-¿Quieres ver cómo te doy un tiro en la cabeza?-. El agente se vira para Camilo y le pide: -Camilo, dame tu pistola
martes, agosto 19, 2014 |
Juan Carlos Linares Balmaseda
Esto ocurrió el pasado viernes 15 de agosto. No es primera vez que ocurre, ni será la última. ¡Quién sabe cuántos han desaparecido!
Esa tarde, dos agentes en motocicletas se suben a la acera para detener a los activistas-opositores Gerardo Lazcano y Yunier López. En ese momento suena el móvil de Yunier, y para evitar que éste hablase, uno de los agentes lo toma por el cuello y lo pega de cara contra un muro (dejándole las huellas en el cuello y en la espalda). Le quitan los móviles y los carnés de identidad. Otros tres agentes llegan al trote con las esposas listas. Ya esposados los activistas, son introducidos en un auto: un agente al volante, sentado a la derecha el funesto agente Camilo; en el asiento trasero dos agentes y al centro los dos activistas. ¡Seis en un auto de cinco plazas a lo sumo! ¿La Seguridad del Estado puede violar las leyes del tránsito?
Un auto custodiaba otro auto por detrás, y dos o más motoristas. La caravana gira y toma dirección contraria. Ruedan hacia el sur de la capital. Se introducen por una de las carreteras que bordea el Parque Lenin, buscando el Centro Internacional EXPOCUBA. Se detienen en las inmediaciones de una represa. Sacan del auto a uno de los “detenidos” (Gerardo). Bajan por una cuneta y llegan hasta un sitio cubierto de vegetación. Allí lo interrogan un tiempo, lo amenazan:
-Tú eres un hombre enfermo, te puedes morir en cualquier momento…-. Así habla el agente Camilo.
“Es una frase que me hizo recordar la muerte de Laura Pollán, de Oswaldo Payá…”. Así reflexiona Gerardo al día siguiente.
Yunier vio muy poco del viaje. Durante casi todo el trayecto le empujaban la cabeza abajo, entre las piernas. Uno de los agentes le requinta las esposas. El detenido se queja, el agente responde:
-En eso consiste ser opositor, en sentir el dolor.
Bajan a Gerardo para interrogarlo. Yunier queda en el auto solo con dos agentes, uno de ellos le dice:
-¡Oye, mejor quítate de esto (el activismo); yo soy cinta marrón, estás buscando que te deje invalido!
Sacan a Yunier del auto. Meten a Gerardo y se lo llevan. Lo liberan varios kilómetros más adelante, en un lugar desconocido para él.
Le toca ser interrogado a Yunier. Es arrodillado en la tierra. También es amenazado por uno de los agentes de esta manera:
-¿Tú eres guapo? ¿Quieres ver cómo te doy un tiro en la cabeza?-, y el agente se vira para Camilo y le pide:
-Camilo, dame tu pistola.
Camilo contesta:
-No hace falta, se puede ahogar en aquel charco…
Y sigue Camilo:
-Escribe este número y que no se te olvide: 1050, en Playa Manteca.
Playa Manteca es una recóndita prisión en el oriente del país. El número debe ser el del expediente de causa que le piensan abrir.
-¿Qué hacemos con la guataca?, grita otro agente mostrando el azadón.
-Déjala ahí para la próxima-, comenta otro del grupo paramilitar, entre el que hay una mujer joven.
Terminando el interrogatorio, un agente se dirige a Yunier:
-Mira lo que hacemos con la oposición…
Tira la cámara de video y luego la grabadora, propiedades de Yunier, que le habían despojado antes. Quizás luego se apoderaron de estos equipos; la corrupción tiene infinitos caminos.
¿Acaso estos operativos sirven para aterrorizar a los cubanos como un claro acto de terrorismo?
No está lejos que los agentes involucrados busquen almacenar méritos, no solo para subir en la escala de mando, sino también para ganarse una misión al extranjero, por ejemplo ir a Venezuela a contener opositores de allá.
No obstante, ¿en Cuba son legítimos estos métodos? En caso contrario, ¿a dónde acudir?
Nota: Esta narración está avalada por las declaraciones de los detenidos.
Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"
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