Entrevista
Ovidio Martín Castellanos,
miembro del Consejo de Coordinadores de la UNPACU, habla de su lucha,
del financiamiento de la organización, del país que desea.
Sin embargo, algunos en la capital consideran su proyección tan agresiva que puede compararse con la del Gobierno. Para otros, son el grupo opositor más preocupante para las autoridades del país en este momento. Se hacen sentir en Santiago de Cuba constantemente con protestas y carteles antigubernamentales que aparecen en paredes de edificios y lugares públicos. Su protagonismo tiene un precio: el hostigamiento y la represión.
Cuando viajé a Santiago, poco más de quince días atrás, no me pasaba por la mente entrevistar a un miembro de la UNPACU. Aunque la curiosidad me llevó a Altamira, pueblo famoso en Santiago por las protestas de estos opositores, no aspiraba a mucho más que ver algún cartel. Aún no sé si fue pura casualidad que un joven del pueblo se me acercara y terminara indicándome cómo llegar a la casa de "un tipo de esos", famoso por tener en la pared de la entrada de su casa la definición de Revolución de nuestro Eterno Líder, Fidel Castro Ruz.
Escuché hablar sobre la UNPACU (Unión Patriótica de Cuba), casi dos años atrás, cuando conocí a un joven miembro de la organización en la casa de una amiga. "Son los patriotas de Santiago", los describía ella.
Sin embargo, algunos en la capital consideran su proyección tan agresiva que puede compararse con la del Gobierno. Para otros, son el grupo opositor más preocupante para las autoridades del país en este momento. Se hacen sentir en Santiago de Cuba constantemente con protestas y carteles antigubernamentales que aparecen en paredes de edificios y lugares públicos. Su protagonismo tiene un precio: el hostigamiento y la represión.
Cuando viajé a Santiago, poco más de quince días atrás, no me pasaba por la mente entrevistar a un miembro de la UNPACU. Aunque la curiosidad me llevó a Altamira, pueblo famoso en Santiago por las protestas de estos opositores, no aspiraba a mucho más que ver algún cartel. Aún no sé si fue pura casualidad que un joven del pueblo se me acercara y terminara indicándome cómo llegar a la casa de "un tipo de esos", famoso por tener en la pared de la entrada de su casa el concepto de Revolución de nuestro Eterno Líder, Fidel Castro Ruz.
Ovidio Martín Castellanos, miembro del Consejo de Coordinadores de la UNPACU, me recibió con cordialidad y se mostró dispuesto a satisfacer mi curiosidad en una improvisada entrevista.
Este hombre de 47 años ha cumplido prisión en varias ocasiones a lo largo de su vida. En 1991, por realizar propaganda enemiga, consistente en poner carteles contra el Gobierno. Luego, por tres intentos de salida ilegal del país. En total, estuvo preso cuatro años.
¿Nunca sintió simpatía por el régimen?
Siempre sentí que no había libertad. Es un régimen totalitario donde se violan los derechos elementales que debe tener un ser humano a asociarse, a fundar un partido político, a expresarse libremente. Cuba debe ser una nación democrática donde los cubanos pueden ejercer sus derechos. Este ha sido un sistema de esclavitud y engaño para el pueblo.
¿Considera todo lo que ha descrito inherente al comunismo, o solo que ha caracterizado al régimen implantado en Cuba?
Creo que es inherente al comunismo. Por donde ha pasado, ha dejado desolación. Ha traído más perjuicio que beneficio a la humanidad.
Muchas personas en el mundo creyeron en ese sistema, pero se decepcionaron. En Cuba cada vez nos despertamos con menos perspectivas. El descontento del pueblo es evidente, a pesar de que no ha existido, como debería existir, una explosión social. Después del triunfo de la Revolución nunca ha habido un salario justo.
¿Quiere decir que eran justos durante la dictadura de Fulgencio Batista?
