Base Naval de Guantánamo: Testimonio de un éxodo
(11)
A mi mente vino, como un coloso gigante, el histórico malecón habanero. Se veían pocas
personas. Marina iba bien atenta, mirando el nombre y números de las calles por
donde pasábamos. De repente le dice a Pedro- ¡Para aquí, que esta es la calle
que buscamos!-Descendimos del camión, despidiéndonos de nuestro amigo. Cruzamos
la avenida y subimos por la calle Narciso López. Esta era una calle amplia, con
poco tráfico y personas. Las casas eran rústicas, con falta de mantenimiento y
pintura, por lo que se acentuaba más la pobreza y miseria del lugar. Habíamos caminado unas
tres cuadras cuando escuchamos, a tres señoras que conversaban en la acera por
donde caminábamos, pronunciar el nombre de Pascual. Este era el nombre de la
persona a quien buscamos – Por favor, una pregunta-dijo Marina- Nosotros
estamos buscando a un Sr. llamado Pascual, que según nos dijeron vive por esta
calle- ¿lo conocen ustedes? - Bueno por aquí viven dos Pascual, pero no se cual
de los dos buscan ustedes- ¿conocen el apellido? -No, solo conocemos el nombre,
ni siquiera lo conocemos personalmente- Mire, aquí enfrente vive uno que se fue
del país hace tres días y al final de la cuadra, por esta misma acera, vive
otro que salió esta mañana con un tractor remolcando una balsa, que también se
van del país. Lléguense donde vive este que esta más cerca y pregunten- nos
dijo amablemente una de las Señoras-. Acto seguido nos pregunto- ¿También se
van ustedes? –En otros tiempos esta pregunta hubiera parecido indiscreta y
arriesgada, pero ahora era normal- No, buscamos al hijo nuestro que está en el
grupo. ¿Saben ustedes si con el que se fue hace tres días iba alguna persona
llamada Tony o una muchacha llamada Sandra? – No, no sabemos, lo que si sabemos
es que llegaron a los Estados Unidos. ¡Ojala y sus familiares estén ahí,
mijita!-respondió una de las mujeres. Esto lo decía con el claro propósito de alentar
a Marina, la cual se notaba angustiada y nerviosa. Nos despedimos de las tres
mujeres y nos dirigimos a la primera casa, que estaba más cerca. Nos recibió
una señora con aspecto cansado, pero con cierta alegría.- ¡Buenas tardes!, por favor podría
decirnos si con Pascual, salió un muchacho llamado Tony?- No, no iba nadie con
ese nombre- nos respondió la mujer-Esta respuesta nos desalentó un poco. Nos
despedimos y continuamos rumbo a la segunda casa. Al llegar al final de la
cuadra, doblamos ala izquierda y casi al comienzo de la cuadra y al lado
derecho de ésta, vimos a un jovencito que se encontraba parado en la
acera. Nos dirigimos hacia él y le
preguntamos- ¿Conoces a Pascual? - si es
mi Papá, pero no se encuentra en la casa. Salió esta mañana bien tempranito-
nos dijo el muchacho- En esos momentos salió un Sr. de unos 65 o 70 años de
edad.- ¿Buscan ustedes a Pascualito?- Si, le respondimos.- Vengan para acá y siéntense
ahí- nos señalo para dos sillas de
madera que se encontraban en la humilde salita de la casa-Mire, nosotros
estamos buscando al hijo nuestro que se llama Tony, el cual se va del país con
un Sr. llamado Pascual y nos dijeron que aquí vive un Sr. con ese nombre y
decidimos llegar para saber si nuestro muchacho está en el grupo, estamos
desesperados- le dije- No se preocupen, que Tony, Sandra, Paquito y Alexander están
con Pascualito, él es mi hijo-nos respondió - Salieron esta mañana a las 6am en
un tractor con la balsa, piensan salir hoy al anochecer. Ellos se pasaron aquí
varios días en la casa y son magníficos muchachos.- ¿Y por dónde se fueron?-
preguntó Marina
(Continuará)
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