lunes, 3 de diciembre de 2012

Otra historia mal contada

Cuba y los derechos del niño, otra historia mal contada

 

| Por Leonardo Calvo Cardenas


LA HABANA, Cuba, diciembre, www.cubanet.org -Durante los últimos días, la televisión nacional desarrolló una intensa campaña a propósito del aniversario de la Convención de los derechos del niño, de la que el Estado cubano es signatario. La propaganda oficialista presenta al país como un modelo ejemplar en el respeto y la protección de los derechos y el bienestar de los niños.
La manipulación interesada que los medios estatales ofrecen en este delicado tema, como en tantos otros, tergiversa la realidad cubana y, sobre todo, omite y distorsiona la atención que dedican a la situación de Cuba las agencias de la ONU.
Cuando los medios informativos nacionales hacen referencia al análisis que sobre Cuba realizan los comités especializados de las Naciones Unidas, sólo reseñan las satisfacciones protocolarias que expresan los relatores, respecto a los informes presentados por el gobierno y por las estructuras oficiales supuestamente destinadas a garantizar los derechos de los ciudadanos. Sin embargo, las autoridades cubanas y sus voceros no dicen una sola palabra sobre los muchos señalamientos y recomendaciones encaminados a promover la conexión de la Isla con los valores y principios universalmente reconocidos en materia de derechos e igualdad.
Hace varios meses, un colega la emprendió contra el relator especial de la ONU sobre la libertad de reunión y manifestación pacífica, después de tomar en cuenta solo lo informado por el diario oficial Granma, que, como era de esperar, había omitido las críticas emitidas por el órgano.
Igual de omisa y mutilada fue la información brindada por los medios oficialistas sobre la sesión del Comité de la ONU para la eliminación de la Discriminación Racial CERD, celebrada en la primavera de 2011, y donde el gobierno cubano fue ejemplarmente reprendido por las enormes lagunas y retrasos que acumula en este tema de alta sensibilidad global.
Sin embargo, de lo acontecido en el 57º período de sesiones del Comité de los Derechos del Niño, que tuvo lugar entre el 30 de mayo y el 17 de junio de 2011, los cubanos no recibimos información alguna. En las observaciones finales sobre Cuba, se encuentra un rosario de señalamientos y recomendaciones que demuestran las enormes carencias de arrastramos en materia de garantías a los derechos de los niños, a pesar de que el gobierno se presenta como paladín de la observancia y garantía de los mismos.
Sin pretender reflejar en tan corto espacio las catorce cuartillas de inquietudes, señalamientos y recomendaciones, podemos recordar que el documento se inicia reconociendo algunas medidas y adecuaciones legales implementadas por el gobierno, e incluso señala al embargo norteamericano como un elemento que afecta el disfrute de los derechos de los niños.
Acto seguido, comienza a señalar el enorme retraso que padece la legislación vigente al respecto, léase Código de la Familia, de1975; el Código de la Niñez y la Juventud, de1978; y el Decreto-Ley Nº 76, “De la adopción, los hogares de menores y las familias sustitutas”, de 1984, con relación a lo reflejado en la Convención de los derechos del niño, y vuelve a recomendar la revisión y adecuación de esta legislación.
El documento reconoce a las estructuras gubernamentales encargadas de atender el tema, y señala con certeza que aquello que el gobierno presenta como instituciones de la sociedad civil, están muy estrechamente vinculadas y dependientes del Estado. Recomienda el establecimiento de mecanismos e instituciones verdaderamente independientes, destinados a promover y supervisar el respeto y las garantías a los derechos de los niños. Y aconseja también a las autoridades cubanas realizar mayores y más eficientes esfuerzos en la difusión, promoción y concientización social de los derechos del niño.
El Comité de la ONU vuelve a reiterar la solicitud de hacer las adecuaciones legislativas pertinentes para establecer los 18 años como el patrón legal de mayoría de edad, en consonancia con lo establecido en la Convención.
En sus recomendaciones, refleja igualmente una profunda preocupación por los retrasos socioeconómicos como un elemento que dificulta en gran medida el disfrute pleno de los derechos del niño. Critica los presupuestos constitucionales, que limitan la libertad de expresión y reunión de los ciudadanos, y los niños en particular, y reitera su preocupación porque no exista en Cuba una impugnación legal explicita al maltrato físico sobre los menores de edad.
En el documento, el Comité expresa su preocupación ante la situación social, la calidad de vida y la atención penal a los menores, y recomienda la ratificación  o adhesión del Estado cubano a  varios importantes instrumentos jurídicos internacionales que promueven y protegen los derechos humanos, así como su disposición para difundir el contenido de los documentos dimanados del análisis del caso especifico del país.
Es de notar que a pesar de la claridad y profesionalismo mostrado por los miembros del Comité, estos no imaginan el nivel de desamparo nutricional y de inadecuada atención médica que padecen los niños cubanos en muchos centros hospitalarios que se encuentran en muy deplorable estado de mantenimiento y abastecimiento.
El férreo adoctrinamiento, la presión y el chantaje ideológicos que sufren nuestros niños, desde su entrada al sistema educacional, totalmente estatal, constituye uno de los mayores crímenes contra el normal desarrollo de los menores.
No imaginan los miembros del Comité el nivel de indefensión económica que sufren las madres solteras sin protección del Estado, así como muchos niños discapacitados, privados del beneficio de la asignación monetaria a la categoría de “madres cuidadoras”, amén de haber sido excluidos en número muy considerable de los beneficios materiales que sí han recibido (a instancias del gobierno cubano) discapacitados de varios países del continente.
Tendrían que conocer los miembros del Comité las difíciles condiciones de vida que sufren miles de niños que mal viven en asentamientos marginales e insalubres, a lo largo de todo el país, muchos de los cuales están incluso privados de estatus legal, a los efectos de la venta racionada de alimentos básicos. Tal vez personas que incluso respaldan al régimen cubano, desconocen que son muchos los niños cubanos que carecen de cartillas de racionamiento.
Nuestra sociedad sangra por la herida del alto índice de prostitución infantil y juvenil femenina y masculina que ensombrece nuestras calles.
El gobierno cubano seguirá presumiendo de lo que tanto carece, y ocultando el resultado y los detalles del escrutinio a que está sometido, mientras los expertos de la ONU tendrían que recorrer la Cuba real y profunda para aquilatar en su justa dimensión la tragedia que se esconde tras su vitrina populista, que se derrumba irremediablemente.


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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