viernes, 16 de agosto de 2013

La botella, un refugio para cubanos

| Por Alberto Méndez Castelló
PUERTO PADRE, Cuba, agosto, www.cubanet.org -  La intoxicación por alcohol de madera que por estos días produjo 11 muertes en La Habana, aquí no resulta un suceso nuevo. En la década de los ochenta,  en un lugar tan supuestamente seguro como la prisión provincial de Las Tunas, decenas de reclusos resultaron intoxicados con metanol. Si no perdieron la vida en masa, se debió a que por razones de espacio, tiempo y exposición, valga decir por falta de libertad, no hicieron profusas libaciones. Los reclusos tomaron el metanol de los barriles, en sus puestos de trabajo, y lo pasaron de vaso en vaso.
Ahora llama la atención de los medios porque el homicida fue el gas de los pantanos enmascarado como matarratas. Pero toda suerte de alcoholes tóxicos inunda a Cuba: mofuco, warfarina, chispa e´ tren, champán de hamaca, espérame en el suelo, bájate el blúmer… Cacharrazo, cañangazo, chancarrazo, planazo, trancazo, fuetazo, pegarse un cocotazo, son palabras con sabor aguardentoso pronunciadas aquí a cada minuto.
La Isla está sumergida en los vapores alcohólicos. Todos los días, poco a poco, miles de personas van muriendo en este país, víctimas del alcohol, sean encumbrados o plebeyos, no importa si con whisky Ballantine´s  o con alcohol para reverbero disfrazado de ron Delicias. “En Cuba, beben el médico y el abogado, el constructor y el agricultor, el general y el soldado, la mujer y el hombre, el que está a punto de ser rico y el pordiosero,” dijo un sociólogo a este corresponsal.
“El alcohol no produce energía aprovechable. ¿Cómo se explica entonces que Ernest Hemingway lo haya defendido?,” pregunté a un médico especialista. “Simplemente porque el alcohol produce euforia; esa sensación de bienestar, de alegría y seguridad que se produce, lamentablemente irreal, cuando un individuo bebe.”
Según el especialista, una parte importante de la población cubana se encuentra empantanada en lo que él llama alcoholismo por concordancia: “El alcoholismo profesional es el hábito adquirido por trabajadores que realizan esfuerzos intensos y prolongados, no es cierto que con la bebida ganen fuerzas, sino que la euforia les hace indiferente, o llevadera, las tareas que bien pudieran resultar insoportables. Y algo parecido nos sucede a los cubanos: la vida es como una tarea demasiado pesada y entonces bebemos para aligerarla, empantanándonos en un alcoholismo concordante con el alcoholismo profesional,” aseguró el especialista.
Pero si el modelo económico y el modo de convivencia socialista, marcado por un estatismo segregacionista de corte estaliniano, ya condujo a demasiados cubanos al alcoholismo y a la muerte, no veo cómo los adictos conseguirán salir de su adicción y los que no lo son librarse de ella.
“Describa su participación en el proceso revolucionario (si ha sido combatiente, las organizaciones políticas y de masas a las que pertenece) y señale si hay algún conflicto relacionado con separaciones familiares o si alguien de su familia está pendiente de visado para salida del país”. Así dice el número quince de la vigente “Guía para valoración de aspectos esenciales”, para la rehabilitación de alcohólicos en el hospital psiquiátrico de La Habana, Dr. Eduardo Ordaz.
Quizás en ese fragmento de la Guía se resuma un buen ejemplo de por qué el alcoholismo concordante, y de por qué tanta gente en Cuba se refugia en una botella de alcohol sin pensar en la muerte.



Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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