martes, 5 de noviembre de 2013
JUEVES, 31 DE OCTUBRE DE 2013 11:21ESCRITO POR MARTHA BEATRIZ ROQUE
Centro Habana, (PD) Se puede aceptar incluso lo que han dicho internacionalmente algunos disidentes que han tenido la posibilidad de salir del país, que hay cambios en el gobierno, pero es necesario reconocer que esos cambios a los que se ha visto obligado el régimen han estado vinculados al trabajo de la oposición y del exilio, que a partir de pequeños espacios han sido capaces de enseñar al mundo la realidad de lo que está pasando en el país y también de acercarse a la sociedad para tratar de ayudar y trasladarle la necesidad que tiene este pueblo de empoderarse para salir del grado de miseria y destrucción en que ha caído.
El
régimen ha apostado a resolver los problemas sociales con exhortaciones
y con represión, pero ciertamente lo que necesita el país además de
democracia, es financiamiento y producción, dos cosas que no consigue y
que por el camino que va, tampoco las obtendrá.
El
sector no estatal no es la solución de la ineficiencia productiva y
mucho menos con la concepción, en el caso de las cooperativas, que el
Estado sigue siendo el dueño de los medios de producción; lo único que
ha resuelto es librarse de pequeños negocios que en un momento
determinado confiscó y quitarse de la cabeza más de 400 mil personas que
se encontraban en su mayoría sin trabajo.
Pero
–desafortunadamente- la historia del cuentapropismo vuelve a ser la
misma. El régimen permite que la gente se embulle con este tipo de
actividad, porque así puede dar cifras mágicas de empleo. Sin embargo en
estos momentos persigue algunas de las actividades que permitió todo
este tiempo. Por ejemplo los vendedores de ropa industrial, que incluso
hicieron tiendas particulares, en las que tuvieron que invertir
cantidades considerables de dinero. En un primer momento permitieron que
importaran todo tipo de ropa y zapatos y lo vendieran públicamente,
ahora retiran las licencias, porque eran referidas a ropa hecha por el
propio trabajador y no proveniente de procesos industriales.
De
igual forma acechan a los llamados "boteros", exigiéndoles que
presenten los comprobantes de compra del combustible en los Cupets (Cuba
Petróleo). Todos saben que los que se dedican al transporte de
pasajeros compran el combustible por la izquierda, porque en los garajes
es muy caro, y también es de su dominio que los choferes de los autos
estatales, incluyendo las patrullas policiales, conocidas como
perseguidoras, venden el combustible, sacándolo del tanque del vehículo.
Otro
caso que ahora molesta, es la comercialización de equipos arreglados,
que se lleva a cabo en algunos barrios marginales de la periferia de la
ciudad, para ello no hay autorización en la lista de trabajos posibles a
realizar por cuenta propia.
Como
lo están resolviendo, es obvio, la policía detiene a los que venden sin
tener la licencia correspondiente, les incauta las mercancías y
terminado el incidente, pero bien el régimen pudo advertir antes, o no
permitir -como lo hizo desde el principio- que se obtuvieran ingresos
ilegales.
Eso
mismo sucede con las viviendas, la necesidad no hay ni que decirla, y
va en aumento cada día, pues los derrumbes se producen en menos lapsus
de tiempo; sin embargo el régimen ha permitido asentamientos en
diferentes lugares y al cabo de los años los declara ilegales y desaloja
a los moradores de las "casas" –si así pueden llamarse algunas- lo que
designa en su lenguaje virtual con el nombre de "extracción"
Pero,
un problema grave a resolver es que se ha perdido la credibilidad del
pueblo ante las instituciones del Estado. La atención de las entidades
es prácticamente nula, los funcionarios solo quieren dinero para
procesar los documentos y en ocasiones hay tanta gente que ha pagado el
dinero, que la cola sigue siendo larga.
Hay
irritación en la población, porque los problemas que se pueden
solucionar fácilmente se demoran y todo se convierte en una espera, si
no se paga la cuota correspondiente, porque a este tipo de servicios ya
llegó la oferta y la demanda y todo tiene su precio, aunque sea mercado
negro y corrupción.
Nada
funciona, ni algo tan sencillo como son los cajeros automáticos, cuando
pagas algo a través de ellos, en ocasiones no te dan comprobante,
porque no tienen papel o hay dificultades técnicas con la impresora,
cualquier excusa es buena, pero lo cierto es que a nadie le interesa
esto; y la desidia crece.
Cuba
estará en reformas, pero no son lo suficientemente profundas para
solucionar las necesidades del pueblo, y mucho menos para alcanzar las
libertades que se esperan, desde el punto de vista político, económico y
social.Posted by: "Comité Pro Libertad de P
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