miércoles, 12 de junio de 2013

¿Quién se acuerda de Pavón?

| Por Orlando Freire Santana

En la foto: Nicolás Guillén, Alfredo Guevara y Luis Pavón señalado con un círculo rojo
En la foto: Nicolás Guillén, Alfredo Guevara y Luis Pavón, señalado con un círculo rojo

LA HABANA, Cuba, junio, www. cubanet.org -En más de una ocasión, la propaganda oficial cubana ha responsabilizado a determinadas figuras del aparato de poder por los desaciertos del castrismo, y así exonerar a la cúpula gobernante, y en especial al máximo líder.
Me viene a la memoria el caso del economista Humberto Pérez, que dirigió la Junta Central de Planificación durante los años 70 y 80. Pérez fue un eslabón esencial en la puesta en práctica del Sistema de Dirección y Planificación de la Economía (SDPE), un engranaje que adaptó la economía cubana a los mecanismos de integración de la Unión Soviética y otras naciones comunistas. Pérez era algo así como el Marino Murillo de aquel momento, y cayó en desgracia a  partir de 1986, cundo Fidel Castro anunció el inicio de la “política de rectificación de errores y tendencias negativas”. El discurso oficial, al rememorar aquella etapa, culpa a los tecnócratas del SDPE, con Humberto Pérez a la cabeza, por descuidar el trabajo ideológico con las masas, y creer que los mecanismos económicos, por sí solos, eran suficientes para construir el socialismo. Y todo eso mientras el máximo líder se dedicaba “a tiempo completo” a alertar sobre la deuda externa de las naciones tercermundistas.
Los sucesos en la isla de Granada, en 1983, fueron evaluados como una debacle militar para Cuba, que tenía allí un apreciable contingente armado en apoyo del primer ministro Maurice Bishop. Según el punto de vista oficial, el Coronel Tortoló, jefe de las tropas cubanas, tergiversó la orden del Comandante en Jefe y se entregó al enemigo, lo que echó por tierra el honor de los militares castristas. Se dice que Tortoló, después de ser degradado, fue enviado a Angola y allí trató de ganarse nuevamente la confianza de sus superiores. Sin embargo, ya estaba condenado al ostracismo. Él debió asumir toda la responsabilidad por la derrota en Granada, y así se preservaba la “invencibilidad” del Comandante en Jefe.
En ese contexto quizás podríamos ubicar los acontecimientos de julio de 1989, cuando fueron fusilados el general Arnaldo Ochoa, Tony de la Guardia y otros dos militares. ¿Fueron en verdad ellos cuatro los únicos involucrados en las operaciones de narcotráfico?  O por el contrario, ¿habrían oficiado como meros chivos expiatorios con tal de lavar la imagen de la cúpula del poder?  Tal vez algún día tengamos una respuesta cabal para estas interrogantes.
He traído a colación todo lo anterior a raíz del reciente fallecimiento de Luis Pavón Tamayo. La prensa oficialista se ha portado muy mal con este antiguo funcionario: ni una letra en el más insulso de los periódicos acerca de la defunción del antaño presidente del Consejo Nacional de Cultura (CNC). Y no es que seamos, por supuesto, defensores de la labor desarrollada por Pavón al frente de esa institución. Pero, a fin de cuentas, ¿qué hizo él sino cumplir al pie de la letra las orientaciones emanadas de las altas esferas del Partido y el Gobierno?
Existe un elemento que parece ser ignorado por aquellos que ven en Pavón al máximo responsable de los maltratos y marginaciones que afrontaron los homosexuales del sector de la cultura durante el período 1971-1976. Me refiero al momento en que él accedió a la presidencia del CNC: solo una semana después de haber concluido el Primer Congreso Nacional de Educación y Cultura. Es decir, que a cualquiera que hubiese ocupado ese cargo, no le habría quedado más remedio que aplicar las severas medidas trazadas por el Congreso. Un Congreso que contó con la activa participación del máximo líder.
Estos son espejos donde debían de mirarse los que hoy sirven ciegamente a los intereses del castrismo. Porque cuando el lodo crece y amenaza con afectar a la cúpula del poder, ellos se las arreglan para que el enfangado sea otro de menor rango dentro de la nomenclatura.


Poste by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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