REGRESO PARA LA BASE NAVAL DE GUANTANAMO CAPITULO VI (Continuación)
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Desde este lugar, fuimos caminando hasta el campamento donde seriamos ubicados.
Frente
al campo había una caseta con 3 soldados custodiando la entrada. En la
parte derecha de esta se observaba un letrero con un mapa de la
República de Cuba, y señalada por un círculo rojo la Base Naval de
Guantánamo; debajo un letrero que decía: “Foxtrot Village”. Por este
mismo lado queda otro campo llamado “Echo Village” Este venia siendo el campo # 4 de Panamá y el nuestro el # 3.
El
interior del campamento estaba formado por 6 filas de carpas, cada fila
con 22 casas ordenadas alfabéticamente de la “A” a la “F” y divididas
en 3 bloques, del 1 al 3. Las cabañas estaban montadas sobre “pilotes”
de madera, por lo que éstas quedaban a cierta altura del suelo.
Fui ubicado en la carpa 1-C-4. (Esto significa: bloque 1, hilera C y cabaña 4).
A un kilómetro de distancia se podía ver la frontera con Cuba, la cual era protegida por una cerca de unos 6 metros de alto y garitas con guardias fronterizos cubanos. Del lado nuestro también habían garitas y soldados norteamericanos.
Esa misma noche 50 cubanos escapan hacia Cuba. Brincaron la cerca y se quedaron hasta el siguiente día en
la línea divisoria para que los soldados cubanos los vinieran a
recoger. Esto es lo que mejor podían hacer, pues el área estaba minada y
constituía un peligro caminar por la zona.
Desde
este momento y hasta el día 2 de mayo hubo, lo que se pudiera llamar,
un “contra exodo” bastante significativo. De todos los campos se fugaron
personas para Cuba. La frustración era bien grande y el peligro que
corrían no importaba, solo deseaban salir del encierro.
En
un principio los soldados americanos se hacían de la “vista gorda” y
permitían que se fugaran, pero en la medida que aumentaban estas, se
tomaban medidas y control, como la de encerrarlos en un campamento
llamado “X Ray” por 15 días, etc.
Siento
pena por estas personas que regresan a Cuba, pienso que sus vidas serán
mas miserables de ahora en lo adelante. Es triste ver como personas que
arriesgaron sus vidas y que permanecieron 9 meses encerrados regresaban cabizbajas y pesarosas. ¡Trago bien amargo!
Comimos
sobre las 8pm y volvió a salir la famosa cajita amarilla. La diferencia
consistía en que nos traían los alimentos en las mismas cabañas, pero
la calidad distaba mucho con los alimentos ofrecidos en Panamá
Al
siguiente día, cuando las personas fueron a recoger sus pertenencias,
muchos notaron que le habían sustraído de sus bultos, televisores
(adquiridos en Panamá por medio de sus familiares), ropas, zapatos, etc.
Evidentemente quedaban bandoleros en los campos.
Los militares, auxiliados por balseros, instalaron 5 carpas gigantes, las cuales funcionaban como área de recreación. Había: baloncesto, billar, béisbol, ajedrez, ”Instituto
Educacional para Balseros”, iglesia, gimnasio, además del comedor.
Todas estas instalaciones estaban equipadas con luz eléctrica.
Continuará
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