martes, 13 de noviembre de 2012

Sandy fue solo una advertencia


| Por Reinaldo Emilio Cosano Alén


LA HABANA, Cuba, noviembre, www.cubanet.org -El doctor José Rubiera, meteorólogo cubano, llamó a Sandy “el huracán perfecto”. Tan perfecto que sacó mucha basura escondida bajo la alfombra del engañoso paisaje de bienestar que el régimen describe en su propaganda.
Solo en la provincia de Santiago de Cuba, más de 130 mil viviendas fueron muy dañadas; entre ellas 15 mil arrasadas. Más las pérdidas calculadas en más de 88 millones de dólares.
Las imágenes sobrecogedoras del desastre contrastan paradójicamente, como dice Jorge Ignacio Pérez (Cubanet, 30-10-12), al “permitir un festival internacional de ballet en medio de la desolación de un Santiago arrasado…”.
También la decisión gubernamental de celebrar el festival de ballet, como si nada estuviera pasando, contrasta con la actitud de los candidatos a la Presidencia de los Estados Unidos, quienes suspendieron de momento la crucial campaña electoral, a solo dias de la votación, por respeto a las víctimas de Sandy; mientras el Presidente atendía la ayuda a las comunidades damnificadas.
El gobierno cubano pone parches a la devastación, pero la raíz del problema no son los huracanes, sino la devastación acumulada que ha causado el Huracan Mayor, el que comenzó a azotarnos el Primero de enero de 1959.
¿Qué viviendas arrasó el huracán? Cuchitriles en su mayoría, que ni el nombre decoroso de vivienda alcanzan. Barrios marginales, cinturones de miseria que apretujan pueblos y ciudades. Grave situación constructiva, falta de materiales, escasez de viviendas. Necesidades acumuladas por décadas. Villas Miseria que proliferan por toda la Isla por necesidad de sus moradores, desafiando a las autoridades, que, en nombre de una supuesta legalidad, detienen, multan y arrasan hogares con buldócer y fuego.
Sandy nos deja una amarga advertencia: por donde pase cualquier huracán en Cuba, y hasta un “viento platanero”, dejará estela de muerte y destrucción.
La debacle de Cuba comenzó con la Revolución, y con ella, el desplome de la vigorosa industria de la construcción. No es que antes todo fuera coser y cantar, pero la República, inaugurada en 1902 tras dos cruentísimas guerras, despoblación, hambruna atroz y hasta epidemias, apenas tenía cincuenta años de fundada, y disponía ya de 53 compañías inmobiliarias, 12 madereras, 5 de metales, 5 de pintura, 11 acerías, 6 canteras, 37 ferreterías, 28 empresas de materiales de construcción, 4 fábricas de cemento y 5 de cerámica sanitaria  y azulejos, según el economista cubano Guillermo Jiménez, en su Enciclopedia Económica de Cuba Republicana, publicada por Ediciones Universal, Miami, Florida, 2000.
Por entonces, Cuba, con sorprendente desarrollo multisectorial, no rebasaba los 6 millones de habitantes. Medio siglo después, apenas duplica la cifra, con poco más de 11 millones.
Algunos años atrás, la isla tembló de espanto. Los pronósticos meteorológicos auguraban que el colosal huracán Iván atravesaría el archipiélago de punta a cabo. Afortunadamente, transitó por una zona escasamente poblada de Pinar del Río. De haberse cumplido el pronóstico inicial, es muy probale que de La Habana, debido al abandono arquitectónico acumulado durante este medio siglo de involución, poco se hubiera salvado.
Continuamente se sabe de derrumbes en La Habana. Hace pocos días, sin ciclón alguno, ocurrieron dos derrumbes parciales. Uno en la calle Neptuno, en el edificio donde radicó la gerencia de la confiscada compañía RCA Víctor, y el otro, el desplome de un trozo de fachada de la emblemática iglesia El Sagrado Corazón, en la avenida Reina.
A pesar de la magnitud de la tragedia, Sandy fue solo una advertencia de la hecatombe que en cualquier momento podría suceder.


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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