Martí en bicicleta
CORRALILLO, Cuba, octubre, www.cubanet.org -Hay novedad en el municipio de Quemado de Güines, perteneciente a la central provincia cubana de Villa Clara. Muchas de las paredes de sus establecimientos públicos han amanecido escritas con letreros que, por su trazo y el buen gusto en la selección de contenidos, sugieren la autoría de un posible artista de la plástica.
Y además de novedad, también hay misterio en torno a estos letreros, o más bien en torno a quien los escribe. Le llaman El Bicicletero, pues, aunque nadie lo ha visto escribiendo en las paredes, o al menos es lo que dicen, existe el runrún de que se trata de un individuo que se mueve en una bicicleta (por lo que tal vez venga desde otra zona), con una gorra de pelotero encajada hasta los ojos, y que, por supuesto, solamente pinta sus grafitos bajo las sombras de la madrugada.
Se comenta también, en Quemado de Güines, que la “moda” de El Bicicletero no es exclusiva del pueblo, ya que han llegado noticias de otros grafiteros (¿o será el mismo?) que están actuando de manera exactamente igual en la ciudad de Cienfuegos.
Los textos que escribe en las paredes de edificios públicos suelen ser réplicas de frases de José Martí: “De pensamiento es la guerra mayor que se nos hace; y debemos ganarla de pensamiento”. Dejó escrito hace poco en la fachada de una bodega. Con lo cual se supone que haya puesto a pensar, si es que aún piensan, a los brutos dirigentes y a los aún más brutos e ignorantes oficiales de la policía política.
Aunque a todas luces El Bicicletero es un enemigo jurado del régimen, no escribe frases agresivas, como “Abajo Fidel” y otras por el estilo. Las suyas son proclamas como cuchillos de doble filo. “Vale más un minuto de pie que una vida de rodillas”: Esta es otra de las papas calientes que expuso recientemente ante los ojos de los quemadenses.
El Bicicletero escribe con sprays de diferentes colores. Y junto a sus letreros aparecen pintadas caritas de la sonrisa. Muy en particular cuando plasma frases de Martí. Razón por la que algunos pobladores han asumido estas caritas de sonrisa como críticas al sadismo hipócrita del régimen, especialista en justificar con frases del Apóstol muchas de sus injusticias y barbaridades.
El hecho es que este valiente grafitero lleva ya más de tres semanas alborotando al pueblo con sus mensajes, y todavía no han podido agarrarlo. Ni siquiera se sabe a ciencia cierta quién es, a pesar de que actúa dentro de un espacio bien pequeño.
Difícilmente se encuentre un solo quemadense que no haya leído los grafitis de El Bicicletero. Y mucho más difícil todavía resulta toparse con uno que no comente la novedad con entusiasmo, o con sentido del humor por lo menos.
Hace unos días, junto a uno de sus murales amanecieron cinco o siete calderos vacíos y otros viejos utensilios de cocina. Lo más curioso, y hasta un tanto alucinante tal vez, es que en aquella ocasión el letrero –otra frase martiana- muy poco aparentaba tener que ver con la “instalación” de los calderos: “La libertad –decía- es el derecho que tienen las personas de actuar libremente, pensar y hablar sin hipocresía”.
La gente se acerca con cara de fingida inocencia a leer los comunicados de El Bicicletero. Disfrutan por vez primera los quemadenses de una mínima parte de la impunidad con que han actuado siempre contra ellos las autoridades, pues saben que ningún poblador puede ir preso por leer inofensivos pensamientos de José Martí.
Mientras, las autoridades represoras deben estar pasándola mal, pues ya se han visto obligadas a borrar grafitos que son nada menos que frases martianas. Y, por otro lado, no les queda más remedio que borrarlos. De lo contrario, tendrían que hacerse los bobos (papel que nunca va con ellos) al ver escritas en las mismas paredes de su dominio letreros que tan directamente los aluden, como el siguiente, que es uno de los últimos escritos por El Bicicletero: “Los bárbaros que todo lo confían a la fuerza y a la violencia nada construyen, porque sus simientes son de odio”.
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