El autor de Bailando, habla de política cuando le conviene, sobre todo ahora que vive en Cuba, hasta nuevo aviso
viernes, septiembre 19, 2014 |
Luis Cino Álvarez
LA
HABANA, Cuba -Al condenar el embargo norteamericano en una entrevista
para la putinesca televisora Rusia Today, el cantante y compositor
Descemer Bueno se unió a la categoría de los artistas apolíticos solo
para lo que les conviene.
No habría mucho que objetar a la postura del cantante si se hubiese limitado a las aristas humanitarias del problema, como por ejemplo, las dificultades para adquirir en los Estados Unidos los medicamentos para los enfermos de cáncer y Alzheimer. Pero el cantante, además de ese argumento, utilizó otros que resultan, al menos en su caso, ridículos.
Por ejemplo, afirmó Descemer Bueno que por culpa del embargo norteamericano su familia en la Habana Vieja no puede brindar a los que visitan su casa ni siquiera un vaso de jugo.
No se sabe a qué tipo de frutas para hacer el jugo se refería Descemer Bueno, si a peras o a manzanas californianas, porque si faltan los mangos, las guayabas o las naranjas, o si sus precios están por las nubes, no es precisamente por causa del embargo o el cambio climático, sino por la ineficacia de la planificación centralizada, la desidia y la ambición de los burócratas del Ministerio de la Agricultura y la mafia que crearon y orbita en torno a ellos.
Sabemos por experiencia propia que cuando llega una visita a un hogar cubano lo más probable es que no haya jugo que brindar, una taza de café y tal vez ni un vaso de agua fría, porque hace dos o tres días que no hay en las tuberías. Pero ese no debe ser el caso de la familia del exitoso Descemer Bueno. Si acaso es así, será porque bien tacaño es con los suyos, porque dinero de sobra tiene para que en su casa brinden a las visitas jugo, café o cerveza Bavaria, ya que escasea la Bucanero, supongo que también a causa del bloqueo yanqui.
En los años 90, Descemer Bueno, que era el bajista del grupo Temperamento, se fue al exterior, como tantos otros cubanos, huyendo del hambre y los apagones, en busca de mejores oportunidades. Lo acompañó la suerte y el talento para componer canciones pegajosas. Del grupo Yerba Buena pasó a componer canciones que interpretaron Juan Luis Guerra y Enrique Iglesias, entre otros. Y eso le reportó buenos dividendos. Por entonces, ni por asomo hablaba de política. Ni del embargo. Al menos en público.
Que no venga Descemer Bueno a hacernos cuentos del Periodo Especial. Nosotros, a diferencia de él, lo vivimos y sufrimos completo, de punta a cabo, aquí. Él vivió solamente una parte de ellos, no aguantó y puso pies en polvorosa, olvidado de las consignas que llamaban a resistir por la revolución y el socialismo.
Que haya regresado hace unos años para establecerse en Cuba, sea porque empezó a irle mal afuera o porque lo venció el sentimental gorrión, pero con dinero suficiente para vivir como Carmelina la del cuento y todavía mejor, no le confiere derecho para hablar a nombre de los cubanos de a pie, con hambre y los zapatos rotos.
En su entrevista con Rusia Today, como para quedar bien con Dios y con el Diablo, Descemer Bueno consideró que bastaba con admitir que parte de las penurias de los cubanos no se debe solo al “bloqueo”. Solo que atribuye esa parte de la culpa a Cuba, y no a la dictadura, como si fueran la misma cosa.
Suena bastante demagógico Descemer Bueno con declaraciones como estas. Pero supongo sea lo políticamente correcto, lo que se espera de él, lo más ventajoso para su carrera, que no olvidemos que ya no es desde México o Miami, sino desde Cuba. Al menos, hasta nuevo aviso.
Popsted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"
luicino2012@gmail.com
No habría mucho que objetar a la postura del cantante si se hubiese limitado a las aristas humanitarias del problema, como por ejemplo, las dificultades para adquirir en los Estados Unidos los medicamentos para los enfermos de cáncer y Alzheimer. Pero el cantante, además de ese argumento, utilizó otros que resultan, al menos en su caso, ridículos.
Por ejemplo, afirmó Descemer Bueno que por culpa del embargo norteamericano su familia en la Habana Vieja no puede brindar a los que visitan su casa ni siquiera un vaso de jugo.
No se sabe a qué tipo de frutas para hacer el jugo se refería Descemer Bueno, si a peras o a manzanas californianas, porque si faltan los mangos, las guayabas o las naranjas, o si sus precios están por las nubes, no es precisamente por causa del embargo o el cambio climático, sino por la ineficacia de la planificación centralizada, la desidia y la ambición de los burócratas del Ministerio de la Agricultura y la mafia que crearon y orbita en torno a ellos.
Sabemos por experiencia propia que cuando llega una visita a un hogar cubano lo más probable es que no haya jugo que brindar, una taza de café y tal vez ni un vaso de agua fría, porque hace dos o tres días que no hay en las tuberías. Pero ese no debe ser el caso de la familia del exitoso Descemer Bueno. Si acaso es así, será porque bien tacaño es con los suyos, porque dinero de sobra tiene para que en su casa brinden a las visitas jugo, café o cerveza Bavaria, ya que escasea la Bucanero, supongo que también a causa del bloqueo yanqui.
En los años 90, Descemer Bueno, que era el bajista del grupo Temperamento, se fue al exterior, como tantos otros cubanos, huyendo del hambre y los apagones, en busca de mejores oportunidades. Lo acompañó la suerte y el talento para componer canciones pegajosas. Del grupo Yerba Buena pasó a componer canciones que interpretaron Juan Luis Guerra y Enrique Iglesias, entre otros. Y eso le reportó buenos dividendos. Por entonces, ni por asomo hablaba de política. Ni del embargo. Al menos en público.
Que no venga Descemer Bueno a hacernos cuentos del Periodo Especial. Nosotros, a diferencia de él, lo vivimos y sufrimos completo, de punta a cabo, aquí. Él vivió solamente una parte de ellos, no aguantó y puso pies en polvorosa, olvidado de las consignas que llamaban a resistir por la revolución y el socialismo.
Que haya regresado hace unos años para establecerse en Cuba, sea porque empezó a irle mal afuera o porque lo venció el sentimental gorrión, pero con dinero suficiente para vivir como Carmelina la del cuento y todavía mejor, no le confiere derecho para hablar a nombre de los cubanos de a pie, con hambre y los zapatos rotos.
En su entrevista con Rusia Today, como para quedar bien con Dios y con el Diablo, Descemer Bueno consideró que bastaba con admitir que parte de las penurias de los cubanos no se debe solo al “bloqueo”. Solo que atribuye esa parte de la culpa a Cuba, y no a la dictadura, como si fueran la misma cosa.
Suena bastante demagógico Descemer Bueno con declaraciones como estas. Pero supongo sea lo políticamente correcto, lo que se espera de él, lo más ventajoso para su carrera, que no olvidemos que ya no es desde México o Miami, sino desde Cuba. Al menos, hasta nuevo aviso.
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