lunes, 15 de julio de 2013

Apestados por homosexuales


 | Por Ibis Pascual
VILLA CLARA, Cuba, julio, www.cubanet.org – Los jerarcas de la Dirección del Ministerio de Educación, en Villa Clara, no aceptan la orientación sexual de Héctor Toledo Cruz, profesor de una escuela primaria en la provincia. La declaración pública de su homosexualidad se ha convertido en una espina en el zapato para el sistema.
Lo peor es que no sólo les ha molestado a los jefes. El descontento social en la escuela donde trabaja, ha dejado atrás de un tirón sus elogiados triunfos como educador y su ejemplar comportamiento público. Muchos de sus colegas, y hasta padres de sus alumnos, resguardados por el gobierno, se han disparado en su contra con quejas, burlas y fabulaciones, hasta un punto que trajeron como consecuencia que Toledo Cruz tuviera que pedir amparo en la institución de educación perteneciente a Sierra Morena, un pequeño poblado de la costa norte de Villa Clara.
Pero los dirigentes municipales hicieron caso omiso. Al contrario, entre los expedientes que se tramitaban para posibles misiones en el exterior, el de Toledo Cruz fue el único que regresó con una cuartilla adjunta que enmarcaba diferentes sugerencias y recomendaciones, devaluándolo como “no confiable”.
Toledo entonces se ha visto obligado a pedir traslado hacia otra pequeña escuela rural, alejada totalmente de la sociedad. En tanto, su pareja, cuentapropista en el oficio de barbero, también se ve afectado. Pues le clausuraron el pequeño local que tenía como barbería, alegando los inspectores que dicho lugar no presentaba las medidas higiénicas necesarias para tal función. Aún hoy no encuentra un nuevo lugar adecuado para volver a instalar su barbería y recuperar su clientela, razón por la que tal vez complazca a las autoridades abandonando igualmente el pueblo.
En resumen, Toledo Cruz, hasta hace muy poco prestigioso y muy respetado profesor, ha debido optar por difuminarse en una escuela de campo con solo cinco alumnos, ya sin prestigio ni laboral ni humano. Mientras, su pareja deambula de un lado para otro buscando desesperadamente el modo de sobrevivir.
Todo parece indicar que a estas alturas ser homosexual, especialmente en un pueblo de provincia, es peor que un delito, a pesar de la fábula con que los medios de divulgación insisten en demostrar lo contrario.

Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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