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A la derecha de
nuestro campamento se podían ver cientos
de soldados “antimotines” preparándose para entrar en acción... También se
observaba mucho movimiento de tropas y vehículos
militares transitando por esta zona. - ¡Ahora si se va a formar la de “San Quintín”
Pensé-
Partiendo desde
este punto, éramos el primer campamento que encontrarían los soldados a su
paso, si se decidían a actuar.
¡Al fín se
decidieron! Comenzaron a salir de su
campamento en formación militar, por compañías. Venían en perfecta alineación y con un paso marcial (como
en los desfiles). Cada compañía tenía 100 soldados y entre compañas habría unos
20 mts de separación. Parecía un enjambre humano lo que se nos venía encima.
Al frente de cada
agrupación venía un soldado como abanderado,
otro lo hacía con un alto-parlante, al final una ambulancia ¡la cosa está bien
fea!-Comente- El comandante que los dirigía venía al lado de sus soldados.
Las personas que
se encontraban fuera del campo comenzaron a entrar al ver que venían hacia
nosotros.
Orienté algunos
padres de niños, para que se fueran del área en caso que los soldados entraran
al campo.
Comenzaron a
pasar compañías y más compañías frente a nosotros. Se dirigían al pueblito y al
resto de los campos. Daban la impresión que iban para una guerra sangrienta y
que los esperaba un “enemigo feroz”
Estaban equipados con máscara antigases, cascos, rodilleras, chalecos
antibalas, fusiles automáticos, gases lacrimógenos, etc. Desfilaron de 25 a 30 compañías.
La última compañía se detuvo frente a nosotros.
El soldado que traía el alto-parlante comenzó
a decir, en perfecto español:
-¡Señores, por
favor, todos a sus carpas, el que no lo haga así, será considerado un enemigo!-
Esto lo repetía una y otra vez.
Las pocas
personas que se encontraban fuera del campo, comenzaron a entrar; también los
que estábamos fuera del las carpas. Después que todos estuvimos dentro de las
carpas, los soldados permanecieron por
espacio de 2 horas rodeando todo el frente del campamento “La Lima”. Pusieron el
portón que, horas antes, habían derribado balseros “enfurecidos”.
Al parecer
lograron controlar, de manera fácil, la situación de nuestro reducto. Pienso
que en los demás centros, fue igual.
Esa noche
quedaron 4 soldados velando nuestro sueño, no obstante la noche estuvo tensa.
Se observaban grupitos de personas reunidas frente a sus “casas” comentando los
sucesos del día
A la mañana
siguiente del día 11 de septiembre de
1994, la situación continuaba tensa. La falta de agua y alimentos estaban
creando un clima de descontento y desesperación. La mayoría nos alimentábamos de los sobrecitos que no
habíamos querido comer en días anteriores y los cuales traían: chícharos,
judías, etc.
Continuará.
Posteado por : "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"
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