REPUBLICA DE PANAMA CAPITULO V (Continuación)
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El personal civil panameño,
que atendía las labores culinarias de nuestro campo, salía en
desbandada ante la inminente revuelta, así como los militares que
custodiaban el comedor, por lo que éste quedó sólo. A la hora del
almuerzo los cubanos se encargaron de esta tarea, pero comenzaron a
colarse en la fila y todo se vino abajo. Viraron los termos donde se
encontraba la comida, hubo riñas tumultuarias entre los mismos cubanos,
rompieron la puerta de un contenedor, donde se traían los alimentos,
comenzando el saqueo. Se llevaban cajas de de jugos, carne, leche, etc.,
etc.
Sobre
las 3 de la tarde el campo continuaba abierto de par en par. Comenzó a
llover. Algunas personas aprovecharon este momento y se introdujeron en
un almacén, donde robaron 16,000 cajetillas de cigarros. La caja de
cigarro costaba un dólar en la bolsa negra. Sobre esta misma hora,
alguien le prendió fuego a uno de los baños. La rápida intervención de
los soldados y algunos cubanos impidió que este se destruyera.
Sobre
las 5 o 6 de la tarde se orientaba, por los altoparlantes, devolver los
cigarros sustraídos, con la promesa que el que los devolviera no
tendría consecuencias jurídicas ni migratorias.
Por suerte no hubo mayores consecuencias en nuestro campo # 3; tampoco en el campo # 4.
El
saldo preliminar de estos disturbios dejaron 302 soldados heridos, 82
cubanos heridos, 35 carpas incendiadas, 15 vehículos destruidos, cientos
de miles de dólares en pérdidas, y lo más doloroso, la muerte de dos
cubanos que trataron de cruzar el canal de Panamá. Otra vez vidas
inocentes perdidas en aras de la libertad. (Estos datos pudieran ser
mayores)
El
número de cubanos heridos fue insignificante comparado con el número de
heridos que tuvieron los militares. Esto demuestra la impunidad con que
actuaron estos sujetos.
Estos
sucesos fueron comentados por el sátrapa cubano Fidel Castro, quien
dijo: “Los soldados americanos han tenido mas bajas con los balseros
cubanos en Panamá, que la guerra del “Golfo”.Trataba de ridiculizar a
los Estados Unidos y a la vez burlarse del dolor y sufrimiento de los
que huían de su tiranía.
El mismo día 8, se nos comunicó que vendría, al día siguiente, una delegación de los Estados Unidos, para hablar con nosotros.
A
la mañana siguiente, 9 de diciembre de 1994, nuestro campo era tomado
militarmente por los soldados. Se dijo, por el audio, que esto obedecía a
movimientos de rutina.
Los
funcionarios dijeron, básicamente, lo mismo que nos habían dicho antes
en los campos 1 y 2, por lo que no hubo cambios en su posición.
Las
autoridades del campo anunciaban que cualquier acto de violencia sería
considerado hchos de delincuencia y que actuarían en consecuencia. No
se tolerarían vandalismo, ni delincuencia.
Después
del desayuno fui a ver a los huelguistas. No había nadie, todos
desistieron de su huelga. Es difícil mantener una actitud como esta
cuando no hay convicción. Cierto es que los principios de libertad son
mas que suficientes como para morir por algo justo, pero no todos
estaban dispuesto a hacerlo.
Continuará
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