miércoles, 11 de septiembre de 2013

“Me prohíben ir de caza”


| Por Alberto Méndez Castelló

Otra modalidad de turismo en Cuba: la caza de animales
Otra modalidad de turismo en Cuba: la caza de animales
LA HABANA, Cuba, septiembre, www.cubanet.org -“Usted tiene la penúltima palabra, la última la tiene la Historia,” escribí al ministro del Interior, general Abelardo Colomé Ibarra, el 14 de octubre de 2009, recibiendo la callada por respuesta. Sin otro motivo que el mero interés vengativo porque me dedico a escribir lo que pienso, y esgrimiendo subterfugios constitutivos de perjurio, el 22 de julio habían ocupado mi Rémington Wingmaster de calibre 12, prohibiéndome ir de caza.
“Ustedes lo que no tienen es valor político para decirle a Méndez Castelló el verdadero motivo por el que le ocuparon su escopeta,” diría un directivo de la Federación de Caza a oficiales del Ministerio del Interior, guardando ellos silencio.
Lo que nunca pensé es que fuera tan pronto y de forma tan bochornosa, que esa carencia de valor político hiciera venir la Historia sobre la cúpula del generalato castrista.  Porque si escandalosas resultan las violaciones del Derecho Internacional, al pretender pasar armas ocultas entre sacos de azúcar por el Canal de Panamá, el quebrantamiento adquiere particular incongruencia con la tan llevada y traída legalidad socialista, cuando lo observamos a la luz del Decreto-Ley No. 262, “Sobre armas y municiones”, del general Raúl Castro, en vigor desde febrero de 2009.
“Los compromisos contraídos con la comunidad internacional y la atención que presta nuestro Estado revolucionario al control y fiscalización de las armas y municiones aconsejan actualizar las regulaciones (…) y las demás disposiciones relacionadas con las actividades que se realizan con todos los medios de armamentos, adecuándolos a los acuerdos y resoluciones de las Naciones Unidas dirigidos a lograr por parte de los Estados un control más eficiente sobre las armas de fuego y municiones, así como prevenir y luchar contra el tráfico ilícito de estas en todas sus modalidades,” dice el segundo Por Cuanto del Decreto-Ley No. 262.
¿Qué relación guardan estas palabras con las imágenes del armamento oculto entre sacos de azúcar por los gobiernos de Cuba y Corea del Norte? ¿Con qué moral, luego del escándalo del carguero norcoreano en Panamá, el general Raúl Castro podrá exigir decoro a la sociedad cubana?
El artículo 75 del Decreto-Ley sobre “armas y municiones”, del general Raúl Castro, por estos días adquiere connotación de himno y debía ser entonado en las calles de Panamá y especialmente en la Zona del Canal. Textualmente expresa: “No se permite el tránsito por el territorio nacional hacia terceros países de armas de fuego y municiones procedentes de otros países.”
Se lo decía al general Colomé: “Usted tiene la penúltima palabra. La última la tiene la Historia”. Y aunque traten de amordazarla, ya la Historia comenzó a decir lo que no puede callar.


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

No hay comentarios:

Publicar un comentario