
Hace dos años, en el mundial de Daegú, Corea del Sur, los cubanos obtuvieron cuatro medallas: la plata de Lázaro Borges en el salto con garrocha, y los bronces de Yarelis Barrios en el disco, Leonel Suárez en el decatlón, y Guillermo Martínez en la jabalina. Un años después, en las olimpiadas de Londres, la cosecha de medallas se redujo a tres: la plata de Yarisley Silva en la garrocha, y nuevamente los bronces de Yarelis Barrios y Leonel Suárez.
En este certamen de Moscú, desde las primeras jornadas, se constató que las posibilidades cubanas para escalar en el medallero iban esfumándose. El decatlonista Leonel Suárez quedó en el décimo lugar en su especialidad, luego de estar casi toda la temporada sin competir debido a las lesiones. El jabalinista Guillermo Martínez pagó también el precio de la inactividad. Sus pocos topes del año le impidieron llegar en forma a la competencia, y no pudo ni siquiera acceder a la final del evento.

Ahora en Moscú la delegación cubana repitió la actuación de Londres 2012: una medalla de plata y dos de bronce. La discóbola Yarelis Barrios fue tercera nuevamente, en un evento dominado por la croata Sandra Perkovic. Por su parte, la garrochista Yarisley Silva, una de las firmes esperanzas de Cuba a la medalla de oro, se tuvo que conformar con el metal bronceado. La rusa Elena Isinbaeva, quizás en la última competencia de su vida, no les dejó oportunidad a ninguna otra rival.
Lo mejor de Cuba estuvo a cargo del triplista Pedro Pablo Pichardo, un joven atleta que luchó hasta última hora por el oro, pero que al final no pudo avanzar más allá del segundo lugar. El francés Teddy Tamgho, con un salto superior a los 18 metros, se robó el show de la última jornada atlética.

En cuanto a las ausencias, además de la archiconocida de Dayron Robles, resaltó la de la saltadora Yargelis Savigne, última cubana en obtener una medalla de oro en estas citas (Berlín 2009), quién solicitó la baja del equipo nacional hace pocos meses. Y también comprobamos que el otrora campeón olímpico y mundial de salto largo, el cubano Iván Pedroso, no era el entrenador de Pedro Pablo Pichardo,… sino el de Teddy Tamgho.
A todo lo anterior pudiéramos agregar que el señor Alberto Juantorena, presidente de la Federación Cubana de Atletismo, en lugar de dedicarse a velar por la preparación de sus deportistas, emplea su tiempo en impedir que Dayron Robles rehaga su carrera deportiva. Allá él. Quizás deje de ser “el elegante de las pistas”, y la historia lo recoja como un mero policía del deporte.
Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"
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