lunes, 24 de marzo de 2014

Cuba, ¿ejemplo de seguridad alimentaria?


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El representante de la FAO en Cuba, Theodor Friedrich, ha puesto a Cuba como ejemplo de seguridad alimentaria en Amércia Latina.
El representante de la FAO en Cuba, Theodor Friedrich, dijo esta semana durante la apertura de la Feria Internacional Agroindustrial Alimentaria, Fiagrop 2014, que, aunque le queda mucho por hacer, Cuba "constituye un ejemplo en Latinoamérica sobre seguridad alimentaria para sus habitantes".
Evidentemente, algo está ocurriendo en el entorno del Sr. Theodor Friedrich, al punto de hacer declaraciones de tan prolongada latitud, tan incongruentes con la realidad cubana.
Cierto: en Cuba existe alguna que otra instalación agropecuaria quizás con características semejantes a las de una granja costarricens. Incluso, y ya es mucho decir, puede que contemos con algunas reses no tan dispares a las del rebaño uruguayo. Y claro, la cartilla de racionamiento, para al menos, evitar una hambruna, técnicamente, hablando de hambre extrema.
Con el agua al cuello, fue el mismísimo general Raúl Castro, quien, en los años noventa del pasado siglo, durante la archiconocida crisis conocida como "Período Especial", dijo que los frijoles eran más importantes que los cañones. Pero lo dijo con los cañones engrasados, sin transformarlos en chatarra para adquirir implementos agrícolas y tractores para producir alimentos.
Mucho antes, en el discurso pronunciado en Santiago de Cuba el 26 de julio de 1961, ya el general, entonces comandante Raúl Castro Ruz, había dicho: "Frente al ataque imperialista sembraremos más maní, soya, girasol y otras plantas que puedan darnos el aceite que necesitamos, siguiendo para estas siembras los planes de desarrollo agropecuario". 
Más cercano en el tiempo, también durante un discurso por los festejos del 26 de Julio, esta vez los de 2007, celebrados en Camagüey, también el general Raúl Castro dijo que, en Cuba, había tierras para producir leche para todo aquel que quisiera "tomarse un vaso de leche".
Pero se da el caso que Cuba no produce frijoles, aceite ni leche para abastecer a su población; y esto, por solo citar tres productos agropecuarios, mencionados con categoría de urgente producción en tres momentos, a lo largo de ya más de medio siglo, por el hoy Presidente del Consejo de Estado y de Ministros.
Según fuentes oficiales, 86 empresas agropecuarias, el 21% de las existentes en el país, cerraron con perdidas ascendentes a 210 millones de pesos en el pasado 2013, mientras que las deudas bancarias de las cooperativas remontaron la cifra de 1.280 millones de pesos.
El propio ministro de la Agricultura, Gustavo Rodríguez Rollero, en el balance de 2013 de su ministerio, efectuado el pasado febrero, reconoció que "la situación financiera del organismo es muy crítica a pesar de los financiamientos recibidos".
Solamente por concepto de compra de frijoles, la Empresa de Acopio de Matanzas debe unos 25 millones de pesos a los productores, según revelaron fuentes oficiales.
No es raro entonces que, ante la mala paga del Estado, los campesinos vendan sus productos al mejor postor y cuando primero aparezca.
Velasco, poblado rural situado próximo a la costa norte oriental en la actual provincia de Holguín, fue considerado hasta la década del cincuenta del pasado siglo, "el granero de Cuba". Hoy apenas si se producen frijoles allí. Baste decir que en Puerto Padre, distante de Velasco solo unos pocos kilómetros, la libra de frijol colorado de la variedad Velasco Largo cuesta 15 pesos, esto es, un día de trabajo del salario nacional promedio.
Ante todo esto, cabe preguntarse qué seguridad alimentaria tiene la población cubana, con la producción agropecuaria en bancarrota. Las cifras oficiales revelan una realidad que poca relación guardan con el optimismo del representante de la FAO en Cuba.
En el propio balance del ministerio de Agricultura se informó que la cosecha de arroz, destinada a sustituir importaciones (en lo fundamental para la cartilla de racionamiento), solo se cumplió al 81%, los frijoles al 65% y el café al 73%.
Cifras oficiales también dicen que la producción de huevos fue cumplida al 97%, la de carne vacuna para la industria también fue cumplimentada al 97%, en tanto la de ave alcanzó el 98%. El plan de leche para la industria según las propias fuentes oficiales fue cumplido al 88%.
Sin embargo, todas estas cifras no se corresponden con la realidad. Proveerse de productos agropecuarios en Cuba es toda una odisea, y cuando a usted le dicen que el plan de carne vacuna para la industria fue cumplido al 97%, entienda que en el país faltó un 3% de carne de vaca o de búfalo, no para bistec, sino para el picadillo mezclado con soya, que todavía en el siglo XXI es el modo que tienen los cubanos de la Isla de comer carne de res alguna que otra semana.
Mal le irá a Latinoamérica si, siguiendo las palabras de Theodor Friedrich, representante de la FAO en Cuba, toma a los cubanos como ejemplo de seguridad alimentaria. Pronto tendrán sus tierras cubiertas de marabú y en el bolsillo una cartilla de racionamiento.


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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