A pesar de que la dictadura de Batista era autoritaria, la gente tenía la oportunidad de prosperar por su esfuerzo, existían negocios, industrias. Este gobierno lo intervino todo, hasta los negocios más pequeños: un simple barbero tuvo que pelar para ellos.
Los salarios empezaron a ser mínimos, pero la gente confió a cambio del simulacro de salud y educación gratuitas, que tienen una calidad pésima.
Cincuenta y cinco años después del triunfo revolucionario, Cuba está en ruinas. En La Habana hay que tener cuidado al caminar, por los derrumbes.
Por lo que usted dice, no había que derrocar a Batista.
Había que hacerlo. Batista violó la Constitución e implantó una dictadura. Sin embargo, mantuvo el pluripartidismo. Pero no se podía permitir; por supuesto que había que derrocarlo.
De haber nacido entonces y tenido edad suficiente, ¿habría luchado contra Batista, quizás habría pertenecido al M-26-7?
Seguramente. Las personas lucharon pensando que lo hacían por una Cuba democrática. Los archivos demuestran que el M-26-7 quería una Cuba democrática.
Fidel tomó el poder y eliminó las elecciones. ¿Para qué? Pensaba que podría resolver los problemas él mismo, siempre. Dijo que la Revolución nunca sería comunista, pero poco después dijo que era una revolución socialista basada en el marxismo-leninismo.
¿Cómo reacciona el pueblo ante las protestas de ustedes?
No nos repudian. Quienes lo hacían antes, ya no lo hacen. No se suman a la protesta, pero se mantienen en un estado de neutralidad.
Con sus vecinos, ¿como son sus relaciones?
Muy buenas. Pienso que primero uno debe llevarse bien con su familia y luego con el vecindario. La policía política ha querido poner al pueblo en nuestra contra, pero no han podido. Además, la gente cada vez está más decepcionada y se dan cuenta de que decimos la verdad.
Más del 90% de la gente está descontenta con el régimen, he podido hacer encuestas. He conversado incluso con miembros del PCC (Partido Comunista de Cuba) y están descontentos. El régimen ha desgarrado a la sociedad. Lo único legal, en mi opinión, es oponerse, porque aquí la gente tiene que delinquir para comer.
¿A qué atribuye entonces, el apoyo casi mayoritario de la gente al régimen, o por lo menos que la mayoría de la gente no se oponga?
Hay mucho miedo. La gente siente que tiene cosas que perder. Por ejemplo, hace poco hablaba con un policía, y me decía que nosotros tenemos razón, pero él no puede perder sus frijoles porque tiene hijos que mantener.
Usted hablaba de democracia un momento atrás. Si mañana hubiese unas elecciones democráticas en Cuba, en las que pudieran participar todos los partidos políticos que existen en el país, legalizados; con observadores internacionales que garanticen la transparencia del proceso, ¿estaría dispuesto a aceptar una victoria del PCC?
En un contexto de democracia, donde pudiéramos usar los medios para comunicarnos con el pueblo (incluso nos conformaríamos con una columna del Granma), y estuviéramos en igualdad de condiciones y el PCC ganara las elecciones, lo aceptaríamos. Además, no sería una derrota. Serían unas elecciones democráticas en las que el pueblo estaría ejerciendo su voluntad.
El PCC tendría su oportunidad, por un período determinado de tiempo, de cumplir sus promesas al pueblo y, de no hacerlo, el pueblo tendría la opción de votar por otro partido en las siguientes elecciones. Así es que estarían obligados a hacer bien las cosas, porque no estarían en el poder de forma vitalicia.
Eso le da ventaja al pueblo. Podrían exigir una educación gratuita, pero con calidad y sin condicionamientos políticos, por ejemplo.
¿Es algo que mantendría la UNPACU si ganara las elecciones, educación y salud gratuitas?
Por supuesto, creo que esos son logros importantes.
Pero son logros de la Revolución, del régimen instaurado por Fidel Castro. No existían antes de 1959.
Es cierto, pero en realidad es un derecho de la gente tener acceso a la educación y a la salud.
