sábado, 4 de febrero de 2012

BASE NAVAL DE GUANTANAMO, TESTIMONIO DE UN EXODO

 REGRESO PARA LA BASE NAVAL DE GUANTANAMO CAPITULO VI (Contimuación)

En el mes de junio, 65 balseros se graduaron en la especialidad de pintura, 32 en tránsito y 8 en corte y costura. Estos cursos eran patrocinados por la “World Relief”, una Institución benéfica de los Estados Unidos.

El ingenio del cubano pronto se puso a prueba. Dentro de las carpas se hicieron habitaciones que fueron equipadas con aire acondicionado, TV a color, tostadoras, videos, ventiladores, refrigeradores, etc. Todos estos electrodomésticos fueron recogidos en la “Shopping” (el basurero de la Base).

En poco tiempo las condiciones de vida de los campos fueron mejorando, hasta lograr superar las condiciones de Panamá, pero nada de esto nos satisfacía tanto como la libertad. ¡Toda la riqueza del mundo es poca, comparada con la desdicha de vivir encerrados!

A las 8pm se abrían las puertas de los campos y todos podíamos salir para confraternizar y hacer visitas a los campos vecinos. Era como pasear en la calle”8”. Como buenos niños, debíamos regresar a las 11pm. Diariamente sacaban a 100 personas para disfrutar de la Playa.

La prensa estuvo algo limitada. “El Nuevo Herald” sólo llegaba a los Jefes de Bloques. Se editaba un periódico local titulado ¿Qué Pasa? con noticias locales e internacionales.

Fue habilitada una clínica llamada “13 de Marzo” (en homenaje al remolcador “13 de Marzo”) la cual atendía los campos: “Foxtrot”. “Echo” y “Golf”. Los casos que requerían atención especializadas o de urgencia eran llevados para una clínica llamada “ATH-59”, en casos extremos hacia los Estados Unidos.

Antes del día 2 de mayo, se hacia prácticamente imposible consultar con un Dr. Todo el mundo tenia (fingían) un padecimiento y el que no se lo provocaba. Se inyectaban petróleo en las extremidades inferiores y superiores, se fingían asmáticos, (inhalando humo de los colchones), se inyectaban agua con sal en los testículos, plástico derretido en las extremidades y hubo quien se cortó dedos de manos y pies.

El mando militar trató de evitar estos sucesos, informando que todo el que intentara contra su integridad física no tendrían entrada a USA.

Personal medico cubano trabajaban en la clínica, pero no tenían autoridad para recomendar “Parol”.

Se dieron casos de historias clínicas alteradas, como el caso del Sr. Ángel R. Rodríguez Cruz, el cual le correspondía viajar junto a su esposa y sobrino con “Parol, pero otro Sr. de igual nombre estaba en su lugar; este hizo la denuncia y finalmente pudo viajar con su familia.

El juego de azar proliferó de manera alarmante. En las noches parecía un casino de juegos y no un campo de refugiados. Juegos como la “ruleta”, tira al blanco con dardos, juego de dados, dominó, barajas, etc. A esta área se le llamó: “Las Vegas” Se jugaban las cajas de cigarros y así pasaban el tiempo entretenidos, aunque muchas veces se formaban discusiones y problemas.

Continuará


Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

No hay comentarios:

Publicar un comentario