domingo, 24 de febrero de 2013

Base Naval de Guantánamo: Testimonio de un éxodo


(27)


-Para Miami-me respondió-
-¡Justamente lo que necesitamos, Capitán! ¿Qué posibilidades hay de que nos tires un cabo hasta Miami?-
-Mira, en estos momentos, eso es algo más que difícil y te diría que hasta imposible.-me dijo algo compungido-Ahora todos los barcos que entran a puertos de Estados Unidos se les hace registros y al que se le encuentren polizones a bordo le ponen fuertes multas a la Empresa y hasta te pueden decomisar la embarcación. Incluso tenemos orientación de comunicarnos con ellos y darle la cantidad de balseros que traemos a bordo, para que vengan a recogerlos. De verdad que en ese sentido no puedo hacer nada por ustedes. Si esto se hubiera dado en otras circunstancias no habría problemas, pero ahora es imposible.-
-No te preocupes, te entiendo. Espero que el tiempo que estemos en la Base no sea muy prolongado. Tiene que haber una solución a esta problemática y que nos permita la entrada a USA. No creo que nos tengan encerrados por tiempo indefinido.-
-Despreocúpate, que ellos tiene que buscar una solución a este problema. De lo que si puedes estar seguro es de que ustedes van a salir pronto de ahí.-Me daban aliento las palabras de Enrique-
Almorzamos sobre la 1 de la tarde. Fue algo sencillo, pero reconfortante después de 3 días sin ingerir alimentos. Incluía: Sopa, pan y café. El comedor era pequeño. Tenía 3 pullman, con capacidad para cuatro personas cada uno. Entramos de 12 en 12.
Salí satisfecho. Había comido uno de mis platos favoritos.
El cocinero se disculpó por lo pobre del almuerzo, alegando que cuando nos rescataron ya estaba preparado el menú, pero nos aseguraba  que en la cena nos desquitaríamos y saciaríamos nuestro apetito.
Sobre las 3 de la tarde se avistó otra balsa. Como en el caso nuestro, el buque detuvo las máquinas y se preparó para el rescate.
Esta vez fueron 9 balseros los que se rescataron. Venían de Camaguey. Salieron el día anterior y no presentaron mayores consecuencias. Traían una lancha de 19 pies con motor. Ahora éramos 33 los balseros cubanos rescatados por el “Carib Trade”.
Pasamos al comedor sobre las 6 de la tarde. Comimos: Arroz blanco, potaje de frijoles negros, carne asada, sopa, pan  y café. Todo nos supo a gloria.
Después de la cena departimos con algunos tripulantes. Le hablamos de cómo se vivía en la isla, de sus limitaciones y necesidades,  del descontento general que existe en la población, de los privilegios que gozan la cúpula gobernante y los extranjeros, etc., etc.
Ellos por su parte se mostraron incrédulos de lo que escuchaban. No podían creer que esto sucediera en un país que se dice paladín de los derechos humanos y más increíbles que los isleños no se revelaran. Le explicamos que muchos habían sido fusilados y encarcelados y que actualmente, a pesar de la feroz represión, había un movimiento opositor bastante amplio y que era la que estaba luchando a brazo partido, en contra del totalitarismo de Fidel Castro. En la población hay mucho miedo debido a la brutal reprimenda que llevan a cabo la policía política y los paramilitares.


(Continuará)

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