(12)
-Ellos piensan irse esta noche, así que tienen que apurarse. Están en
un lugar que le llaman “La Palometa”. A esta hora y siendo domingo es más
difícil conseguir un transporte que los lleve hasta allá, pero si deciden ir,
deben salir hasta la calle principal, que es donde pasan los vehículos que van
hasta “Caletones”- Yo tengo que ver a mi hijo antes de que se valla. En caso de
que no lo veamos volvemos de nuevo por
aquí- Le dijo Marina al Sr.- En el fondo de la casa una Sra. le lavaba la
cabeza a una niña y se lamentaba de la epidemia de “piojos” que sacudía a la
población. – ¡No se preocupe Sra. que esa plaga está extendida en todo el país!
La falta de jabón, detergente, etc. hace difícil su eliminación- Le dije- Nos
despedimos de la humilde y bondadosa familia, y no dirigimos inmediatamente hasta
la avenida principal... Al pasar por el lugar donde habíamos visto a las tres
mujeres, éstas se encontraban ahí todavía. - ¿Supieron algo? – Preguntó una –
Si, nos dijeron que están en la Palometa- Repuso Marina- ¿Y qué
piensan hacer? – Irnos inmediatamente para allá. ¿Nos regala un vasito de agua, por favor?- Si vengan para acá. ¡Siéntense! ¿Quieren un poquito de café? – ¡No gracias,
estamos apurados!- Después de beber el
agua nos despedimos y salimos hacia la
calle principal. No podíamos perder
tiempo si queríamos verlos. Preguntamos a unos transeúntes que por allí pasaban,
como podíamos llegar a este lugar. Después de darnos una explicación, Marina y
yo nos encaminamos hacia “La Palometa”.
El
camino era un terraplén polvoriento y con ningún tráfico de vehículos,. A ambos
lados del camino habían árboles y el campo estaba repleto de “Marabú” No nos quedó mas remedio que continuar caminando,
hasta lograr llegar a nuestro destino.. Después de caminar algunos Kms., vimos
a los lejos, en nuestras espaldas, una nube de polvo, lo que indicaba que algo
se acercaba. Efectivamente era un tractor con una carreta de remolque. Le
hicimos señas y se detuvo frente a nosotros –Por favor, ¿pasa Ud. por La Palometa?- ¡Arriba! ¡Súbanse!- Nos dijo el amable
chofer- En la carreta iban de 7 a 8
personas, una de las cuales nos ayudó a subir. Le preguntamos si quedaba muy
lejos la Palometa- No, una media hora de
camino- Contestó uno de los pasajeros- ¿Buscan a alguien?- Si, buscamos a unas
personas que se van del país y nos dijeron que estaban por aquí - Le
respondimos- Bueno, esta mañana vimos a
unos muchachos que andaban con una balsa, y cogieron por aquél camino- Nos
señaló para un trillo que quedaba al lado derecho de la vía, rumbo a la costa. Después
de recorrer unos 10 o 12 Km., el chofer detuvo el vehiculo se viró hacia
nosotros y nos dijo _! Familia, hemos llegado a la Palometa!
Descendimos
de la carreta y comenzamos a orientarnos.
Estaba oscureciendo, aunque se divisaban las cosas. Enfilamos rumbo al trillo,
bordeado de pequeños árboles, y frente a nosotros se encontraba el mar, que a esa hora de la tarde se veía
gris, con un cielo nublado. Miramos para
todas partes sin lograr ver a nadie. Comenzamos a gritar el nombre de Tony,
pensando que pudiera estar cerca, metido
en uno de los matorrales. Continuamos avanzando por toda la costa y sobre los
arrecifes. No se veía a nadie, por lo que aconsejé a Marina, para salir de nuevo a la carretera y avanzar más hacia adelante...Así lo hicimos. Cuando habíamos
avanzados unos 100mts. vimos que se nos acercaban dos personas. Llamaban a
alguien, pero no las escuchábamos bien.
Continuará
No hay comentarios:
Publicar un comentario