lunes, 15 de julio de 2013

¿Como este hombre va a citicar a los muchachos por tirar piedras?


Tres tazas al que no quiere caldo

Raúl Castro. (EL IMPULSO)
¿El que habló el pasado 7 de julio ante la Asamblea Nacional es el mismo que prometió un vaso de leche el 26 de julio de 2007?

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"Vivir en sociedad conlleva, en primer lugar, asumir normas que preceden el respeto al derecho ajeno y la decencia", dijo el general Raúl Castro este 7 de julio en la Asamblea Nacional del Poder Popular.
Antes, el general había mencionado algunas de las 191 indisciplinas, ilegalidades, contravenciones y delitos cometidos por los cubanos en los últimos 20 años.
El prontuario criminal imputado a la sociedad cubana por el general Castro sería constitutivo de estado peligroso, según la letra y el espíritu del Artículo 73 del Código Penal vigente.
Ejercitar la acción penal contra las figuras delictivas o socialmente peligrosas enunciadas por el general el pasado domingo implicaría sentar en el banquillo de los acusados, o advertir de forma oficial, a una cifra cercana al total de la población de la Isla, atendiendo al promedio de edad de los cubanos y a su especial proclividad delictiva, vista a la luz de las ciencias penales cubanas.
"La nación cubana se encuentra hoy, y desde que el papel de la familia fue usurpado por los comisarios políticos del régimen, en un nivel de frustración como nunca antes se había sufrido", dijo un sociólogo a este corresponsal a propósito de las palabras del general Raúl Castro.
"Él se queja por nuestra incivilidad, por nuestro lenguaje marginal, sin recordar las palabrotas que ellos mismos han pronunciado en sus discursos, incluso en círculos diplomáticos donde tan cuidado debe ser el uso del idioma", explicó un profesor de Literatura.
"¿Cómo este hombre va a criticar a los muchachos por tirar piedras? ¿Acaso ya olvidó que fueron ellos mismos quienes enseñaron a los niños a tirar huevos y piedras en los actos de repudio?", se preguntó una antigua profesora.
La respuesta a esa interrogante quizás podamos encontrarlas en las palabras pronunciadas por el entonces comandante Raúl Castro en Santiago de Cuba, el 26 de julio de 1961: "Sepan los cuatro gatos que fomentan la reacción interna que aquí no va a quedar ni donde amarrar la chiva".
Minutos antes, el hoy general, había expresado: "No mataremos los cochinos chicos, no cocinaremos la carne con grasa, sino que sacaremos la manteca para el consumo".
"No mataremos las hembras", agregó, "sino que las criaremos hasta que paran, para que aumenten el número de cerdos en el país y podamos dentro de año y medio tener suficientes cerdos para producir toda la carne y toda la grasa que queremos".
"Frente al ataque imperialista sembraremos más maní, soja, girasol y otras plantas que puedan darnos el aceite que necesitamos, siguiendo para estas siembras los planes de desarrollo agropecuarios. Alcanzaremos las metas sembrando cada semilla, cuidando cada mata". Eso dijo el entonces comandante, hoy general Raúl Castro, hace la friolera de 52 años.
Al leer sus palabras uno se pregunta si esta era la misma persona que el 26 de julio de 2007, en Camagüey, pronunció palabras similares, solo que, en lugar de manteca o aceite, refiriéndose a un vaso de leche para todo el que quisiera tomárselo.
Y, como todavía en Cuba cuesta muy caro conseguir manteca, aceite y leche (y del precio de  la carne de cerdo mejor no hablar), uno se pregunta si el orador del pasado domingo es el mismo del 26 de julio de 2007 y del 26 de julio de 1961.
Uno comprende, al recibir una respuesta afirmativa, por qué los cubanos somos tal cual en general, así de chabacanos, ladrones y mentirosos.
Y es que no podemos ser de otro modo. "Las conductas elementales en seres humanos se asemejan a la de los animales en situaciones parecidas", me ha dicho un sicólogo.
El criterio del especialista parece irrebatible si por Estado entendemos al que preside todo el destino humano, define, garantiza y hace efectivo los derechos, inicia y asegura los progresos de la colectividad, favorece y encauza la iniciativa individual y, lejos de absorber al individuo, la sociedad civil, los municipios y las provincias, les sirven de sostén, les presta condiciones para el cumplimiento de sus destinos particulares, y concierta y regula su funcionamiento normal.
En Cuba yo no he visto tal Estado. Si usted lo ve, venga por mi calle, cuénteselo a quienes un día me vigilan por esto que escribo y al otro día roban harina para completar su salario


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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