Gobierno cubano echa un pulso con UNPACU
MIAMI, Florida, 1 de mayo de 2013, Redacción, www.cubanet.org.-
La tensa situación de los huelguistas de hambre en Santiago de Cuba
está siendo eclipsada mediáticamente por el corte de las comunicaciones,
impuesto por el gobierno, y también por el interés informativo que
suscita ahora la salida al exterior de disidentes, quienes piensan
regresar o han regresado ya.
El escenario de enfrentamiento ciudadano, a través de ayuno colectivo, está corroborando la histórica capacidad de resistencia y rebeldía de los santiagueros.
Bajo la dirección de Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) -grupo cívico nombrado constantemente en el exterior como un sistema pacífico de protesta, que actúa más allá de la capital cubana-, varias decenas de disidentes sostienen ahora un pulso con el Estado con tal de conseguir la liberación de un activista encarcelado sin proceso judicial. Se habla de más de 60 personas en ayuno, de que algunas de ellas deponen la acción mientras se suman otras; o sea, que el número más o menos se mantiene.
El gobierno no hace mucho tiempo cedió a una demanda similar –aunque menor en cantidad de personas- del grupo independiente Hablemos Press, liberando al periodista Calixto Ramón Martínez Arias, en La Habana. Pero parece ser que, o subestima a los santiagueros , o quieren tomar este escenario como escarmiento ante la posibilidad de un levantamiento popular.
José Daniel Ferrer, líder de UNPACU, encabeza el ayuno que va para dos semanas, y se mantiene firme, tumbado en una cama. Su salud se debilita, como la de otros activistas que incluso han tenido que ser movilizados hacia hospitales por fuerzas paramilitares. UNPACU tiene un portavoz, Anyer Antonio Blanco Rodríguez, que estratégicamente no está en huelga de hambre y es quien tuitea la última hora de la huelga, aunque lo hace cada vez con mayor dificultad tecnológica. El propio Anyer escribió, para estas páginas, una denuncia como cliente de telefonía celular.
La policía política ha cortado casi todas las líneas telefónicas de UNPACU y sus colaboradores. Desde hace un par de días se ha producido un vacío informativo, lógicamente hacia el exterior, cuyos medios son los que ofrecen cobertura a la disidencia dentro de la isla. Está comprobado cuánto puede hacer la prensa internacional, la que habitualmente trata asuntos cubanos, para lograr que la dictadura afloje estos pulsos con la disidencia, aunque a veces al castrismo, agotado como está, se le ha ido de las manos algún escenario que ha terminado en muerte, como el caso del activista en prisión política Orlando Zapata Tamayo.
Ojalá ahora no tengamos que dar cuenta de noticias tan desagradables. Ayer se conoció vía Twitter que ambulancias oficiales entraron a Palmarito de Cauto, donde se realiza el ayuno, y se llevaron a un joven muy deteriorado, de 17 años, Enrique Lozada Agüero, hijo del activista de UNPACU de igual nombre al que intentan liberar los santiagueros.
También, trasladaron a hacia un centro médico de la cabecera provincial a Ana Cecilia Rodríguez Torres y a Dionisio Blanco Rodríguez, igualmente en estado crítico, pero antes, la temida Seguridad del Estado había ordenado a turbas paramilitares apedrear la vivienda de Ana Cecilia.
Quisiéramos que el gobierno militar comprenda que el mejor pulso es el de las palabras, y no el del castigo físico, el del abuso de poder. La comunidad internacional está horrorizada en estos momentos con imágenes de parlamentarios venezolanos golpeados dentro del hemiciclo, solo por sostener una oposición pacífica, verbal.
No queremos más muertes. Sería bueno dejar a las familias dentro de Cuba mal vivir en paz.
El escenario de enfrentamiento ciudadano, a través de ayuno colectivo, está corroborando la histórica capacidad de resistencia y rebeldía de los santiagueros.
Bajo la dirección de Unión Patriótica de Cuba (UNPACU) -grupo cívico nombrado constantemente en el exterior como un sistema pacífico de protesta, que actúa más allá de la capital cubana-, varias decenas de disidentes sostienen ahora un pulso con el Estado con tal de conseguir la liberación de un activista encarcelado sin proceso judicial. Se habla de más de 60 personas en ayuno, de que algunas de ellas deponen la acción mientras se suman otras; o sea, que el número más o menos se mantiene.
El gobierno no hace mucho tiempo cedió a una demanda similar –aunque menor en cantidad de personas- del grupo independiente Hablemos Press, liberando al periodista Calixto Ramón Martínez Arias, en La Habana. Pero parece ser que, o subestima a los santiagueros , o quieren tomar este escenario como escarmiento ante la posibilidad de un levantamiento popular.
José Daniel Ferrer, líder de UNPACU, encabeza el ayuno que va para dos semanas, y se mantiene firme, tumbado en una cama. Su salud se debilita, como la de otros activistas que incluso han tenido que ser movilizados hacia hospitales por fuerzas paramilitares. UNPACU tiene un portavoz, Anyer Antonio Blanco Rodríguez, que estratégicamente no está en huelga de hambre y es quien tuitea la última hora de la huelga, aunque lo hace cada vez con mayor dificultad tecnológica. El propio Anyer escribió, para estas páginas, una denuncia como cliente de telefonía celular.
La policía política ha cortado casi todas las líneas telefónicas de UNPACU y sus colaboradores. Desde hace un par de días se ha producido un vacío informativo, lógicamente hacia el exterior, cuyos medios son los que ofrecen cobertura a la disidencia dentro de la isla. Está comprobado cuánto puede hacer la prensa internacional, la que habitualmente trata asuntos cubanos, para lograr que la dictadura afloje estos pulsos con la disidencia, aunque a veces al castrismo, agotado como está, se le ha ido de las manos algún escenario que ha terminado en muerte, como el caso del activista en prisión política Orlando Zapata Tamayo.
Ojalá ahora no tengamos que dar cuenta de noticias tan desagradables. Ayer se conoció vía Twitter que ambulancias oficiales entraron a Palmarito de Cauto, donde se realiza el ayuno, y se llevaron a un joven muy deteriorado, de 17 años, Enrique Lozada Agüero, hijo del activista de UNPACU de igual nombre al que intentan liberar los santiagueros.
También, trasladaron a hacia un centro médico de la cabecera provincial a Ana Cecilia Rodríguez Torres y a Dionisio Blanco Rodríguez, igualmente en estado crítico, pero antes, la temida Seguridad del Estado había ordenado a turbas paramilitares apedrear la vivienda de Ana Cecilia.
Quisiéramos que el gobierno militar comprenda que el mejor pulso es el de las palabras, y no el del castigo físico, el del abuso de poder. La comunidad internacional está horrorizada en estos momentos con imágenes de parlamentarios venezolanos golpeados dentro del hemiciclo, solo por sostener una oposición pacífica, verbal.
No queremos más muertes. Sería bueno dejar a las familias dentro de Cuba mal vivir en paz.
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