viernes, 23 de enero de 2015

La estrella que rechazó millones por un Lada


¿Qué tiene ahora Omar Linares, que no tendría si en la flor de su juventud hubiese decidido incursionar en el béisbol profesional de los EEUU?

omar linares 2LA HABANA, Cuba. -En este tiempo que vivimos, donde el deporte rentado se convirtió en el sueño de casi todos los peloteros cubanos, hablar de lo que pudo ser el mítico Omar Linares Izquierdo en el béisbol de Grandes Ligas conmueve la conciencia de los entendidos del juego de las bolas y los strikes.
Mejor destino merecía este fruto del municipio tabacalero de San Juan y Martínez en la Provincia de Pinar del Río, quien a juicio de muchos, ha sido uno de los más grandes peloteros del béisbol cubano de todos los tiempos y el mejor de la pelota esclavizada por la dictadura de los Castro. “Si se hubiera dedicado al atletismo, al fútbol, al baloncesto, hubiera sido una estrella, porque era un atleta en toda su configuración morfológica”, declaró su primer manager en series nacionales el pinareño Juan Charles Días.
Para un reciente artículo publicado en Cubadebate, bajo la firma de Juan A. Martínez Osaba, titulado: “Omar Linares: ¡Qué clase de niño!” Omar declara: Recuerdo que en Atlanta, en los Juegos Olímpicos, me querían dar veintiséis millones por jugar cuatro años. Anteriormente, en varias ocasiones, me habían ofrecido cheques en blanco, ofertas de un millón solo por firmar, todas esas cosas (…) Con el dinero hubiera tenido todo lo material, pero no hubiera tenido lo que tengo ahora.
La pregunta que se desgaja de estas declaraciones es: ¿Qué tiene ahora Omar Linares, que no tendría si en la flor de su juventud hubiese decidido incursionar en el beisbol profesional de los EEUU? Al entender de muchos, especialmente los pinareños, sólo la complacencia del régimen Castro-comunista, cuyos caprichos mutilaron los dones y la posibilidad de prosperidad de cientos de beisbolistas en la isla.
Más allá de los regalos del gobierno, como la casa otorgada a Linares a la entrada de Pinar del Río, el auto Lada de fabricación rusa y la gasolina gratis que le resolvía las autoridades de su provincia, y su posterior traslado para una residencia en la capital cubana para comprar su fidelidad, ¿qué otro patrimonio exhibe este extraordinario beisbolista? ¿El ser incluido en el Saloncito de la Fama el 8 de noviembre del año 2014, fecha de Refundación del mismo en el Béisbol “revolucionario” cubano y electo con la totalidad de los votos?
Lo que todavía muchos recuerdan fue cuando en el 2002 dejó de ser un pelotero activo en Cuba, imponiéndosele el anticipado retiro -algo que muchos no entendieron-, junto a otras ilustres figuras como Antonio Pacheco, Víctor Mesa, Orestes Kindelán, Luis Ulacia y Germán Mesa.
foto cortesía del autor
foto cortesía del autor
En medio de un bajo perfil publicitario, Omar el Grande, seria vendido a la gerencia de las Grandes Ligas Profesionales de Japón, de cuyo contrato el gobierno de la Isla se hizo con la mayor parte del dinero. Su actuación en tres años con los Dragones no pasó de un pobre averaje de (246), con apenas 11 jonrones.
Llama la atención que Martínez Osaba -un acérrimo defensor de los peloteros de vuelta-abajo- en su artículo para Cubadebate, afirmara que aquella “autorización” de la Federación Cubana de Béisbol para que Linares jugara como profesional en un team de las Grandes Ligas Japonesas, fue una exploración, que hoy rinde sus frutos con Cepeda, Despaigne, Yuliesky y otros”. Y concluye con ironía: Allá, en la tierra del sol naciente, no rindió lo que de él se esperaba, ya no era el mismo, quizás no había nacido para fabulosos contratos, y llevó consigo la humildad de San Juan y Martínez, de sillones rotos y paredes descascaradas, sin buenas pinturas. O simplemente se apagaba una estrella fulgurante.
Pero en verdad, lo que no ha dicho el periodista Martinez Osaba es que Omar Linares a pesar de ser en su momento de más esplendor el pelotero más asediado por los cazatalentos de las Grandes Ligas norteamericanas, jamás recibió un retiro oficial como han tenido otros agraciados deportistas. Y lo que es peor aún, las autoridades castristas tras su regreso del Japón, sólo le obsequiaron un puesto como entrenador de bateo del equipo Industriales, incluso sin poder usar su tradicional número 10 en sus espaldas.
Más allá de su descollante actuación en los veintitrés eventos internacionales en los que participó, siendo la clave de los innumerables triunfos de la novena antillana en su época, Omar Linares exhibe una impresionante hoja de servicio que facturó durante sus veinte series nacionales, algo muy difícil de superar. Su liderazgo en el promedio ofensivo para las temporadas (1985, 1986, 1990 y 1992); en carreras anotadas (1985, 1987, 1993 y 1995); bases por bolas en las series nacionales de 1992, 1993, 1994, 1995, 1996 y 2000, y el batear por encima de 400 en seis temporadas, convirtiéndose en el jugador de más alto promedio de bateo en Cuba (368); a lo que hay que añadir sus 404 jonrones, le asegura a este jugador cubano el título de Pelotero Excepcional.
leonpadron10@gmail.com


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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