jueves, 29 de diciembre de 2011

LA BASE NAVAL DE GUANTANAMO CAPITULO IV (Continuación)


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3- Las condiciones de vida, seguramente eran mejores que la de Guantánamo, lo que me permitiría una estancia más agradable, hasta tanto se resuelva nuestra situación migratoria.

Bajo estas consideraciones, quizás un poco estrecha, decidí viajar a la República de Panamá, si es que realmente se daba el viaje.

Los días transcurrieron algo monótonos y aburridos en este campo. No hubo situaciones dignas de resaltar.
La comida seguía siendo la misma, excepto el cambio de cajitas, que ahora eran carmelitas y muchas más sustanciosas. Esta se repartía de igual forma que en el Campo “La Lima”
Nos entregaron short, calzoncillos, medias, chancletas  y aseo personal.
Se hizo un ajedrez de cartón y me entretenía ejercitando el juego ciencia.
Las normas de convivencia se ajustaban a los patrones de  conductas civilizadas, establecidas por la comunidad, por lo que no se observaban conductas negativas que perjudicaran el ambiente familiar que se creó en ese campamento.

El día 7 de octubre de 1994, a las 10am. fui llamado a la puerta del campo. Debía presentarme con todas mis pertenencias. También fueron citados Tony, Sandra Alexander, Paquito y cinco personas más. Supusimos que estaba relacionado con el viaje para Panamá.
Pocos minutos después, fuimos recogidos en un transporte militar y llevados hasta un campamento de tránsito. Aquí abordamos otro vehiculo repleto de balseros y nos trasladaron hasta el centro de procesamiento nuevamente. Se nos pidió algunos datos personales, se nos vacunó y se nos dió información sobre Panamá. Al parecer era una realidad lo del viaje hacia ese país. Firmamos unas planillas, autorizando que nuestros nombres fueran publicados en la prensa estadounidense, así como comprometiéndonos a permanecer por 6 meses en suelo panameño; y que nuestra decisión de marchar al Istmo era voluntariedad nuestra.
Después de realizar todos estos trámites, regresamos para el campo de tránsito.
A las 5 de la madrugada del día 8 de octubre de 1994, fuimos  llevados para el centro de procesamiento. Se nos entregó cajitas, se nos cacheo personalmente, así como nuestras pertenencias y nos trasladaron en ómnibus hasta el Puerto de la Base. Aquí nos esperaba un “trasbordador”, que nos llevó  hasta el otro lado de la Bahia... Nos esperaba un ómnibus, que nos trasladó hasta el  Aeropuerto de la Base Naval de Guantanamo. Fuimos bajando de la guagua en fila india y directamente  subiendo a la nave aérea, la cual esperaba por nosotros.
Se iniciaba un incierto viaje hacia tierra extraña, con un futuro igualmente incierto. ¿Se nos estaba cumpliendo el sueño de viajar a Estados Unidos?   ¡No sabemos! ¡Veremos!.

Continuará


Posteado por: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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