Sobre fuertes lluvias de piedras avanzaban los uniformados. Comenzaron a tirar bombas de gases lacrimógenos y tiros de perdigones, tratando de amedrentar a los rebeldes. Estos por su parte devolvían las bombas de gases lacrimógenos en contra de los soldados. Paralelo a esto, un grupito de personas entró a la enfermería y se apoderaron de frascos de alcohol, ingiriendo esta bebida; muchos quedaron intoxicados.
Una voz se escuchaba por los altoparlantes, llamando a la calma y la cordura, que todo se solucionaría. Nadie escuchaba. El clamor y las ansias de libertad eran mayores que todas las súplicas,
Los antimotines continuaron avanzando hasta lograr que todos estuvieran dentro del campo. Habían ganado la batalla.
Personas que se encontraban en los bloques 7 y 8, comenzaron a tirar cubos llenos de excrementos sobre los soldados que estaban por fuera y en ese mismo lado de la cerca (Esta es una vieja práctica utilizadas por los presos comunes cubanos, dentro de las cárceles.). Los soldados decían ¡Piedras si, mierda no!
Al ver que eran infructuosos los intentos por salir al exterior fueron desistiendo poco a poco de su agresiva actitud.
Sobre las 6 de la tarde de ese día 8 de diciembre de 1994, todo estaba en calma, eso si mucho desorden en el orden interno.
Después de la cena, los militares orientaron que las mujeres, los niños y los ancianos fueran a dormir a un local que estaba cerca y donde se recepcionaban a personas que venían de otros campamentos. No se sabía cual era el propósito de esta medida
La noche trascurrió en relativa calma. Sobre las 3 de la mañana se escuchó por el audio una voz que decía:
-A todos los residentes del campo, queda terminantemente prohibido salir fuera de los dormitorios (carpas), el que lo haga será considerado un enemigo- Todos los bloques estaban tomados militarmente y nadie se podía mover. La mayoría de estos soldados traían los rostros pintorreteados, es decir camuflados. Comenzaron a entrar carpa por carapa en los bloques 7 y 8, y a dar golpes a diestra y siniestra, a culpables e inocentes. Se llevaron a todos los residentes de estos dos bloques presas, al parecer pensaban que los que les tiraron los excrementos eran de estos bloques. Personas de otros bloques también fueron detenidas y golpeadas.
Amaneció y los bloques continuaban tomados militarmente. Las personas no habían podido hacer sus necesidades fisiológicas y las apariencias de las carpas eran deprimentes. Parecía que hubiera pasado un huracán de gran intensidad.
Al fin sobre las 11am, los soldados se retiraron hacia el área exterior del campamento y a las 12 del medio día las personas pudieron hacer sus necesidades y almorzar tranquilamente.
Alrededor de las 4pm, comenzaron a aparecer los primeros casos de intoxicación producto de la ingestión de alcohol.
Continuará
Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"
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