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Del centro de procesamiento, fuimos trasladados para otro campo, llamado “Mike 5”. Este tenía mejores condiciones de vida que el anterior, con baños para hombres y mujeres; las carpas eran más pequeñas, con capacidad para 14 personas y la totalidad de los residentes eran de 400; agua corriente. Los baños se podían utilizar de 11am a 1pm y de 5 de la tarde a 7 de la noche. Continuábamos sin electricidad.
Las parejas, que vivían junto con los hombres solos, se las ingeniaron e hicieron divisiones (parabánes), dentro de las carpas, con sábanas y frazadas, para tener algo de privacidad.
Los fumadores estuvieron más aliviados, pues daban un cigarro diario por persona. Los no fumadores hacían trueques por alimentos o los vendían.
La Cruz Roja Internacional, se ocupaba de nuestra correspondencia, pero sólo de las que se enviaban a los Estados Unidos, no así para Cuba.
Las características seguían siendo las mismas: terreno polvoriento, despoblado de árboles, sin electricidad, piso de tierra y rodeados de alambradas de púas. No había áreas recreativas o deportivas, sólo un pequeño terreno, donde la gente jugaba voleibol.
A los ocho o nueve días de estar en este campo, se nos instaló teléfono. Podíamos llamar a USA, pero no a Cuba, como siempre, todo lo relacionado con la mayor de las Antillas resultaba difícil e imposible.
Tony llamó a Chano, tío que reside en USA, y éste le dijo que el Sr. Enrique (Capitán del barco que nos rescató) le dió mi notica y que él había llamado a Cuba y le dió la noticia a la madre, de que estábamos vivos y en la Base Naval de Guantánamo.Me sentí mas aliviado, pues mi familia sabía que estábamos vivos.
Hice una llamada a USA, logrando hablar con Matilde, amiga de la infancia, donde le comuniqué nuestra situación. Ella por su parte llamó a mi familia y le comunicó las nuevas buenas. Todo este tiempo no sabían nada de nosotros y habían ido a todas partes, averiguando si estábamos en la Base.
Por estos días, supimos que estaban enviando balseros para Panamá, producto de acuerdos entre ese país y Estados Unidos.
Los acuerdos establecían una estancia de 6 meses en Panamá y 10,000 balseros en total.
Se conformó una lista con los nombres de los que deseaban viajar al Istmo y se le entregó al oficial de guardia.
Se rumoraba que las condiciones de vida eran mejor que las de Guantánamo, con algunas desventajas a saber: los mosquitos y la lluvia. Se decía que llovía mucho y que las plagas de mosquitos eran infernales. Me preparé para esto último y confeccioné un mosquitero con sábanas y sacos de malla.
Había decidido ir a Panamá por tres razones:
1- Al salir fuera de Cuba, había que considerarnos como refugiados. Nadie puede ser considerado con este status en su propio país.
2- El contrato entre USA y Panamá establecía 6 meses de permanencia de los balseros en ese país, después de este tiempo Estados Unidos, debía buscar otro país para ubicarnos, de no resolverse antes nuestra situación migratoria.
Continuará
Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Politicos Cubanos"
Del centro de procesamiento, fuimos trasladados para otro campo, llamado “Mike 5”. Este tenía mejores condiciones de vida que el anterior, con baños para hombres y mujeres; las carpas eran más pequeñas, con capacidad para 14 personas y la totalidad de los residentes eran de 400; agua corriente. Los baños se podían utilizar de 11am a 1pm y de 5 de la tarde a 7 de la noche. Continuábamos sin electricidad.
Las parejas, que vivían junto con los hombres solos, se las ingeniaron e hicieron divisiones (parabánes), dentro de las carpas, con sábanas y frazadas, para tener algo de privacidad.
Los fumadores estuvieron más aliviados, pues daban un cigarro diario por persona. Los no fumadores hacían trueques por alimentos o los vendían.
La Cruz Roja Internacional, se ocupaba de nuestra correspondencia, pero sólo de las que se enviaban a los Estados Unidos, no así para Cuba.
Las características seguían siendo las mismas: terreno polvoriento, despoblado de árboles, sin electricidad, piso de tierra y rodeados de alambradas de púas. No había áreas recreativas o deportivas, sólo un pequeño terreno, donde la gente jugaba voleibol.
A los ocho o nueve días de estar en este campo, se nos instaló teléfono. Podíamos llamar a USA, pero no a Cuba, como siempre, todo lo relacionado con la mayor de las Antillas resultaba difícil e imposible.
Tony llamó a Chano, tío que reside en USA, y éste le dijo que el Sr. Enrique (Capitán del barco que nos rescató) le dió mi notica y que él había llamado a Cuba y le dió la noticia a la madre, de que estábamos vivos y en la Base Naval de Guantánamo.Me sentí mas aliviado, pues mi familia sabía que estábamos vivos.
Hice una llamada a USA, logrando hablar con Matilde, amiga de la infancia, donde le comuniqué nuestra situación. Ella por su parte llamó a mi familia y le comunicó las nuevas buenas. Todo este tiempo no sabían nada de nosotros y habían ido a todas partes, averiguando si estábamos en la Base.
Por estos días, supimos que estaban enviando balseros para Panamá, producto de acuerdos entre ese país y Estados Unidos.
Los acuerdos establecían una estancia de 6 meses en Panamá y 10,000 balseros en total.
Se conformó una lista con los nombres de los que deseaban viajar al Istmo y se le entregó al oficial de guardia.
Se rumoraba que las condiciones de vida eran mejor que las de Guantánamo, con algunas desventajas a saber: los mosquitos y la lluvia. Se decía que llovía mucho y que las plagas de mosquitos eran infernales. Me preparé para esto último y confeccioné un mosquitero con sábanas y sacos de malla.
Había decidido ir a Panamá por tres razones:
1- Al salir fuera de Cuba, había que considerarnos como refugiados. Nadie puede ser considerado con este status en su propio país.
2- El contrato entre USA y Panamá establecía 6 meses de permanencia de los balseros en ese país, después de este tiempo Estados Unidos, debía buscar otro país para ubicarnos, de no resolverse antes nuestra situación migratoria.
Continuará
Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Politicos Cubanos"
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