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Tony, joven de 22
años, honrado y trabajador, con un hijo de 5 años de edad, había decidido irse
del país buscando un futuro mejor para su familia, pues sabía que en Cuba todos
los caminos hacia la prósperidad y la libertad estaban cerrados para los isleños
y así se lo hizo saber a la progenitora de sus días. La madre trató de
persuadirlo para que desistiera de esa
osada idea, pero él le respondió:
-Mami, no me vas a convencer, ya lo he decidido y no hay marcha atrás. No se
preocupen, que la salida la haremos en una embarcación de 21 pies, con motor
fuera de borda; y entre la tripulación hay tres personas que son “lobos
de mar”. El viaje es seguro- Esto lo decía para no preocupar a la madre, pues
en realidad la embarcación era una precaria y destartalada Balsa, la cual
habían construidos con recortes de madera y 5 cámaras de camión.
Después de
conseguir una lona con la cuñada de mi esposa, la cual serviría de vela, Tony
se despidió de la familia. Fue una despedida triste y emotiva. A mi esposa se
le salían las lágrimas.
-Si dentro de
tres días no he regresado por aquí es que
nos fuimos. Ya los llamaré en cuanto llegue-Antes de irse nos dió la
dirección donde se encontraba parando en Gibara.
Junto con Tony,
salió su primo Alexander. Otro joven que
veía con frustración el futuro de su país y su familia.
Sentí grandes
deseos de irme con Tony, pero no tenía la certeza de que todo esto fuera real y permanecí junto a mi esposa y familia.
En 27 de
septiembre de 1989, fui apresado por guardafronteras cubanos a la altura del
puente “Vacunayagua”, Matanzas, tratando
de salir ilegalmente en balsa hacia USA. Permanecí 18 meses preso en la
cárcel de “máxima seguridad” de Aguica.
En 1991, a raíz
de mi excarcelación ( 27 de marzo de 1991), había presentado, en las Oficinas
de Intereses de los Estados Unidos, mi solicitud para salir legalmente del
país. Esperaba que de un momento a otro me llegara respuesta a este pedido.
Me sentía
asqueado de todo lo que me rodeaba (como ambiente): miseria material, miseria
moral, corrupción, depauperación del país, represión, doble moral, y sobre todo
la degradación del ser humano. El cubano actual había perdido muchas de las
virtudes que como pueblo nos caracterizaban. El sistema comunista cubano se
había trazado crear un hombre nuevo y lo estaba logrando, pero para mal de
nuestro pueblo.
Habían pasado los
tres días que Tony había dado
como plazo y al no regresar, Marina y yo
decidimos viajar a Gibara, para saber qué sucedía.
El sábado 27 de
agosto mi esposa se entera que Pedro Estrada, vecino que vive al fondo de la
casa, viajaría con su camión a Gibara. Marina contacta con Pedro Estrada y éste
accede a llevarnos. Quedó en recogernos a las 2pm. A la hora indicada Pedro
pasó a recogernos. Antes de enfilar hacia nuestro destino, pasamos por algunos
lugares de la ciudad, para recoger hielo, pan etc, los cuales Pedro necesitaría
para pasar dos días de descanso en la Playa de “Caletones”. Habíamos recorrido
5 o 6 kms, cuando el camión se detuvo. Pedro bajó, revisó el motor y con profundo
pesar nos dijo- Srs. esta mierda se jodió, tenemos que regresar-
Ya de regreso en
casa, el tío de mi esposa, Guillermo, se dió a la tarea de reparar el vehículo,
pues era mecánico automotriz.
Continuará
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