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A mi mente vino, como un coloso gigante, el histórico malecón habanero. Se veían pocas
personas. Marina iba bien atenta, mirando el nombre y números de las calles por
donde pasábamos. De repente le dice a Pedro- ¡Para aquí, que esta es la calle
que buscamos!-Descendimos del camión
despidiéndonos de nuestro amigo. Cruzamos la avenida y subimos por la
calle Narciso López. Esta era una calle amplia, con poco tráfico y personas.
Las casas eran rústicas, con falta de mantenimiento y pintura, por lo que se
acentuaba más la pobreza y miseria del
lugar. Habíamos caminado unas tres cuadras cuando escuchamos, a tres señoras
que conversaban en la acera por donde caminábamos, pronunciar el nombre de
Pascual. Este era el nombre de la persona a quien buscamos – Por favor, una
pregunta-dijo Marina- Nosotros estamos buscando a un Sr. llamado Pascual, que
según nos dijeron vive por esta calle- ¿lo conocen ustedes? - Bueno por aquí
viven dos Pascual, pero no se cual de los dos buscan ustedes- ¿conocen el
apellido? -No, solo conocemos el nombre, ni siquiera lo conocemos
personalmente- Mire, aquí enfrente vive uno que se fue del país hace tres días
y al final de la cuadra, por esta misma acera, vive otro que salió esta mañana
con un tractor remolcando una balsa, que también se van del país. Lléguense
donde vive este que esta más cerca y pregunten- nos dijo amablemente una de las
Señoras-. Acto seguido nos pregunto- ¿También se van ustedes? –En otros tiempos
esta pregunta hubiera parecido indiscreta y arriesgada, pero ahora era normal-
No, buscamos al hijo nuestro que está en el grupo. ¿Saben ustedes si con el que
se fue hace tres días iba alguna persona llamada Tony o una muchacha llamada
Sandra? – No, no sabemos, lo que si sabemos es que llegaron a los Estados
Unidos. ¡Ojala y sus familiares estén ahí, mijita!-respondió una de las
mujeres. Esto lo decía con el claro propósito de alentar a Marina, la cual se
notaba angustiada y nerviosa. Nos despedimos de las tres mujeres y nos
dirigimos a la primera casa, que estaba más cerca. Nos recibió una señora con
aspecto cansado, pero con cierta alegría.-
¡Buenas tardes!, por favor podría decirnos si con Pascual, salió un muchacho
llamado Tony?- No, no iba nadie con ese nombre- nos respondió la mujer-Esta
respuesta nos desalentó un poco. Nos despedimos y continuamos rumbo a la
segunda casa. Al llegar al final de la cuadra, doblamos ala izquierda y casi al
comienzo de la cuadra y al lado derecho de ésta, vimos a un jovencito que se
encontraba parado en la acera. Nos
dirigimos hacia él y le preguntamos- ¿Conoces
a Pascual? - si es mi Papá, pero no se encuentra en la casa. Salió esta mañana
bien tempranito- nos dijo el muchacho- En esos momentos salió un Sr. de unos 65
o 70 años de edad.- ¿Buscan ustedes a Pascualito?- Si, le respondimos.- Vengan
para acá y siéntense ahí- nos señalo para dos sillas de madera que se encontraban en la humilde
salita de la casa-Mire, nosotros estamos buscando al hijo nuestro que se llama
Tony, el cual se va del país con un Sr. llamado Pascual y nos dijeron que aquí
vive un Sr. con ese nombre y decidimos llegar para saber si nuestro muchacho
está en el grupo, estamos desesperados- le dije- No se preocupen, que Tony,
Sandra, Paquito y Alexander están con Pascualito, él es mi hijo-nos respondió -
Salieron esta mañana a las 6am en un tractor con la balsa, piensan salir hoy al
anochecer. Ellos se pasaron aquí varios días en la casa y son magníficos
muchachos.- ¿Y por dónde se fueron?- preguntó Marina-
Continuará
Continuará
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