lunes, 22 de julio de 2013

Teatrillo en el 9no. Congreso de la UPEC

| Por Aleaga Pesant
LA HABANA, Cuba, julio, www.cubanet.org -Raúl Castro y Miguel Diaz-Canel, Presidente y Primer vicepresidente del Consejo de Estado y Ministros, respectivamente, son las primeras víctimas del 9no. Congreso de la Unión de Periodistas de Cuba (UPEC). Ellos, que tanto llamaron a que la prensa jugara un nuevo papel en las “reformas o modernización” del régimen, se toparon en este evento con la más vacía de las retóricas o el silencio más absoluto a la hora de abordar los problemas de la comunicación social y del periodismo en el país.
Parecía abrirse un diapasón, cuando un grupo de comunicadores independientes de la Asociación Pro Libertad de Prensa (APLP), en un gesto de buena voluntad, solicitó participar como oyente en la sesión final del Congreso. El documento, entregado previamente en la sede de la UPEC, por Antonio Fornaris, rezaba en una de sus partes: “Tenemos la intención, si nuestra solicitud es admitida, de estar presentes con una delegación de nueve integrantes de la APLP.  Pero por supuesto, ajustaríamos el número a lo que la comisión determinara”.  La respuesta fue el silencio, y ese fue el anuncio de lo que vendría.
Pasión por la verdad, fue el eslogan de campaña del evento. Pero según los resultados expuestos en el periódico Juventud Rebelde, nada indica que ese fuera el camino, al menos de las intervenciones hechas públicas. Aparte de las quejas por la pobreza financiera de los periodistas y la indigencia material de los medios de comunicación.
Sobre ese tema, Rosa Mirian Elizalde, editora de Cubadebate, señaló factores como “las complejidades materiales en las que se desarrolla la actividad periodística, así como las excesivas regulaciones externas a los medios, los cuales influyen en la desprofesionalización del sector, y el poco abordaje de temas sustanciales y críticos”.
Mientras, el comentarista deportivo Carlos Hernández Luján, hablando de Cubavisión Internacional, indicó que trabajan “en muy difíciles condiciones materiales, cuando (ese telecanal) debía ser priorizado por lo que representa para la opinión pública en el exterior. No quedó atrás Ariel Terrero, del semanario Bohemia, quien hizo una exposición sobre “cómo influyen  las limitaciones materiales y los bajos salarios que cobran los periodistas por su trabajo, en los resultados de la eficacia informativa”.
Quizás aspiren a que esas demandas económicas sean resueltas con una ley de prensa, sobre la que habló la periodista cultural Loly Estévez, sin percatarse de que en Cuba ya existe esa regulación legal. La ley 188, o Ley Mordaza, que impide la divulgación de información sobre los atropellos del Estado a la ciudadanía y por la cual decenas de periodistas cumplieron y cumplen prisión.
Previo al congreso, la bloguera Yoani Sánchez comentaba en un post que los periodistas oficiales no podían decir la verdad, porque nacieron como arma ideológica de la dictadura. Y llevaba razón, pues demostrar esa “pureza revolucionaria” pareció ser lo más importante en las intervenciones de los delegados al evento.
José Alejandro Rodríguez, de Juventud  Rebelde, fue la vanguardia en exigir “pureza”, al cuestionar : “¿Qué es ser un periodista revolucionario hoy? ¿Acaso un amanuense de la rutina, un exégeta de lo inerte, el vacuo propagandista de cuarta categoría? ¿Qué es ser leal, hoy, desde la comunicación, sino atreverse a avanzar, sin esperar tantos permisos y salvoconductos, y arriesgarlo todo, incluso por campos minados de obstáculos, en pos de mejorar y salvar la revolución que nos sigue desafiando?” .
También, Ricardo Ronquillo, del mismo diario, levantó la lanza ideológica: “Es fundamental preguntarse qué es lo más importante, si el monopolio de los medios de comunicación  o la confianza y la credibilidad de los públicos, pues en la respuesta  a esa pregunta se define una parte del modelo de comunicación de la revolución cubana”.
Entre tanto ideologismo, no pudo faltar el ataque a la prensa independiente. El periodista radial Abel Falcón, de la provincia de Villa Clara, apuntó: “Es importante  que la prensa logre jerarquizar los temas de la sociedad cubana, porque lo que no hacemos nosotros, otros lo harán y no con buenas intenciones”.
Sin embargo, este mismo Falcón puso la nota que desnuda la política comunicacional de los comunistas y su gobierno: “Por momentos –dijo- parece que hay más secretos que nunca después de un VI Congreso del Partido y de su conferencia Nacional, que se pronunciaron en contra de ello”.
aleagapesant@yahoo.es



Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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