viernes, 25 de noviembre de 2011

LA BASE NAVAL DE GUANTANAMO (Capítulo IV) Continuación


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Los casos de urgencia eran llevados para el hospital de Guantánamo.
Se comenzó a construir baños, tratando resolver, de manera urgente, la crítica situación presentada con los sanitarios y duchas.
A los pocos días de estar allí, se repartió un radio portátil por cabaña. La correspondencia se enviaba a través de la Cruz Roja Internacional, solamente con destino a USA, a  Cuba, esta institución no podía enviar cartas.
Mientras tanto, seguían llegando balseros a la Base Naval de Guantánamo.
El  día 6 de septiembre de 1994, se producía la primera “revuelta” en los campamentos. Balseros de los campamentos “Papa” y  “Quebec”, apedreaban a soldados, hiriendo a dos de ellos. Protestaban por las malas condiciones de los campos y por el encierro a que estábamos sometidos. Estoy convencidos de que muchos de los instigadores de esta revuelta, eran infiltrados de la SE cubano, así como que ninguno había tenido el valor de protestarle al régimen de Fidel, por las arbitrariedades cometidas durante 35 años de su gobierno.
Este mismo día, salían  94 balseros con rumbo a la República de Panamá, como parte de los acuerdos llevados  a cabo entre  ese país y USA, el cual establecía la permanencia en el país ismeño de 10,000 balseros cubanos.
El jueves 7 de septiembre de 1994, fuimos visitados por periodistas estadounidenses, procedentes de Los Ángeles. Tuvimos la oprtunidad de denunciar al gobierno americano por su arbitraria decisión de mantenernos en campos de detención y al gobierno de Fidel Castro, por las atrocidades cometidas contra el pueblo de Cuba. Estábamos encerrados, pero nuestros pensamientos y nuestras palabras eran libres y  podíamos denuncia a ambos gobiernos por violaciones de normas elementales de derechos humanos, sin temor a ser reprimidos o encarcelados. Evidentemente vivíamos en una democracia y a pesar de nuestro encierro se respiraban aires de libertad.
Es cierto, que cuando salí del infierno comunista que es mi país, sabía a lo que me exponía, sabía que iba estar retenido por tiempo indefinido en la Base, que las vicisitudes iban a ser grandes, pero nunca pensé que serian de la forma en que se estaban presentado las cosas. De todas formas, estaba preparado para lo peor y por nada del mundo regresaría a Cuba. Estaba preparado para todo, excepto maltratos y humillaciones. En este sentido los militares nos  trataban con dignidad y respeto. En dos ocasiones pude ver como le llamaban, de manera respetuosa, la atención a madres que les pegaban a sus hijos. Era otra vida, otra cultura.
Estaba dispuesto a viajar a cualquier país del mundo, menos a Cuba. Así mismo pensé que se originarían muchas más revueltas y disturbios, pero jamás, jamás pensé en participar de algo como eso. Los soldados, que también se comportaban con nosotros, no eran culpables de la política de su gobierno y estaban encerrados al igual que nosotros.
No estaba en desacuerdo con denunciar las arbitrariedades de Los Estados Unidos en contra del balsero cubanos, ni a que se pusieran carteles pidiendo nuestra libertad; estaba en desacuerdo con la violencia en contra de nuestros cuidadores y salvadores.  

Continuará


Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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