jueves, 20 de noviembre de 2014

Ven al "Yuma" para que te la puedas comprar


“¿Dónde compro una maquinita de afeitar?”

¿Se acabaron las mulas? La Ley No. 62 del Código Penal, establece: “Se sanciona con privación de libertad de uno a tres años o multa de trescientas a mil cuotas o ambas al que introduzca o intente introducir en el país objetos o mercancías sin cumplir las disposiciones legales”

Donde compro una,maquinita, Salvador Valle. (Foto R. Cosano)
Salvador Valle (Foto, R. Cosano)
LA HABANA, Cuba -“Una amiga al regresar de Miami me regaló una maquinita de afeitar desechable, marca Guillete, que la considero la mejor del mundo. La uso hace más de tres meses. Pero perdió filo y me raspa la cara. Por más que pregunto en tiendas estatales y vendedores particulares (a quienes prohíben vender artículos de producción industrial) no encuentro maquinita. Es increíble que al faltar tan pequeño y necesario artículo de aseo nos sintamos perjudicados en nuestra imagen personal, trastorna nuestra vida”, dice con pesar Salvador Valle Carbó, de 25 años, residente en Campo Florido, Habana del Este.
Sucede a miles. También a mujeres que rasuran partes del cuerpo. Solo muy ocasionalmente el estado pone en venta hojas y maquinillas desechables, ausencias achacable al monopolio estatal importador y exportador desde hace medio siglo. Al parecer no asignan suficientes divisas para compras.
Ni se fabrican en Cuba, aunque existió una fábrica cubana de hojas de afeitar, de buena calidad, marca Rey Plata. Su melódica propaganda decía: “¡Que solo las cubanas acaricien su cara! Hojas Rey Plata, Rey Plata, ¡acarician de verdad! La fábrica desapareció tras el caos de 1959.
Las mulas son vía de introducir mercancías necesarias, o que gustan más que las comercializadas en el mercado estatal.
José (nombre supuesto), un mula cubano radicado en Ecuador, cuenta:
“Traigo muchos artículos que no hay o escasean, entre ellos, muy solicitadas, maquinitas desechables de afeitar. Antes venía dos veces al mes. Ahora, por las duras limitaciones aduaneras, dos veces y así obtener alguna ganancia”.
La Aduana de la República desde el 1 de septiembre impuso drásticas restricciones de importación. Por ejemplos, si antes permitían pasar cien maquinitas de afeitar desechables por viajero, ahora solo 15. Productos en conserva, antes, 50, ahora 20; lácteos, antes 30, ahora 10; torre de computadora, antes, 2, ahora 1.
Elizabeth García, cubana residente en Francia, visitó recientemente a su familia en La Habana. Porque antes vivió lo insufrible del transporte público en la isla y conoce los altos precios de renta de autos quiso traer una moto económica para desplazarse en la ciudad y ahorrar dinero y tiempo. Al regresar la obsequiarla a un familiar. Contactó telefónicamente con la Aduana. Respuesta frustrante. Podía ingresar la moto, pero tenía que llevársela al regreso. Prohibido enajenarla. No trajo moto.
Un artículo de Oscar Morales en el diario oficialista Juventud Rebelde (12-11-2014) reseña un suceso en la Aduana del Puerto de La Habana*: “(…) Hay veces que la inventiva de algunas personas supera la imaginación. A finales de octubre un residente en el país se presentó ante la Aduana del Puerto de La Habana (…) a extraer un equipaje no acompañado (?) que había transportado desde Panamá y según aparecía en los documentos contenía dos plantas eléctricas (pero) venían piezas y accesorios de motos no declarados (…) Se comprobó que los motores de combustión interna que debían formar parte de plantas eléctricas habían sido sustituidos por motores (unidades) de motos”.
La Ley No. 62 del Código Penal, Título V, Delitos contra la Economía Nacional, Capítulo XII, Artículo 233, establece: “Se sanciona con privación de libertad de uno a tres años o multa de trescientas a mil cuotas o ambas al que introduzca o intente introducir en el país objetos o mercancías sin cumplir las disposiciones legales”.
¿Qué razón impulsa a cometer este tipo de delito?
El Ministro de Transporte es el funcionario que autoriza, en casos excepcionales, la introducción     de cualquier tipo de vehículo automotor.
Una cubana de visita en Europa, próxima a regresar, escribió a sus familiares: “Me apena, pero no llevo ningún regalito. No por dinero, porque aquí hay para todos los bolsillos y las ofertas son muy buenas. Cosas baratísimas, pero es por las nuevas regulaciones cubanas. Dejo una cantidad de cosas de utilidad que es una lástima. Todo está estrictamente regulado. Cuando los artículos necesarios sean asequibles, a precios justos, no habrá necesidad de tener que cargar con tanto equipaje, solo lo necesario”.
Una periodista oficialista escribió: “Las nuevas disposiciones según se anunció en conferencia de prensa, no tiene otro objetivo que proteger nuestra economía y estimular la producción y la compra en el país



Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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