Pero mucho ojo, el procedimiento de hábeas corpus tiene un requisito
inexcusable para quienes pretendan beneficiarse de él: la rapidez en su
solicitud.
Según el artículo 467, no procede el hábeas corpus en el caso de que la privación de libertad obedezca a sentencia o a
auto de prisión provisional dictada en expediente o causa por delito.
Supongamos que la policía detenga a una o varias personas para
impedirles que ejerciten actividades cívicas, imputándoles los ya
manidos cargos de alteración del orden público.
Puesto que todo es una orquestación, los policías, que solo quieren
mantener a estos ciudadanos unas cuantas horas o algunos meses tras las
rejas, deben fabricar “las pruebas”.
Es aquí donde los que han sido detenidos arbitrariamente no deben
darle tiempo a la policía y, antes de que los introduzcan en los
calabozos, ellos mismos, sus familiares o amigos procederán con la
solicitud del hábeas corpus.
En correspondencia con el artículo 468 de la Ley de Procedimiento
Penal, son competentes para conocer de la solicitud de hábeas corpus:
1. Las salas de los tribunales provinciales en los casos que procedan
de los instructores, fiscales, tribunales municipales o agentes de la
autoridad del territorio del tribunal provincial respectivo.
2. Las salas correspondientes del Tribunal Supremo en los casos que procedan de los tribunales provinciales.
Concordante con el artículo 469 de la Ley de procedimiento penal, en
un sencillo escrito se consignarán las particularidades siguientes sin
más formalidades:
- El nombre de la persona a cuyo favor se pida el mandamiento de libertad.
- El lugar donde se encuentra detenido y la autoridad por su agente o el funcionario que lo mantenga arrestado.
- Los motivos de privación de libertad, según el saber del
peticionario. Hoy en Cuba la mayoría de los arrestos arbitrarios se
producen por falsas imputaciones de alteración del orden público.
- Que la privación de libertad no ha sido dispuesta por sentencia o
auto de prisión provisional dictado en expediente o causa por delito.
Nunca olvidar que el éxito del hábeas corpus depende de no dar tiempo a
los represores para que fabriquen un delito que no se cometió.
- Si el encarcelamiento o privación de libertad existe por auto,
providencia o cualquier otra disposición, agregue a la solicitud una
copia, a no ser que no pudo exigir tal copia o la exigió y le fue
negada.
- El que realiza la solicitud hará constar en ella en qué consiste la ilegalidad que aducen.
He sido detenido en reiteradas ocasiones, bajo imputaciones de
alteración del orden que nunca cometí y, personalmente, jamás solicité
procedimientos de hábeas corpus por motivos estrictamente profesionales.
Más útil que lograr mi libertad consideré escribir y contar al mundo
esas arbitrariedades.
Pero no recomiendo a otros que actúen como yo.
Sugiero a todas las organizaciones que luchan contra el totalitarismo
en Cuba que consulten a abogados de confianza y se hagan imprimir
modelos con los requerimientos del hábeas corpus para que los repartan a
sus integrantes y siempre los traigan encima y también los tengan sus
familiares, de modo que al instante de producirse la detención
arbitraria exijan a los tribunales el cumplimiento de las leyes y la
inmediata libertad del arrestado arbitrariamente.
Sé que en Cuba no existe un Estado de derecho y que los tribunales
responden al poder totalitario. Pero me gustaría saber qué va a pasar
con el sistema judicial cubano cuando lluevan exigencias de libertad
sobre sus jueces y denuncias contra los policías en las fiscalías
militares por simulación de delitos, acusaciones falsas y privación de
libertad.
Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"
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