
Un amigo, residente en España, me trajo una botella de este ron. Y doy fe de que luego del alcolifán o el chispa e´tren, no me había pasado por el gaznate algo tan nauseabundo, capaz de hacerme sentir que tengo un cóctel molotov en el lugar de la cabeza.
Sin embargo, diversos distribuidores internacionales del ron Comandante Fidel (Rones del Mundo, Bodegas Biosca, Uvinum, Bealshop…) lo están vendiendo como la octava maravilla, hecho “con las mejores mieles fermentadas de la caña de azúcar, envejecido en barricas de roble blanco y con todo el vigor, pasión y amor a la patria, del espíritu cubano”. Un globo de marketing con el que parecen querer reafirmar que los milagros existen, siempre que además de fe, quien los espera demuestre estar dispuesto a degustar la metralla como si fuera elixir.

A juzgar por la cantidad y el prestigio mercantil de sus distribuidores españoles, así como por el entusiasta aparato de promoción que lo sostiene, este ron debe estar contando actualmente con muy buenos niveles de venta. Además, sus proveedores actúan en un radio de acción que abarca casi todo el mundo, con un eslogan que lo anuncia como “El ron de la Revolución”, y presentado en variedad de ofertas que van desde el ron blanco, refino y superior, hasta el añejo dorado.

Por lo demás, es previsible que el propio dictador en jefe tema que al pueblo cubano (conocedor de lo auténtico en materia de ron, aunque no pueda beberlo nunca, por sus precios) se le encendería la chispa del choteo si llegase a probar el de la marca Comandante Fidel, el cual, como muy bien pregona el eslogan, representa el “El ron de la Revolución”: falso, corrosivo, alienante e indigesto.
Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"
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