martes, 8 de enero de 2013

A pocas cuadras de Hugo Chávez


 | Por Tania Díaz Castro  

LA HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -El CIMEQ, el hospital más privilegiado de  Cuba, está situado a pocas cuadras de Santa Fe, reparto costero del oeste habanero donde vivo. Muy pocos cubanos enfermos han podido disfrutar de su sofisticada tecnología médica. Pero todos sabemos dónde está, a pesar de la misteriosa espesura boscosa que lo rodea, su vigilancia militar permanente y el prohibido acceso a los curiosos por sus alrededores.
Sin embargo, aun así, sus vecinos más cercanos, pobladores de Jaimanitas, Flores y Santa Fe, de una forma u otra, siempre comentan lo que ocurre no sólo en sus íntimos quirófanos, sino hasta quienes son los importantes personajes que allí ingresan, ya sean dirigentes políticos cubanos de alto nivel, o extranjeros que pagan por el anonimato con mucho billete.
Pero los vecinos del CIMEQ, en su gran mayoría gente humilde, con excepción de los que rodean a Fidel Castro en el interior de su extensa propiedad, en el reparto Siboney –antes de 1959 eran dos repartos llamados Biltmore y Country Club, donde residían familias pertenecientes a la alta burguesía criolla-, verse con un especialista del CIMEQ, es una quimera imposible de soñar. Para ellos están los ruinosos hospitales deparados para el pueblo.
Sin embargo, con Humberto, uno de mis vecinos, vendedor de plantas ornamentales, ocurrió un milagro, gracias a un amigo suyo, empleado de dicho hospital. Hace apenas dos semanas visita el CIMEQ para verse con un cirujano estomatólogo.
-Los comentarios que se escuchan con relación al presidente Hugo Chávez, son muchos -me dice Humberto.
¨Todos saben que está más muerto que vivo y que sólo falta desconectarlo para que descanse en paz para siempre.¨
De pronto me vienen a la mente los años 1989 y 1990, cuando se esperaba que “desconectaran” a la URSS para siempre, y nos preguntábamos qué sería de nosotros si cesaban los grandes subsidios económicos que nos brindaban los soviéticos, para que a 90 millas de Estados Unidos, pudiera mantenerse a flote una dictadura comunista incapaz de mantenerse por sí sola.
¿Acaso con la muerte de Chávez perderemos el petróleo que envía “tan generosamente” desde que llegó al poder, hace 14 años?  ¿Acaso los cubanos volveremos a comer gatos callejeros, a recoger los plátanos  podridos que dejan los santeros en las esquinas de las casas? ¿De qué inventaremos el bistec, si no hay ya ni frazadas de piso para “convertirlas” en bistec?
Humberto me mira desde sus espejuelos empañados y me pregunta por qué el gobierno de Fidel Castro ha tenido que ser mantenido siempre por algún país extranjero. ¿Por qué nunca -a pesar de la enorme ayuda recibida durante décadas-  ha podido desarrollar una economía eficiente y permitir que los cubanos nos auto sustentemos, como ocurre con todos los países del mundo?
Luego levanta las cejas, abre desmesuradamente los ojos y sin esperar respuesta, abre su boca sin dientes, como si sintiera dolor por algo que no quiere decirme. Creo que Humberto en realidad intuye que, cuando desconecten a Chávez, podrían sobrevenirnos días peores aun que los vividos cuando “desconectaron” a la Unión Soviética.


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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