LA HABANA, Cuba, abril, www.cubanet.org
-Digan lo que digan los historiadores castristas, fue gracias a los
norteamericanos que Cuba se independizó de España. Aunque la Isla tenía
una población de un millón de personas en aquellos momentos, apenas
veinte mil luchaban en la manigua, contra un ejército bien armado y
entrenado, compuesto por 200 mil españoles. Creo que esta información es
suficiente para preguntarse cómo hubiéramos ganado la guerra sin la
intervención de los Estados Unidos.
Y digan lo que digan los mismos historiadores castristas, también fueron los norteamericanos quienes pusieron punto final a la lucha entre los menos de tres mil guerrilleros que formaban el Ejército Rebelde de Fidel Castro -en un país con seis millones de habitantes- y los cincuenta mil hombres sobre las armas con que contaba el dictador Batista.
En 1958, Fidel Castro, después de haber permanecido en las montañas orientales durante trece meses, estaba ansioso por llegar al poder de cualquier forma. También estaba ansioso, por segunda vez en la historia de Cuba, el gobierno de Estados Unidos, porque terminara la guerra.
En abril, cuando por iniciativa de Fidel Castro el Movimiento 26 de Julio pidió a todos los cubanos que se sumaran a una huelga general con el fin de que terminara la guerra, éstos dieron una respuesta que muchos comunistas han querido olvidar: la huelga fracasó porque el pueblo, con su abstención, se negó a intervenir en los asuntos políticos.
La desesperación de Fidel Castro iba en aumento. De Nuevo, a través de la emisora clandestina Radio Rebelde, exhorta a los soldados de Batista a que abandonen la lucha y se sumen a las guerrillas, pide al pueblo que no pague los impuestos, que no asista a fiestas, que no compre la prensa favorable al régimen, que no juegue la Lotería; y pide a los jueces, policías y militares que renuncien a sus puestos.
Al ver que nada logra los guerrilleros, el 26 de junio Raúl Castro secuestra a diez norteamericanos y dos canadienses en la zona de Moa, y luego a numerosos empleados de la United Fruit Co., no para lograr apoyo de Estados Unidos, puesto que como se sabe ya lo tenía. Desde el 11 de enero de ese mismo año, Washington había declarado el embargo de venta de armas al dictador Batista, sino para apresurar el triunfo.
Es precisamente el 17 de diciembre que Earl Smith, el embajador de Estados Unidos, pide abiertamente a Batista que deje el poder para evitar más derramamiento de sangre y rechaza días después la propuesta de crear una junta militar sin Batista.
En la madrugada del 31 de diciembre, el dictador, su cúpula militar y toda su familia parten de Cuba hacia República Dominicana.
¿Podría decirse, teniendo en cuenta estos acontecimientos, que la guerra de guerrillas de Fidel Castro triunfó solo debido a las acciones de los combatientes?
Es cierto que lucharon, que cayeron cientos de revolucionarios -no los veinte mil que asegura la propaganda oficial-, que una gran parte del pueblo simpatizaba con ellos. Pero de no negarse los Estados Unidos a ayudar con armas a Batista y de no haberlo presionado para que abandonara el poder, la guerra se hubiera prolongado más de lo que podríamos calcular y quien sabe cuál hubiera sido el desenlace. Quizás otra sería hoy la realidad cubana y no una dictadura más dura, más cruel y más prolongada que la anterior.
Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"
Y digan lo que digan los mismos historiadores castristas, también fueron los norteamericanos quienes pusieron punto final a la lucha entre los menos de tres mil guerrilleros que formaban el Ejército Rebelde de Fidel Castro -en un país con seis millones de habitantes- y los cincuenta mil hombres sobre las armas con que contaba el dictador Batista.
En 1958, Fidel Castro, después de haber permanecido en las montañas orientales durante trece meses, estaba ansioso por llegar al poder de cualquier forma. También estaba ansioso, por segunda vez en la historia de Cuba, el gobierno de Estados Unidos, porque terminara la guerra.
En abril, cuando por iniciativa de Fidel Castro el Movimiento 26 de Julio pidió a todos los cubanos que se sumaran a una huelga general con el fin de que terminara la guerra, éstos dieron una respuesta que muchos comunistas han querido olvidar: la huelga fracasó porque el pueblo, con su abstención, se negó a intervenir en los asuntos políticos.
La desesperación de Fidel Castro iba en aumento. De Nuevo, a través de la emisora clandestina Radio Rebelde, exhorta a los soldados de Batista a que abandonen la lucha y se sumen a las guerrillas, pide al pueblo que no pague los impuestos, que no asista a fiestas, que no compre la prensa favorable al régimen, que no juegue la Lotería; y pide a los jueces, policías y militares que renuncien a sus puestos.
Al ver que nada logra los guerrilleros, el 26 de junio Raúl Castro secuestra a diez norteamericanos y dos canadienses en la zona de Moa, y luego a numerosos empleados de la United Fruit Co., no para lograr apoyo de Estados Unidos, puesto que como se sabe ya lo tenía. Desde el 11 de enero de ese mismo año, Washington había declarado el embargo de venta de armas al dictador Batista, sino para apresurar el triunfo.
Es precisamente el 17 de diciembre que Earl Smith, el embajador de Estados Unidos, pide abiertamente a Batista que deje el poder para evitar más derramamiento de sangre y rechaza días después la propuesta de crear una junta militar sin Batista.
En la madrugada del 31 de diciembre, el dictador, su cúpula militar y toda su familia parten de Cuba hacia República Dominicana.
¿Podría decirse, teniendo en cuenta estos acontecimientos, que la guerra de guerrillas de Fidel Castro triunfó solo debido a las acciones de los combatientes?
Es cierto que lucharon, que cayeron cientos de revolucionarios -no los veinte mil que asegura la propaganda oficial-, que una gran parte del pueblo simpatizaba con ellos. Pero de no negarse los Estados Unidos a ayudar con armas a Batista y de no haberlo presionado para que abandonara el poder, la guerra se hubiera prolongado más de lo que podríamos calcular y quien sabe cuál hubiera sido el desenlace. Quizás otra sería hoy la realidad cubana y no una dictadura más dura, más cruel y más prolongada que la anterior.
Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"
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