jueves, 2 de junio de 2016

El ciclón del 59

La temporada de huracanes comienza una vez más para Cuba, azotada por un vendaval desde hace décadas
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Un tanque ocupado por los rebeldes camina bajo los anuncios (foto tomada de taringa.net)
Un tanque ocupado por los rebeldes camina bajo los anuncios (foto tomada de taringa.net)
LA HABANA, Cuba.- Por estos días mucho se habla en la prensa nacional sobre  la XXX edición del Ejercicio Estratégico Meteoro 2016 (EMNDC), perteneciente al Sistema de Defensa Civil Cubano (SDCC), una institución dirigida por viejos militares de la dictadura. Estos señores, especializados en rescatar y salvar vidas cubanas en ciclones y derrumbes, han analizado los grandes estragos ocasionados por los ciclones que han azotado la Isla.
Pero, como buenos cubanos que son, ¿habrán descubierto que el ciclón que jamás olvidarán nuestras generaciones futuras es del 59?
El ciclón del 59 no tiene comparación con los más famosos: el ciclón de 1870, con más de 800 víctimas, el ciclón del 26, con 650 y el ciclón Flora, de 1963, con 1 126.
Si hacemos un cálculo sobre las muertes de personas provocadas por los ciclones que más agredieron a la Isla, a partir de 1810, hasta el ciclón Flora, en 1963, podríamos tener un saldo de algo más de cinco mil 990 víctimas. Nada, comparando esta cifra con las víctimas del ciclón del 59, cuando Fidel Castro bajó de las lomas orientales y plantó sus botas en el llano.
Penetró por Santiago de Cuba. Prosiguió su marcha destructiva, convertido en huracán y azotó a todo el país en la medida que atravesaba por las provincias, hasta llegar a La Habana. Aquí, con  ráfagas de más de 250 kilómetros por hora, acabó con uno de los comercios más prósperos del continente. Luego con los centrales azucareros, con la ganadería, con las carreteras, calles, aceras, caminos vecinales… Los alimentos del pueblo comenzaron a escasear, dio paso a las colas, la bolsa negra, el forzado robo por parte de los humildes. Y estableció una doble moral en la población, calificada por el régimen como ¨indisciplinada¨.
Puesto que lleva más de medio siglo azotando al país, los efectos del ciclón del 59 se sienten a diario en nuestra vida cotidiana. Continúa la intensidad de sus vientos y, como consecuencia, aumentan a diario los daños causados.
El jefe de la jornada EMNDC, el general Ramón Pardo Guerra, uno de los más viejos generales castristas, no considera que sea peor un desastre provocado por la mano del hombre que un desastre natural.
Ni siquiera ha admitido, jamás, que algunas de las cifras conocidas hasta el día de hoy son impresionantes: el costo humano del ciclón del 59 es de 41 695 víctimas, contando a los que presuntamente combatieron, los fusilados, los fallecidos en prisión, los balseros desaparecidos en el mar.
Tal vez no tiene en cuenta tampoco que durante el primer año del ciclón del 59, fueron fusilados mil 360 cubanos, más que los ahogados por el ciclón Flora.
Mucho menos acepta que los peores desastres que ocurren a diario se deben al ciclón del 59: los derrumbes de viviendas, las fracturas de caderas que sufren nuestros ancianos -son más de dos millones según el censo poblacional- porque caminan por aceras rotas o casi desaparecidas, más las epidemias provocadas por cubanos que regresan a Cuba infectados, luego de haber laborado en zonas insalubres.
El ciclón que aún no quiere salir al mar es un peligro potencial tanto para los cubanos que sobreviven de puro milagro, como para los turistas extranjeros, que arriesgan sus vidas sólo por ver el país de un viejo dinosaurio.

Posted by :"Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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