miércoles, 9 de noviembre de 2011

Por: Dr. Oscar Elias Biscet


MIÉRCOLES 9 DE NOVIEMBRE DE 2011

ISRAEL, BALUARTE DE LA DEMOCRACIA MUNDIAL Dr. Oscar Elías Biscet Presidente de la Fundación Lawton de Derechos Humanos Medalla Presidencial de la Libe

Carlomagno fue fundador del Imperio de los Francos. El primer emperador de origen no romano y el primero de los emperadores germánicos de la Edad Media. Su sabiduría administrativa y su habilidad política hicieron posibles notables avances en cultura, religión, gobierno y organización social. Todos ellos sirvieron de base a la Europa moderna.

En la navidad del año 800, fue coronado y ungido por el Papa como emperador en la Basílica de San Pedro, en Roma. Cinco años antes, había establecido una dependencia franca al sur de los Pirineos, en territorio hispano musulmán que se extendió hasta la rivera este del río Ebro y el Mar Mediterráneo con la toma de Barcelona, en 801 y Tortosa, en 812. Esta provincia limítrofe fue llamada la Marca Española que se constituyó en el muro de contención que impidió la toma del resto de Europa Occidental y Central por los sarracenos o árabes.

Por otra parte, la Viena de los Habsburgo estuvo intensamente asediada por los musulmanes otomanos en 1529 y entre 1683-1699. En ambos casos salió triunfadora y con el Tratado de Karlowitz, el 26 de enero 1699, los otomanos se vieron obligados a abandonar Hungría, Transilvania, Podolia, Dalmacia y Morea. Este tratado aseguró de manera permanente las fronteras europeas.

Andando el tiempo, la Unión Soviética de Lenin, en su afán por propagar el comunismo a Alemania y al resto de Europa Occidental, así como de recuperar tierras polacas usurpadas por el Imperio Ruso, invade al nuevo Estado Independiente de Polonia entre 1919-1921.Lenin y sus tropas sufrieron una aplastante derrota en Varsovia. Polonia pudo mantener su independencia hasta 1939 cuando fue invadida por los ejércitos de la Alemania Nazi y la Rusia Comunista al amparo de un pacto secreto germano-soviético.

Como hemos visto, en los casos históricos descritos en los párrafos anteriores intervino la voluntad humana para poner fin a invasiones extranjerizantes en ideologías religiosas o políticas. Pero la situación fue diferente en el caso de la invasión de Europa Occidental y Central por el Imperio Mongol. Estos territorios europeos escaparon de la devastación y la muerte gracias a la providencia.

Abundando sobre este tema, es importante tener en cuenta que Batu Kan, nieto de Gengis Kan, fue designado Comandante en Jefe de la zona oeste del Imperio Mongol con el propósito de invadir Europa, en 1235. A tal efecto, conquisto toda Rusia, Silesia, Hungría, Polonia, derrotó un ejército alemán-polaco en Legnica en 1241, y llegó hasta el Mar Adriático. Pero cuando se le ordenó avanzar más al oeste con el objeto de someter a Berlín y Viena recibió la noticia de la muerte de su padre el Gran Kan Ogodei, en diciembre de 1241. Fue entonces cuando fundó el Kanato de la Horda de Oro en Rusia y Siberia Occidental, cuyos vestigios sobrevivieron hasta el siglo XVIII.

Los hechos descritos demuestran que existieron situaciones históricas que impidieron la toma de Europa por diferentes imperios extra continentales. Lamentablemente la historia se repite en pleno siglo XXI. Los pueblos europeos y el mundo occidental vuelven a estar en peligro de ser invadidos.

Las amenazas más serias y peligrosas tienen su origen en el mundo terrorista islámico. Un terrorismo que ha demostrado su fanatismo y peligrosidad con un sin número de crímenes abominables, en Nueva York, Londres, Jerusalén, Bagdad, Madrid y Mumbai. Muchos de estos grupos terroristas son entrenados y financiados por los elementos fundamentalistas islámicos que oprimen al pueblo de Irán.

Existen crecientes indicios en el mundo científico, investigativo y político de que el Irán de los ayatolas busca con afán la fabricación de armas nucleares. Estas armas serían una amenaza cierta e inminente para todas las naciones de lo que conocemos como mundo libre.

En este sentido, resulta importante destacar las relaciones estrechas del mandatario iraní, Mahmud Ahmadineyad, con los gobiernos autocráticos de la Siria de Bachar al Asad, la Venezuela de Chávez, la Cuba de Castro y de otros países latinoamericanos que promueven actividades antiamericanas y antisemitas.

Por su parte, el régimen comunista de Cuba ha demostrado a lo largo de su historia su fuerte componente antisemita con persistentes políticas y actividades encaminadas a destruir el Estado Judío de Israel. Las pruebas son tan irrefutables como el envío de tropas militares a las alturas de Golán, durante el conflicto sirio-israelí de 1973, y el entrenamiento en suelo cubano de los terroristas de Hamas. Incluso en la actualidad, reputados especialistas de inteligencia y de seguridad han dando cuenta de la existencia de bases del grupo terrorista libanés Hezbollah en territorio cubano.

Los grupos islámicos Hamas y Hezbollah reciben financiamiento, recursos, armas ligeras, misiles y cohetes Grand proporcionados por Irán. Los iraníes y sus acólitos no tienen la menor inhibición en declarar públicamente que su objetivo es destruir la nación judía e instaurar un imperio musulmán con su capital en Jerusalén, la ciudad mas sagrada del judaísmo.

En medio de este panorama alucinante es importante tener en cuenta que el Estado Judío de Israel es el único país democrático y libre del Medio Oriente. El único que garantiza todas las libertades, en especial la de conciencia. En su capital eterna e indivisible, Jerusalén, coexisten en paz y en armonía personas de diferentes religiones monoteístas como judíos, cristianos y musulmanes.

Por eso no podemos tomar a la ligera el peligro inminente de que Irán se arme con arma nucleares y las ponga en manos de grupos terroristas islámicos, tales como Hamas y Hezbollah. Ante esta amenaza, los Estados Unidos, las naciones europeas y el resto de la comunidad internacional deben tomar medidas urgentes para evitar un Irán con armas nucleares con el consiguiente riesgo de la proliferación del terrorismo nuclear.

El Estado Judío de Israel está profundamente comprometido con la democracia, la libertad y la paz. Es sin la menor duda un baluarte firme y auténtico para asegurar la libertad y la paz en Europa y en el resto del mundo. Su seguridad y supervivencia son responsabilidad de todos los hombres y mujeres amantes de la libertad en el mundo.

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