jueves, 3 de enero de 2013

La desoladora situación habitacional



 | Por Osmar Laffita Rojas
HABANA, Cuba, enero, www.cubanet.org -A  pocos meses de que el general Raúl Castro asumiera la presidencia, en marzo de 2008, Cuba fue azotada por tres devastadores ciclones, causantes de daños que sobrepasaron los 10 mil millones de dólares. Las mayores afectaciones se reportaron en el ya maltrecho fondo habitacional: resultaron dañados cerca de 500 mil inmuebles.
En estos cinco años, el pueblo, el soberano, según reza en el artículo tercero de la Constitución, continúa a la espera de que el  gobierno, así como los disputados, que  se reúnen dos veces en el año, rindan un informe acerca de cómo se ha enfrentado este grave problema que afectó a centenares de miles de cubanos.
Entre lo debatido y acordado en el décimo periodo ordinario de sesiones, el último de la séptima legislatura de la Asamblea Nacional del Poder Popular, celebrado el 23 de diciembre, parece que no estuvo este neurálgico tema.
A casi dos meses del devastador huracán Sandy, el gobierno cubano no ha informado a cuánto ascendieron los daños en la infraestructura agrícola, industrial, las telecomunicaciones, el sector eléctrico, las redes viales y ferrocarrileras.
Tampoco ha informado sobre las afectaciones en el fondo habitacional. Este sensible asunto continúa envuelto en una espesa penumbra de misterio. Todo indica que dichos datos están bien resguardados en la enorme casilla de los secretos de Estado, y que el pueblo no tiene derecho a conocerlos.
Por lo poco que se ha podido averiguar, el meteoro en las provincias de Guantánamo, Holguín y Santiago, daño casi 258 mil viviendas, y de ellas, más de 22 mil fueron destruidas totalmente.
Es muy cuestionable el desempeño del Instituto de Vivienda, el Ministerio de la Construcción y los Consejos de Administración provinciales y municipales, responsables directos en la construcción y mantenimiento de las viviendas, si se tiene en cuenta el hecho de que sigue sin siquiera cuantificarse las decenas de miles de casos que continúan pendientes de solución por las afectaciones originadas por el paso de los ciclones de hace ya cinco años.
En este aspecto  los resultados de estos cinco años de gobierno de Raúl Castro se pueden considerar realmente desalentadores. A medida que ha trascurrido el tiempo, el numero de edificaciones que se construyen o reparan ha disminuido, debido a los problemas no resueltos que aquejan al sector constructivo estatal.
Al cierre de noviembre, las diferentes entidades estatales dedicadas a estos menesteres habían construido 17 504 viviendas, de un plan de 23 140 para el presente año. Es bastante difícil pensar que se haya cumplido el plan en el restante mes y medio de año, dado que los materiales de construcción disponibles se han enviado, por orden del gobierno, para las provincias que fueron azotadas por el huracán Sandy.
Por otro lado, los graves problemas organizativos en las construcciones estatales han propiciado una generalizada indisciplina y corrupción. El descontrol en el manejo de los recursos asignados a las obras, ha sido el caldo de cultivo para el desvió de los recursos y la proliferación de ilegalidades para beneficio de los bolsillos de los funcionarios corruptos.
Un ejemplo de este mal trabajo y de los obstáculos que los funcionarios del sector estatal de la vivienda le ponen a los que solicitan subsidios para la reparación de sus inmuebles, lo tenemos en el hecho de que de lasmás de 48 mil solicitudes que se debían procesar para el otorgamiento de subsidios para la construcción, solo fueron tramitadas alrededor de 34 mil. Las restantes se mantienen engavetadas.
Esta incalificable desidia muestra que los delegados municipales y provincials del Poder Popular no han realizado su funcion primordial de velar por los intereses de sus votantes.
Está claro que entre esos miles de cubanos que piden subsidios y que tienen retenidas sus solicitudes, la gran mayoría sufre una situación económica sumamente precaria. Con los 20 dólares que ganan al mes como salario la mayoría de los trabajadores cubanos, y menos aun con la paupérrima pension de 13 dólares mensuales que reciben los jubilados, ni soñar que puedan “darse el lujo” de comprar materiales para arreglar sus ruinosas casas.
La tabla de salvación para la gran mayoría es el ansiado subsidio que tal vez algún día les otorgue el Estado, para evitar que sus destartaladas casas terminen de derrumbarse. La otra opción es que algún familiar emigrado se apiade y les mande de Miami algún dinero antes de que les caiga el techo encima.


Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"

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