miércoles, 30 de octubre de 2013

Las 'maravillas' de La Habana


La calle Monte. (OD-DDC)
Una visita a la calle Monte y a unos cuantos portales tras la nominación de La Habana como ciudad 'maravilla'.
Antigua tienda La Nueva Isla. (OD-DDC)
La noticia es asombrosa: una encuesta en internet colocó a La Habana en la lista de ciudades candidatas a recibir la denominación de "Maravilla" junto a otras urbes latinoamericanas. A no dudar que los votantes no conocen bien la capital cubana, al menos no en su totalidad.
Basta con caminar las principales calles de la ciudad y mirar la falta de pintura de cualquier fachada, el caótico transporte urbano, los inmensos salideros de agua por la antigüedad del sistema de alcantarillado, los baches en calles y avenidas, la falta de señalizaciones y la suciedad reinante, para percatarse lo lejos que está La Habana de poder ser calificada de "ciudad maravilla".
Si alguna duda cupiera, con solo recorrer la calzada de Diez de Octubre —una de las más antiguas y deterioradas de la ciudad— sería suficiente. Allí abundan las edificaciones apuntaladas por su estado ruinoso, las cuarterías y ciudadelas, las columnas cuarteadas, la suciedad y la basura amontonada en cualquier esquina. Hoy nadie se atrevería a negar el pésimo estado de esta avenida y los millones de pesos necesarios para devolverle su añejo esplendor.
Si la antigua Calzada de Jesús del Monte presenta un estado deplorable, otra de la principales arterias comerciales de la ciudad, la vieja calle Monte, no se queda atrás. Este reportero hubo de recorrerla desde Belascoaín hasta el Parque de la Fraternidad y el abandono y deterioro de una avenida repleta de tiendas y centros comerciales de gran lujo en épocas pretéritas resulta palpable. Hoy es un hecho la total desaparición de la sedería La Nueva Isla, a la vista de cualquier transeúnte puede observarse la suciedad y abandono del local, del cual solo queda el viejo cartel pulido en cemento.
A apenas unos metros de allí, puede leerse en la acera el nombre incompleto de un hotel. Pero al alzar la vista lo único que se ve es un solar yermo cortado aquí y allá por viejas paredes en ruina y lleno de basura. Si se continúa el trayecto Monte abajo, uno se topa con varios locales cerrados (todos estatales) debido a su avanzado estado de deterioro constructivo.
Como en muchos lugares de la ciudad en esta conocida avenida habanera puede apreciarse la diferencia entre la gestión estatal y la privada, pues a pesar de que muchos cuentapropistas deben vender sus productos en reducidos locales, los que cuentan con un espacio más amplio tratan de ofertar su mercancía en un ambiente de limpieza y confort, en evidente contraste con las tiendas del Estado.
Huellas del ayer
Miles de personas pisan a diario viejos letreros grabados en granito al pasar por calles como Reina, Galiano o Monte. En ellas es posible observar todavía los nombres de antiguas tiendas, en su mayoría desaparecidas —La Honradez, Colchones Konfort, The Stadium—, o que han perdido el glamour de antaño —Ultra, La Época, Fin de Siglo—. Ejemplo de ello es la Casa Fraga. Dicha tienda tiene la mayoría de sus vidrieras vacías o con una pobre oferta de productos, en el suelo reza el año de su fundación (1918) y el de la inauguración de su moderno local (1952), hoy en un paupérrimo estado debido a su falta de mantenimiento.
Las huellas del pasado son visibles también en los poquísimos carteles puestos en altura y heredados de la república, siendo el más irónico el de la tienda El Mundo de las Maravillas, de un reducido espacio para caminar y sin aire acondicionado, o el del local La Lucha —¡vaya nombre!— con su portal apuntalado por vigas de madera y una fachada con un estado de filtración y cuarteamiento tal que solo un milagro ha impedido su derrumbe. Cuando se accede a su interior se nota la falta de iluminación, la suciedad y la pésima calidad de la magra oferta en exposición.
Los lugares mencionados apenas si constituyen la punta del iceberg del estado constructivo en que se encuentra buena parte de la capital del país, y que pone en entredicho la condición de "maravilla" al cual se le ha nominado. Lamentablemente, la capital cubana no puede aspirar a esa condición mientras el castrismo continúe poniéndole frenos a la iniciativa individual e impida —con su tozudez habitual— el nacimiento de una nueva Cuba.

 
 
 
Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos" 

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