viernes, 14 de junio de 2013

“La página visitada promueve pornografía”

| Por Víctor Manuel Domínguez
LA HABANA, Cuba, junio, www.cubanet.org -La puesta en función de 118 puntos de internet en Cuba, fue recibida con alborozo. Sin embargo, pocos saben que pese a los 4, 50 CUC que deben pagar por una hora de conexión (alrededor de 90 pesos en moneda nacional), no serán libres de buscar la página de su interés.
La maniática persecución de las autoridades a quienes acceden a la red es violatoria y enfermiza. Los pocos ciudadanos que, antes de la ampliación anunciada, lo hacían  por su profesión u oficio, están bajo una vigilancia que les impide buscar las páginas necesarias.
Más allá de los medidores argumentos ideológicos, políticos y económicos que usan como razones de Estado para coartar el acceso a la diversidad de opiniones en medios alternativos al oficialismo cubano, ahora las autoridades acuden también a un supuesto pudor erótico y a la falsa pureza revolucionaria.
Las expulsiones del centro laboral, el traslado a una plaza de menor remuneración, las amonestaciones públicas y privadas, entre otras medidas arbitrarias, son aplicadas a los que en función de su especialidad o trabajo entran en una página prohibida o son sospechosos de buscar pornografía.
La denuncia formulada al Semanario Trabajadores (20 de mayo de 2013), por el licenciado en Matemática y Computación Raudel Matos Alba, quien fuera expulsado del Club de Computación donde trabajaba, por “usar las facilidades de servicios de la red con fines lucrativos, ilegítimos o personales”, es otra muestra de que ningún cubano escapa al control oficial en el uso de internet.
Según el denunciante, quien se desempeñaba como profesor en el club del que fue expulsado, en Baracoa, Guantánamo, mientras buscaba información a través de Google sobre el funcionamiento de los motores de combustión interna, para un artículo que quería enviar a la enciclopedia estatal colaborativa Ecured, fue acusado porque “la página visitada promueve pornografía”.
Al profesor Matos Alba, casado y con tres hijos, de nada le sirvió alegar su inocencia, desde el Órgano de Justicia Laboral de Base (OJLB), hasta el Tribunal Supremo Popular. Pese a que un especialista en tecnología de la provincia denegó el vínculo de la página con la pornografía, y afirmó que era su primera violación de la seguridad informática, no fue repuesto en su empleo.
Igual suerte corrió el ingeniero Luis Orlando Abascal, en Bayamo, Granma, quien fue expulsado por tener en la computadora de su centro laboral una Guía Sexual del Siglo XXI, promocionada como material didáctico en la televisión nacional.
En los últimos años, y en todo el país, decenas de profesionales en busca de materiales afines a su especialidad, han sido sancionados por violar la seguridad informática, “motivo de frecuentes sanciones laborales que no siempre posee suficiente fundamento”, según aseguró el propio diario oficial Trabajadores.
En días recientes, en La Habana, un médico y una ingeniera civil con familiares en la disidencia, fueron acusados y advertidos que de volver a sacar materiales subversivos publicados en el exterior, con los medios que les facilita el Estado cubano, les sería aplicada la separación del empleo y otras medidas.
Si, junto a la pornografía, la búsqueda de información objetiva es otro de los pretextos de las autoridades para controlar la incursión en la red, ¿qué pasaría si un hijo de vecino, alborozado por tener “libre acceso” a internet, intenta entrar a las páginas digitales de Cubanet, Cubaencuentro o Café Fuerte?
Eso está por ver en los 118 puntos de internet “abiertos” para los cubanos que los puedan pagar. Pronto comenzarán a escucharse los lamentos.


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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