Me llamó mucho la atención que usted tiene la definición de Revolución de Fidel Castro escrita en la entrada de su casa.
Me parece un gran concepto. Aunque en realidad, creo que lo leí por primera vez escrito por Osvaldo Payá. Pero lo haya escrito quien lo haya escrito, es un gran concepto y sería bueno que lo llevaran a cabo. Es lo que exijo.
Si te das cuenta, hace tiempo que no lo mencionan tanto. ¿Sabes por qué? Porque se dieron cuenta de lo que dice en realidad y que no pueden cumplirlo.
¿Cómo se financia la UNPACU, recibe apoyo del extranjero?
Recibimos ayuda principalmente de la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba, fundada por Jorge Mas Canosa, y radicada en Miami, que brinda apoyo a la lucha no violenta en Cuba.
¿Las manifestaciones de ustedes no son violentas?
Nunca. Dejamos que la violencia la pongan ellos. No consideramos que sea el mejor camino para lograr la democracia. Queremos una Cuba pacífica y democrática en la que se cumplan los treinta artículos de la Carta Magna, de la que Cuba es firmante.
Cuba, además, pertenece al Secretariado de la Comisión de DDHH de la ONU. Sin embargo, a nosotros nos reprimen por asociarnos, por visitar organizaciones religiosas, por pintar carteles porque dicen ellos que afean el ornato público. Pero un cartel que diga "viva", en vez de "abajo", no se prohíbe. ¿Por qué, no afea el ornato público también?
El apoyo que nos brinda la Fundación es principalmente en forma de cámaras, teléfonos celulares, tecnología que es tan importante ahora para poder mostrar cómo suceden las cosas, la represión que sufrimos. Una imagen vale más que mil palabras.
¿El fundador de esa organización no es una figura vinculada a los actos terroristas cometidos contra Cuba?
El Gobierno cubano siempre ha desacreditado al exilio radicado en la Florida, acusándolos de ser mafiosos y terroristas.
Pero es cierto que se han cometido actos terroristas contra el pueblo.
Eso fue otra época. Además, la gente olvida que el M-26-7 tenía un grupo de acción y sabotaje. ¿Eso no era terrorismo? Estuve recientemente en Miami y no vi nada de eso. No se quiere lograr nada por medio de la violencia. Además, no admitiríamos dinero de organizaciones relacionadas con la droga o el terrorismo.
¿Lo aceptarían del gobierno de los Estados Unidos?
Sí. ¿Por qué no?
¿Se da cuenta de que al decir eso le da la razón a nuestro Gobierno en sus acusaciones a los opositores de ser todos mercenarios al servicio del Gobierno norteamericano?
Esa acusación es falsa. El propio Fidel Castro recibió la mayor parte del dinero para hacer la revolución, de personas radicadas en los Estados Unidos. José Martí recaudó el dinero para la guerra necesaria, en Tampa y Cayo Hueso.
Con la diferencia de que José Martí lo recaudó entre trabajadores humildes cubanos radicados en Tampa y Cayo Hueso. Usted dice que estaría dispuesto a aceptarlo de un gobierno extranjero…
Para nosotros cualquier ayuda es bienvenida porque estamos en desventaja. Ellos dicen que hacemos esto por dinero, pero eso es mentira. A mí nadie tiene que pagarme para hacer que reclame mis derechos.
Usted me recibió sin ninguna reserva. No ha puesto en duda que yo sea colaboradora de dos sitios alternativos, y enseguida estuvo dispuesto a concederme la entrevista. ¿No se le ocurrió que podía ser una agente de la Seguridad del Estado?
Mis puertas están abiertas para todo el mundo. No tengo nada que ocultar. A los de la policía política les he ofrecido que nos sentemos a conversar y a intercambiar ideas. Estoy dispuesto a tener una conversación respetuosa con ellos, escucharlos y que me escuchen.
Posted by: "Comité Pro Libertad de Presos Políticos Cubanos"
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